Evalú Vásquez de Linares
A mediados de la década del 70, nuevos trabajos teóricos, basados en estudios empíricos principalmente en América Latina, irrumpen en la temática tecnológica. Se hacen una serie de propuestas en cuanto a que la problemática del cambio tecnológico en los países menos desarrollados asume ciertas especificidades, por tanto debía ampliarse su marco conceptual para incluir los fenómenos del aprendizaje.
Es así como a finales del 70, el trabajo pionero de Katz, (14) hará dar un viraje a las tesis desarrolladas hasta ese momento, a partir del reconocimiento de las limitaciones inherentes a una teoría del cambio tecnológico elaborada en y para los países desarrollados; este autor elabora una nueva construcción teórico analítica para explicar el fenómeno del aprendizaje, tema central de una teoría del cambio tecnológico propia para nuestros países.
Las tesis desarrolladas por Katz así como otras también importantes como es el caso de los aportes de Cobotti y Lucángelli sobre el fenómeno tecnológico interno (F.T.I.) (15) constituyen los primeros referenciales teóricos del aprendizaje en términos de las modalidades que asume el proceso de cambio tecnológico en los países menos desarrollados. Los mismos son los siguientes:
1) El reconocimiento de que el país receptor no es un ente pasivo ante el fenómeno tecnológico, dándole importancia al esfuerzo creador local. Ello supone la existencia de una relación de complementariedad (y no a la inversa) entre la tecnología importada y la regeneración propia de tecnología.
2) El esfuerzo tecnológico producto del aprendizaje se expresa en una serie de modificaciones y mejoras graduales a la tecnología, concebidos generalmente como cambios tecnológicos menores.
3) Se rompe implícitamente con el modelo lineal de la innovación y se introduce un nuevo enfoque sobre el cambio tecnológico, ahora localizado en la planta y no sólo como el producto de la investigación científica sea básica o aplicada.
En el orden del discurso internacional, varios estudios referidos a algunos problemas conceptuales del aprendizaje y el desarrollo de una capacidad tecnológica local, terminan por instalar dicho fenómeno en la discusión teórica sobre cambio tecnológico. Estos intentaban refutar la tesis que sobre el aprendizaje habían sido elaboradas en base a estudios de campo en países desarrollados dando lugar a las denominadas “curvas del aprendizaje” (16), los cuales pretendían medir el incremento de productividad mostrando el dominio progresivo de la actividad productiva.
Las investigaciones realizadas en los países menos desarrollados, puntualizaban que tales estudios no lograban caracterizar cómo se obtenía el aprendizaje y qué era lo que se aprendía. Estas tesis han mostrado que existen varios tipos de aprendizaje que en un proceso acumulativo permite el desarrollo de capacidades endógenas. Entre estos destacan los aportes del Lall (17), sobre tipos de aprendizaje lo cual incluye tres niveles (elemental, intermedio y avanzado); los de Bell (18), en cuanto a mecanismos de aprendizaje que comprenden la asignación explícita de recursos para la adquisición de capacidad tecnológica y los de Dalman y Wesphal (19), quienes enfatizan que la adquisición de capacidad tecnológica supone la formación de capital humano a través del adiestramiento y adquisición de experiencias.
El análisis de los resultados de los estudios de campo realizados en América Latina, en el marco del Programa BID/CEPAL, pueden asumirse como referenciales empíricos del aprendizaje, en términos de las diversas formas en que se expresa dicho fenómeno en la adaptación de tecnología. En tal sentido, vale destacar los aportes de Cobotti y Lucangeli en cuanto a las modalidades del F.T.I. que supone la distinción entre una situación estática y otra dinámica en la planta. En esta existen componentes tecnológicos (composición fija de los equipos, etc.) que corresponden a una visión estática; factores internos y externos modifican dicha situación estática donde los primeros hacen referencia a la naturaleza dinámica de la planta. (20)
En este mismo orden de referencia empíricos es importante destacar un trabajo más reciente de Katz referido a la conducta tecnológica de las industrias metalmecánica, que aporta nuevas categorías en términos de ese carácter dinámico de la variable tecnológica. Según el autor esta conducta se encuentra estrechamente vinculada a la historia evolutiva de la empresa, esto es, desde que cuenta con un paquete tecnológico inicial pasando por el desarrollo de un flujo de nuevos conocimientos técnicos hasta el presente. (21)
En el marco de la discusión teórica sobre cambio tecnológico, toda la construcción analítico conceptual elaborada en torno al fenómeno del aprendizaje, ha sentado en definitiva nuevas bases teóricas en la problemática del cambio tecnológico. Las diversas conceptualizaciones hechas al respecto han contribuido a desmitificar la Teoría del Cambio Tecnológico de los cálculos economicistas basados en la función de producción, introduciendo la función de creación técnica, en el que el esfuerzo creador es un componente básico del cambio tecnológico.
El análisis de las diversas modificaciones, cambios en diseños originales, adaptación de los procesos a los requerimientos de materia prima local, y el diseño de nuevos productos adaptados al mercado, evidencia dos aspectos fundamentales: el reconocimiento de la empresa productiva como ente principal en la generación de cambio tecnológico y la importancia de la experiencia empírica de planta como elemento crucial del aprendizaje. De este modo, estas diversas prácticas de aprendizaje son por lo general el producto de situaciones que exigen esfuerzos técnicos, bien sea como respuesta a elementos endógenos al proceso productivo (ruptura de cuellos de botella) o a elementos exógenos a la empresa, tales como condiciones locales de producción.
