Vidalina De Freitas, Orlando Viloria, Guillermo Alvarez, Walter Blanco
La organización no es sólo un sistema social o técnico, requiere de estructuras e integración de las actividades humanas en torno a diversas tecnologías. El sistema técnico está determinado por los requerimientos de trabajo de la organización y toma forma de la especialización de aptitudes y conocimientos requeridos, los tipos de maquinarias y equipos utilizados, los requerimientos de procesamiento de datos y la disposición de las instalaciones. Cualquier cambio en el sistema técnico afecta a otros elementos de la organización.
Un concepto importante es el planteado por Kast y Rosenzweig (1988), el cual definen la tecnología como:
La organización y aplicación de conocimiento para el logro de fines prácticos. Incluye manifestaciones físicas como las máquinas y herramientas, pero también técnicas intelectuales y procesos utilizados para resolver problemas y obtener resultados deseados (p. 217).
Además, Kast y Rosenzweig (1988) señalan que la tecnología afecta la estructura de la organización, así como su subsistema psicosocial. Por ende, al introducir una nueva tecnología como la Tecnología de la Información a una determinada empresa, automáticamente afecta al resto de la estructura del sistema organizacional. Por otra parte plantean:
Los cambios tecnológicos podrían crear inseguridad en el empleo y ansiedad en los trabajadores. Las habilidades desarrolladas a lo largo de un período podrían resultar obsoletas, lo cual afecta vitalmente su autopercepción y motivación (p. 230).
En tal sentido, los referidos autores señalan que el proceso de introducción de la tecnología puede ser manejada, pero no sin algunos cambios fundamentales en las metas y los valores. También añaden que se le está dando mucha importancia a las consecuencias ambientales, sociológicas y psicológicas del cambio tecnológico en un contexto de industrias altamente competitivas.
La introducción de la tecnología requiere de cambios en la actitud y el comportamiento de la gente implicada (Kast y Rosenzweig, 1988).
En épocas pasadas, se pudieron observar actitudes positivas hacia la tecnología, ya que fue el medio básico por el cual se pudo reducir el esfuerzo humano, aumentar la productividad y tener una mejor calidad de vida. Más recientemente, se ha empezado a cuestionar esta suposición y se ha comenzado a destacar los aspectos negativos que pudieran acompañar a los avances tecnológicos, he allí la importancia de estudiar cuidadosamente los procesos asociados a la introducción de las nuevas tecnologías.
Con respecto a la tecnología de la Información, Hopper (1990) opina:
Debido a los cambios rápidos e inexorables que se están produciendo en la tecnología de la información y a las consecuencias tan irreversibles de quedarse atrás, las empresas se ven obligadas a asimilar la tecnología o morir... Esta situación se parece a una rueda de molino tecnológico. Las empresas tendrán que trabajar cada vez más para estar actualizadas (pp.118-125).
Como con toda tecnología, la decisión de adquirir las herramientas CASE debe ameritar un estudio previo. Es peligroso tomar decisiones apresuradas para adoptar las herramientas CASE; indiscutiblemente generan muchos beneficios, pero también tienen sus inconvenientes (Smith, 1989).
La tecnología de la información abarca dos grandes industrias: la del software y la del hardware. Estas dos subindustrias han ido evolucionando pero no al mismo ritmo. La industria del software ha respondido con una serie de herramientas para el desarrollo de aplicaciones y una de ellas es la herramienta CASE. Como toda tecnología, las CASE generan cambios y traumas en su proceso de adopción. En consecuencia su implementación debe ser debidamente estudiada y gerenciada.
Las herramientas CASE representan para Gibson (1989):
Una filosofía comprensiva para la modelación del negocio, sus actividades y desarrollo de sistemas de información. La filosofía de la CASE que involucra el uso del computador, es una herramienta para construir modelos que describen la empresa, su medio ambiente, su planificación corporativa y la documentación de los sistemas desarrollados desde su planificación hasta la implementación (p. 209).
Además, Pressman (1993) considera que las herramientas CASE tienen el potencial de llegar a ser el avance tecnológico más importante en la historia del desarrollo del software, ya que éstas proporcionan un conjunto de herramientas semiautomatizadas y automatizadas que están desarrollando una cultura de ingeniería nueva para muchas empresas, advierte que existe una diferencia importante en la aceptación y el impacto de éstas en las organizaciones.
Por otra parte, McClure (1993) considera a la Tecnología CASE como:
Una combinación de herramientas de software y de métodos estructurados... la idea básica que subyace en la CASE es la de proporcionar un conjunto de herramientas bien integradas, que ahorren trabajo, enlazando y automatizando todas las fases del ciclo de vida del software (pp. 19-35).
El implementar exitosamente una herramienta CASE en una organización no implica que otra empresa obtenga los mismos resultados, pues cada una de ellas tiene una cultura organizacional diferente, e inclusive pueden existir diferentes culturas en una misma organización. Es por ello que Kemerer (1992) plantea que la innovación de las herramientas CASE pueden ocasionar diversos impactos en diferentes organizaciones, así como actitudes positivas o negativas hacia su uso. La innovación es entendida como la idea nueva que se convierte en una sociedad nueva, un producto nuevo, un servicio nuevo, un proceso nuevo o método de producción nuevo (Stoner, Freeman y Gilbert, 1996, p. G-6).
El adoptar con éxito las herramientas CASE depende de lo bien que reaccionen las culturas organizacionales a los cambios tecnológicos y a los nuevos procedimientos (Huff, 1992), así como la metodología de desarrollo del software, el grado de resistencia al cambio, el backlog de aplicaciones, la estructura organizacional y el estilo de la gerencia [Kemerer (1992), De Freitas (1997)]. Mención especial merece la adaptabilidad de estas herramientas al fin de la empresa, visto que lo que se busca es mejorar la consecución de los objetivos de la organización. Así mismo Kemerer señala: muchas de las herramientas CASE son muy costosas, y dejarlas de usar representaría un costo adicional después de adquirida; por lo tanto, hay que evitar su rechazo planificando el proceso de adopción de la misma junto a una evaluación de las distintas herramientas existentes.
Sanders (1981), señala que Peter Drucker afirma que:
Los seres humanos han desarrollado dos tipos de herramientas: (1) las que se agregan a sus capacidades y les permiten hacer algo que de otra manera no podrían hacer y (2) las que multiplican su capacidad para hacer lo que ya son capaces de hacer (p.74).
Es en esta última donde tiene cabida las herramientas CASE, ya que las mismas han sido especialmente diseñadas para mejorar la productividad de los analistas. En tal sentido, Pressman (1993) señala la CASE tiene el potencial de llegar a ser el avance tecnológico más importante en la historia del desarrollo de software(p. 747).