María Teresa Rosales (Universidad Simón Bolívar)
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RESUMEN: En el presente trabajo se hace un recuento de las diversas estrategias de desarrollo científico-tecnológico adoptados en los países latinoamericanos en las últimas décadas, así como algunas consideraciones importantes sobre la problemática del cambio tecnológico en la empresa productiva. Se plantea que el proceso de cambio tecnológico en el contexto empresarial requiere de una capacidad gerencial o de gestión tecnológica. |
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En las últimas décadas los países latinoamericanos han realizado esfuerzos significativos encaminados a lograr un desarrollo científico y tecnológico, y a utilizar las capacidades que del mismo derivan como instrumentos de progreso económico y social.
Diversas estrategias han sido adoptadas con tal propósito. En primer término, la creación y fortalecimiento de las infraestructuras científico-tecnológicas nacionales, cuya mayor capacidad en términos del número de investigadores e institutos y centros de investigación y desarrollo, no se tradujo en mayores habilidades para utilizar sus resultados, y en la práctica, nuestros países continúan siendo receptores pasivos de las tecnologías que otros generan en función de sus propias necesidades e intereses.
Un segundo enfoque estratégico fue la promoción de la inversión extranjera directa, la importación de bienes de capital, y la importación de tecnología desincorporada. Si bien la adquisición de importantes flujos de tecnologías foránea permitió la aceleración del proceso de desarrollo económico, por su particular incidencia en ciertos sectores productivos, sus elevados costos y los efectos negativos de carácter indirecto sobre otras áreas y sectores de la estructura económica y social de estos países, ameritaron el establecimiento de regímenes legales concebidos para regular y controlar dicha importación.
En un estudio reciente sobre el control de la importación de tecnología en América latina, (1), se concluye en forma preliminar que si bien regímenes de transferencia de tecnología han logrado reducir los costos financieros correspondientes, es incierto lo que puede decirse acerca de los logros obtenidos en relación con el mayor conocimiento y dominio de las tecnologías foráneas por parte de estos países.
La orientación del desarrollo tecnológico bajo los enfoques estratégicos mencionados se ha concretado en planes y programas formulados por los organismos centrales de planificación, los cuales al encontrar serias limitaciones en su ejecución, no han logrado inducir una efectiva interacción entre las decisiones tecnológicas del sector oficial y aquellas del sector empresarial (*).
El análisis de tales limitaciones permite concluir que las mismas obedecen, al empleo de instrumentos inadecuados de política, así como a la falta de mecanismos, estructuras de organización y administración apropiados para la toma y ejecución de decisiones tecnológicas, tanto en entidades gubernamentales como en empresas productivas (2).
En este orden de ideas, a partir de los últimos años de la década del setenta, se viene planteando la necesidad de definir esquemas de desarrollo que permitan una participación más directa y efectiva de los esfuerzos tecnológicos locales, en la búsqueda de las soluciones que demanda la producción de bienes y servicios. Se piensa que bajo este enfoque, es posible estimular el proceso de cambio tecnológico, creando y reforzando, tanto la capacidad técnica local para generar esas soluciones, como la capacidad gerencial necesaria para la toma de decisiones tecnológicas a nivel de empresas del sector público o privado.
En lo que se refiere a la capacidad gerencial para el manejo del problema tecnológico, es necesario mencionar el interés que este tema ha despertado en reuniones, foros, y cursos internacionales, y los esfuerzos que algunos países latinoamericanos actualmente adelantan con miras a la inserción de la Gestión Tecnológica, como área funcional especializada, en los esquemas organizativos y gerenciales. (3)
La Gestión Tecnológica constituye una área de considerable interés teórico y práctico, aún insuficientemente estudiada, tanto en países desarrollados; como en aquellos en vías de desarrollo. En éstos, es preciso profundizar en el diseño de metodologías de optimización de asignación de recursos en el área tecnológica, para asegurar el empleo eficiente de los mismos y para incorporar orgánicamente el conjunto de decisiones tecnológicas a los sistemas globales de la gerencia general. Este trabajo se plantea, como objetivo primordial, la elaboración de un marco de referencia que sirva de apoyo al estudio de las relaciones entre cambio tecnológico y las variables organizativas y gerenciales de la empresa productiva.
Pretende, por un lado, precisar la naturaleza y alcance conceptual del área de Gestión Tecnológica en la empresa. Por otro, aclarar su interdependencia con las restantes funciones básicas de la empresa desde la perspectiva del enfoque sistémico. Señala, además, algunas consideraciones en torno a la organización de la gestión tecnológica según el tipo de empresa. Por ultimo, hace referencia a la influencia determinante que las políticas globales de desarrollo, y en particular las políticas industriales, tienen sobre la capacidad de gestión de la variable tecnológica por parte de las unidades productivas.
En su acepción más amplia, el cambio tecnológico en los países en vías de desarrollo puede considerarse como el proceso a través del cual ocurren tres importantes actividades: la transferencia de elementos de solución tecnológica foráneos para resolver problemas de producción; la participación local en la selección, asimilación, adaptación, y generación de nuevas soluciones tecnológicas; la incorporación y generalización del uso de esos elementos en la producción de bienes y servicios.
El proceso de cambio tecnológico tiene lugar mediante las acciones de los componentes del sistema local de investigación, desarrollo, ingeniería y producción, y de las interacciones económicas y científico-tecnológicas de éstos entre sí y con los sistemas homogéneos del exterior. Como resultado de estas interacciones, se originan cambios en las condiciones en que se realiza la producción de conocimientos, bienes y servicios, los que en forma acumulativa afectan significativamente el desarrollo económico-social y científico-tecnológico de los países.
A su vez, el desarrollo tecnológico es considerado como el proceso a través del cual se genera la base de información, instalaciones, y equipos, y el personal especializado para participar en el proceso de cambio tecnológico. De esta manera, el desarrollo tecnológico puede ser visto, tanto como una necesidad para orientar y acelerar el proceso de cambio tecnológico requerido por el desarrollo económico y social, como una resultante de la participación local en este proceso.
Es posible adoptar diversas modalidades de acción, tanto para transferir tecnologías foráneas, como para lograr la participación local en el suministro de soluciones tecnológicas locales, y su incorporación al sistema productivo. Cada combinación de modalidades de acción constituye una opción de cambio tecnológico, que puede ser más o menos adecuada para un país en un determinado momento, dependiendo de los recursos con que cuente y sus objetivos de desarrollo.
La experiencia reciente de la mayoría de nuestros países indica que, el proceso de cambio tecnológico ha sido inducido fundamentalmente por la vía de la transferencia de tecnologías foráneas condicionadas a particulares procesos de industrialización y atadas a una masiva inversión extranjera directa, lo cual ha conllevado la imposición de tecnologías costosas y sofisticadas en un medio escasamente preparado para asimilarlas, adaptarlas, e innovar a partir de ellas.
Wionczek, (5), refiriéndose al caso de México señala que, “el sub-desarrollo científico tecnológico tuvo un efecto negativo sobre el proceso de industrialización del último cuarto de siglo, pues hizo que el país fuera un importador en masa de tecnologías de origen externo, sin que tuviera capacidad para establecer las prioridades tecnológicas, exigir de los vendedores de tecnología precios internacionalmente competitivos, y sin que pudiera adaptar la tecnología importada a las características de la economía nacional”.
Así mismo, Katz y Cibotti, (6), reconocen que si bien varias naciones latinoamericanas, en especial Argentina, Brasil y México, y en medida algo menor Colombia, Venezuela, y otros muestran experiencias recientes de desarrollo tecnológico y modernización parcial de sectores específicos de sus economías, inducidas fundamentalmente a través de los programas de inversión directa de firmas transnacionales, contratos de licencia, compras de equipo de capital, y tecnología desincorporada, la actividad inventiva interna adopta un cariz subsidiario y adaptativo de los diseños tecnológicos importados por cuanto está, primordialmente, dirigida a la obtención de mejoras, ajustes y adaptaciones del modelo ambiente doméstico de diseños tecnológicos originalmente concebidos en el mundo desarrollado”.
Si bien se ha alcanzado un adecuado nivel de comprensión acerca de las diversas variables que intervienen en el proceso de cambio tecnológico, y de las posibilidades de combinarlas para adoptar la opción de cambio que más convenga, hasta el presente no se han logrado esclarecer las relaciones existentes entre cambio tecnológico, y el sector económico tanto en términos macroeconómicos como microeconómicos (7).
Al respecto, Freeman, sostienen (8) que existen serios y complejos problemas para la formulación de un marco de referencia que permita analizar y cuantificar las relaciones entre cambio tecnológico y crecimiento económico, y entre aquel y la inversión en investigación y desarrollo.
Sábato y Mackenzie, (9), coinciden en que la carencia de un marco conceptual coherente, y la imposibilidad de lograr una evaluación cuantitativa correcta del cambio tecnológico introduce serias dificultades tanto a nivel global de la economía, como en lo estrictamente empresarial. Al referirse al aspecto microeconómico señalan que, “no es fácil medir la relación entre los esfuerzos que realiza una empresa en actividades de investigación y desarrollo, sus resultados y otros factores generales de la misma empresa, tales como su organización, sus servicios de comercialización, y las relaciones existentes entre ingeniería de producción e investigación y desarrollo”.
Aparte de las dificultades teóricas señaladas anteriormente, el análisis del proceso de cambio tecnológico en el contexto económico de los países latinoamericanos se hace aún más complejo, ante los desequilibrios crónicos ligados al ritmo de crecimiento, la distribución del ingreso, la composición de la demanda final y la fuerte incidencia de la corriente tecnológica externa, variables que condicionan el ritmo, naturaleza y composición del cambio tecnológico en estos países. (10).
En este sentido, Sábato y Mackienzie, (11), proponen enfocar el estudio del proceso de cambio tecnológico desde la perspectiva de la estructura productiva, es decir, desde las unidades económicas que suministran bienes y servicios utilizando tecnologías que las mismas empresas generan o adquieren en el mercado tecnológico suponiendo que, “este enfoque parece ayudar a alcanzar un entendimiento global de los procesos de cambio tecnológico y de investigación y desarrollo, no tanto porque sea capaz de resolver los problemas específicos, sino sobre todo porque parece capaz de ordenarlos en forma coherente, suministrando así nuevas bases para desarrollos futuros”.
Este trabajo acoge el enfoque propuesto limitándose al análisis de uno de los aspectos cruciales del proceso de cambio tecnológico, como lo es la capacidad gerencial de la empresa productiva para la adopción y ejecución de las decisiones tecnológicas.* El trabajo se limita a la consideración de la decisión tecnológica en la empresa productiva, aun cuando se reconoce que este tipo de decisiones también se toman en los institutos o centros de investigación y desarrollo.