Sin embargo, aparentemente estos modos y prácticas de aprendizaje tecnológico no parecen ser suficientes según una nueva línea de estudio en el marco de las discusiones sobre aprendizaje tecnológico actualmente en América Latina, para lo cual dicho fenómeno debe ser conducido deliberadamente y en forma sistemática por la empresa. A esto se refiere Barrio, cuando señala que el modo usual y natural en que se presentan los esfuerzos técnicos de aprendizaje sólo cuando determinadas circunstancias (internas y externas) obligan a hacerlo, resulta ineficiente.
“El carácter “ad-hoc” de la práctica de solución de problemas en el momento en que se presentan conspiran contra cualquier esfuerzo de planificar el uso de recursos para su solución...” (22)
Aquí también se ubican, algunas ideas desarrolladas en el marco de esta discusión, que tienen como punto de partida, las siguientes interrogantes:
“Cómo hacer para que la empresa aprenda a aprender, cómo hacer para que construya su memoria tecnológica, es decir, un sistema organizativo capaz de rescatar y potenciar su experiencia en la selección, adquisición y uso de las tecnologías que le concierne” (23)
Si los cambios técnicos menores que se generan en las diversas prácticas del aprendizaje no suelen quedar registrados en la empresa, debe plantearse la constitución de una memoria técnica en la que quede registrada la información que se derive de un proceso deliberado de aprendizaje. (24)
Toda esta serie de planteamientos nos han permitido avanzar hacia la construcción de nuevas tesis del aprendizaje, que implica un concepto más operativo: la asimilación de tecnología. Esto es, el aprovechamiento sistemático de los conocimientos tecnológicos que se generan en las diversas formas de aprendizaje desarrolladas a partir de la experiencia acumulada dentro de la empresa.
El tratamiento de la temática tecnológica, en términos de un proceso de asimilación de tecnología explaya el campo de análisis del fenómeno del aprendizaje tecnológico, en función de que nos acerca aún más y con mayor grado de conciencia a las puertas del dominio tecnológico.
Así pues, no basta con aprender el uso de una tecnología dada y hacer modificaciones y adaptaciones locales. Es preciso plantearse hacer un mejor uso del aprendizaje y de la experiencia adaptativa acumulada en la empresa, a través de un esfuerzo tecnológico útil y de carácter acumulativo, fortaleciendo así, aún más, la capacidad tecnológica local de la empresa. Lo que queremos mostrar queda expresado en términos de Sercovich cuando señala que los procesos de aprendizaje por los cuales se generan esfuerzos tecnológicos, centrado en la ruptura de cuellos de botella, implican acercarse de manera efectiva y más rápida a condiciones de diseño preestablecidas en el que se va desarrollando un bagaje de capacidad y experiencia adaptativo que se expresa normalmente en cambios en los diseños originales. Pero los conceptos básicos raramente son alterados. Por lo tanto, según el autor, ¿no deberían operarse algunos cambios fundamentales en la forma en que se han concebido los esfuerzos tecnológicos hasta el momento? (25)
En tal sentido es necesario organizar de un modo más eficiente los productos del aprendizaje, sistematizando a través de un proceso de asimilación tecnológica las modificaciones y mejoras generados en la empresa. Esto implica una adaptación de los patrones de organización y gestión del factor tecnológico. Como indica Sercovich, “deben considerarse acciones destinadas a progresar en el terreno experimental, iniciando por esa vía un proceso de asimilación de tecnología sistemática, de entrenamiento y reentrenamiento de mano de obra y nuevas formas de organización”. (26)
Adentrarnos en esa vía experimental, que es iniciar un proceso de asimilación de tecnología, supone, como deja entrever el autor, otro tipo de capacidad organizativa de la empresa. Esta estaría centrada en nuevos esquemas de organización de la producción y de organización del trabajo, en los que el componente tecnológico pueda ser aprovechado por la empresa, en la que se registre, se sistematice, utilice y movilice su capacidad tecnológica acumulada en el aprendizaje.
En fin, entendemos que iniciar un proceso de asimilación de tecnología, significa que la empresa productiva puede retener como parte de sí misma y no como una labor individual, los cambios tecnológicos producto del aprendizaje. Para ello es fundamental entonces, que cree su propia capacidad de gestión del cambio tecnológico lo cual nos introduce en el campo de la operatividad, en el de la instrumentación del aprendizaje vía un proceso de asimilación de tecnología.
Orientar la temática tecnológica latinoamericana hacia la construcción de una nueva tesis del aprendizaje, debe conducir a definir la problemática del cambio tecnológico, no sólo en el plano teórico, sino en el plano operativo. Ahora, cabría preguntarse cómo se organiza la empresa en torno a su componente tecnológico? Cómo gestionar la variable tecnológica, en la que esta tenga un significado más allá que la de ser el medio para producir sus productos? Dónde quedan registradas las experiencias de aprendizaje en la empresa? Cómo sistematizar el aprovechamiento de los conocimientos tecnológicos? y, por último, Cómo hacer para que las decisiones gerenciales de la organización involucren decisiones para gerenciar lo tecnológico.
La posibilidad de dar respuestas a estas preguntas ha conducido a que a partir de la presente década se esté consolidando un “movimiento pragmático” que intenta instalarse en la discusión teórica sobre cambio tecnológico, como estrategia para el desarrollo tecnológico de nuestros países. Es precisamente este punto, el de las conexiones entre lo teórico y lo operativo, el que ha permitido definir el campo de la gestión tecnológica en la empresa, que asumimos como el ámbito de desarrollo de un proceso de asimilación de tecnología.