AVECYT / ASEREME / AVERCIS / AVERAGRO
Las Asociaciones de Editores de Revistas Científicas y Tecnológicas (AVECYT), de Revistas Biomédicas (ASEREME), de Revistas en Ciencias Sociales (AVERCIS) y de Revistas de Ciencias del Agro (AVERAGRO), se dirigieron a las nuevas autoridades del CONICIT con ocasión del proceso de consulta que se está realizando con la comunidad científica y tecnológica, para plantearle un conjunto de reflexiones sobre nuestra actividad que buscan ayudar en la evaluación de los programas referidos al apoyo a las revistas científicas que ese Consejo ha venido dando desde hace varios años.
Estas consideraciones pueden ayudar también a ponderar este programa en el marco de las restricciones al financiamiento de las actividades del CONICIT para 1994, aún cuando van más allá de la coyuntura actual.
1.- Es de todos conocido que las publicaciones periódicas en el área científica y tecnológica son un instrumento básico para el desarrollo de cualquier comunidad científica. Es una de las formas más importantes mediante las cuales se dan a conocer los resultados de investigación y se estimula el intercambio y la polémica entre los miembros de la comunidad, amén de ayudar a fortalecer la formación de la generación de relevo. De modo pues, que nuestra comunidad científica y tecnológica debe contar con revistas nacionales (o internacionales generadas desde nuestro medio) para contribuir al desarrollo de nuestra ciencia y tecnología y para registrar y analizar los avances de estos temas en el mundo.
2.- También es conocido que la publicación en las revistas científicas extranjeras no es suficiente, y remitirse sólo a ellas comporta peligros para el desarrollo de una agenda propia de la ciencia y tecnología venezolanas:
3.- Es sabida la complejidad que comporta producir y mantener con regularidad publicaciones científicas de calidad, mas en nuestro medio, donde con honrosas excepciones, es una actividad más bien reciente, aunque es necesario anotar que hay en la actualidad un conjunto numeroso de iniciativas que tienden a ir creando las condiciones para que esta situación cambie en nuestro país.
4.- Es el desarrollo de revistas científicas de calidad, de salida regular y cuyos materiales son sometidos a juicio de árbitros, el CONICIT, así como los Consejos de Desarrollo Científico, Humanístico y Tecnológico de las universidades nacionales han prestado una colaboración que ha sido básica para que tales iniciativas se vayan fortaleciendo.
En el caso del programa de apoyo del CONICIT para esta área es evidente el impacto que el mismo ha tenido sobre el surgimiento y consolidación de las revistas científicas, en efecto, cuando se inició dicho programa en 1990 se le dio apoyo a nueve (9) revistas, en 1991 tal cifra se duplicó, llegándose en 1992 al apoyo de veintitrés (23) revistas y en 1993 a cincuenta y ocho (58) revistas. Esto indica que le programa ha permitido estimular la regularidad y las exigencias de arbitraje sin las cuales no se puede aspirar a su apoyo. Uno de los casos más ilustrativos es el de la Revista de Agronomía de la LUZ, que fue adoptando todas las exigencias del Programa hasta el punto de lograr el reconocimiento del Premio a la Mejor Revista Científica en 1993. una buena muestra de lo que tal programa puede inducir.
De igual manera, el Programa de apoyo a las revistas científicas ha permitido la creación de la Comisión de Revista Científicas (transformada luego en Comisión de Publicaciones, aunque actualmente no se han designado sus integrantes como pauta el Reglamento del CONICIT). Por iniciativa de esta Comisión se modificó el Reglamento de Subvenciones a Revistas para transformarlo en un Reglamento a Publicaciones, aprobado por las instancias decisorias del Consejo. También por iniciativa de dicha Comisión se creó el Registro Permanente de Editores Científicos y Tecnológicos, la ampliación del Premio Anual a la Mejor Revista Científica (agregándole una Mención dirigida a emular el mantenimiento de la calidad), y el auspicio y apoyo del CONICIT a la fundación de Asociaciones de Editores por Áreas, todo lo cual va perfeccionando un marco normativo y los mecanismos adicionales de regularidad y exigencias de calidad en las revistas científicas de nuestro medio.
Tales procesos y resultados no hubieran sido posibles en tan corto tiempo sin un programa de apoyo como el del CONICIT. A pesar de las condiciones adversas de la actual coyuntura económica respecto a los recursos disponibles, no sería sensato reducir o eliminar este programa, que por lo demás no es muy oneroso respecto a otros también importantes. Tal cosa podría hacer inviable la continuación de proyectos editoriales que están todavía en proceso de maduración e, incluso, podría poner en entredicho algunas iniciativas editoriales de más larga data, como es el caso de las publicaciones del área biomédica, donde el acceso a otras fuentes de financiamiento (principalmente privadas) está sufriendo severas restricciones. En algunos de estos casos, como de otras publicaciones científicas se podría dar al traste con publicaciones de alta calidad e impacto que ya cuentan con 50 y 100 años de existencia, y obviamente con publicaciones de historia más reciente que sin un apoyo no podrían subsistir.
5.- En nuestra opinión tales programas de apoyo a las revistas científicas se deben mantener, haciendo cada vez más precisas las exigencias, premiando el buen desempeño que se logre gracias a ese apoyo y estimular una diversificación de fuentes de recursos económicos (vía suscripciones, publicidad y otras ayudas institucionales).
6.- Dado los costos de producción y la infraestructura necesaria para hacer viables tales iniciativas es necesario que los programas de estímulo contemplen asignaciones para ambos renglones con previsiones de evaluación sistemática del uso de los recursos para optimizarlos, tomando la previsión para que el apoyo en equipos no se produzca sino dentro de los rangos necesarios cuando una publicación está empezando o cuando esté en un proceso de reestructuración y redimensionamiento que justifique plenamente tal subvención. De resto, el Programa podría garantizar regularmente un apoyo para las labores de edición, distribución, personal de apoyo y logística necesarios para cualquier revista.
7.- Estas reflexiones las hacemos como punto de partida para un diálogo permanente y fecundo entre nuestras asociaciones y el CONICIT con el fin de mejorar los programas actuales y buscar los caminos para que las publicaciones científicas venezolanas se conviertan en un puntal del desarrollo de la comunidad científica venezolana con una agenda propia, asociada a la comunidad internacional, pero marcada por las prioridades de nuestro país. En función de este diálogo, sugerimos lo siguiente: