Manuel Sulbarán
Mediante las notas que siguen, buscamos adentrarnos en el tema de la investigación industrial, razón de ser del CIEPE. La aproximación la buscamos tomando como base el libro INVESTIGACIÓN INDUSTRIAL E INNOVACION TECNOLOGICA de Virgilio Urbina, Caracas, 1979, al cual le comentamos fundamentalmente su capítulo referido a los lineamientos de acción, los cuales vienen a ser una expresión en detalle de la estrategia de la Fundación, figura jurídica del CIEPE. |
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Es evidente que la planificación se resuelve o realiza en tanto que proceso, en la formulación de planes y en sus respectivas ejecuciones. Si se asimila la planificación a los procesos de política económica, la primera trata de garantizar a los segundos un mínimo de coherencia y de consistencia técnica. Para ello, es fin último de la planificación (en economías diferentes a las de dirección centralizada) el lograr que las actividades y los flujos económicos se alleguen a determinadas metas, y que los agentes de la economía se comporten de cierta manera, de acuerdo a lo que previamente se considera un "deber ser", deber ser que en última instancia llega a traducirse en lo que la jerga especializada llama el "modelo normativo". En definitiva, los planes o con mayor propiedad la dirección de¡ la economía, de la sociedad se propone provocar determinados efectos en el discurrir del sistema ¡económico.
Buscando mayor formalidad conceptual diremos que un plan se identifica con una agrupación coherente de fines concretos, llamados ahora objetivos de orden cualitativo, que han de ser expresados en forma de metas, con lo cual éstas vienen a ser los mismos objetivos debida y técnicamente cuantificados de tal manera que, los planes para el alcance de los mismos queden debidamente especificados, al igual que la asignación de recursos humanos, financieros y materiales, asociada a tal consecución. El plan debe compatibilizar los objetivos y las metas con los recursos disponibles, por lo general escasos.
Por otra parte, de acuerdo al alcance de los planes, es decir al ámbito de lo que ha de planificarse, éstos pueden ser generales o parciales. Entendiéndose por planes parciales los referidos a partes de la actividad económica. En este sentido puede hablarse de planes, valga el ejemplo, para el sector industrial, donde lo parcial. se resuelve sectorialmente. Igualmente ocurriría con un plan del sector salud. Es también planificación parcial la que se ocupa de una gran empresa del Estado, pongamos por caso la planificación del desarrollo y la producción de SIDOR. Es igualmente planificación parcial, la que tiene que ver con el funcionamiento de una Fundación, en este caso CIEPE,
De acuerdo a los lapsos de la planificación, la literatura especializada está de acuerdo en aceptar tres plazos bien diferenciados: el largo plazo, el mediano plazo, y el corto plazo, el cual se ha ido conviniendo en relacionar con la llamada planificación anual operativa, Entre los diferentes plazos hay una vinculación objetiva, unas cuantas veces sutil, que resulta bueno conocer y manejar aún cuando advertimos que no siempre suele ocurrir así, sobre todo cuando se trata de la vinculación entre el largo y mediano plazo con la planificación operativo que hemos referido. En este papel se tratará de desarrollar algunas ideas en torno a las referidas vinculaciones.
En términos de práctica planificadora, la misma comprende cuatro o cinco fases o etapas, más o menos ordenadas como sigue: él diagnóstico, el prognóstico, la formulación, la ejecución, y la evaluación. Algunos autores que se ocupan del tema agrupan a diagnóstico y prognosis en una sola fase.
Mediante la planificación operativo anual se buscan pautas rnetodológicas para dar mayor racionalidad y coherencia al proceso de toma de decisiones en el corto plazo (el proceso de planificación conduce siempre a una toma de decisión) tornando en cuenta las respectivas directrices del mediano plazo, y conociendo, o dicho con mayor propiedad, vislumbrando lo que habría de ocurrir el año siguiente de la coyuntura.
Es obvio, que en la coyuntura pueden ocurrir eventualidades, que dados ciertos lineamientos estratégicos del mediano y largo plazo resulta entonces necesario desviarse respecto de, precisamente, esos lineamientos. Por otra parte, en la coyuntura, una consideración obligada que hay que hacer, es la referente a la posibilidad real de la Dirección, la Administración o la Gerencia, para dar concreción, para hacer que se materialice el cambio deseado y buscado en el corto plazo, dado el momento político-social y económico que pueda estar ocurriendo.
Lo último que venimos razonando es así, dado que si bien la planificación operativa anual expresa o llega a expresar los objetivos del mediano y largo plazo, en metas bien cuantificadas en. toda la extensión de la palabra, para lapsos anuales, es claro que en el momento de la formulación de largo y mediano plazo no es posible hacer una prospección que permita avizorar el comportamiento que habrá de tener la coyuntura. Siempre habrá situaciones desconocidas, no previstas, entre la formulación de los planes de largo y mediano plazo, como se ha apuntado, y la ejecución que se va dando, todo lo cual va haciendo obligante la definición o redefinición de las metas planteadas para el plan operativo anual.
Rasgo de importancia de la planificación operativa, que la tipifica respecto de los restantes plazos más largos de la planificación, es el que tiene que ver con el necesario detalle y precisión. Si bien la preocupación central de la planificación del mediano y largo plazo son las modificaciones estructurales de la economía, en cambio la planificación operativo apunte a esos cambios fundamentales, buscando alcanzarlos mediante programas de ejecución por etapas y fases.
Preciso resulta hacer un comentario adicional respecto de la coyuntura, y se trata de que si la planificación operativa está obligada a aprovechar al máximo a ésta, entonces corresponde a la planificación de la coyuntura servir a veces de catalizador de ciertas situaciones. Tomamos prestada la idea de Carlos Matus (1) y decimos que hay que hacer a ratos "política construida", creando situaciones de audacia de acción, sobre todo cuando no se dan las llamados "coyunturas dinámicas".
De la lectura y reflexión del marco general de trabajo, de los lineamientos que de allí se desprenden (lineamientos de acción; 47-52 INVESTIGACION INDUSTRIAL E INNOVACION TECNOLOGICA), nos permitimos avanzar para la discusión los siguientes comentarios:
1. Se entiende la idea del CIEPE como centro de investigación industrial, tal como se desarrolla en el texto citado; se agrega que entre la etapa actual y la que se vislumbra a futuro (esta última como de generación de nuevos conocimientos y el adentrarse en la tecnología de frontera) cabe una etapa intermedia, como sería la de servir de laboratorio de experimentación (vía pasantías de pre y postgrado, dados la calidad y el tamaño de planta de la Fundación) de agentes de investigación académica: universidades e institutos de investigación de menor dimensión que necesitaron este servicio. Sería una buena experiencia de vinculación entre agentes de investigación académica y agentes de investigación industrial como éste, toda vez que los primeros aportan un buen insumo, un sustantivo insumo, a los segundos.
2. En cuanto al carácter nacional del Centro podemos anotar que lo entendemos igual, pero le hacemos las siguientes acotaciones:
a) Debe hacerse consideración de las dinámicas de la demanda real y potencial. En una primera aproximación nuestra apreciamos que la diferencia entre las demandas anotadas no es lo suficientemente grande como para absorber los incrementos de oferta asociados a las utilizaciones cada vez mayores de capacidades de planta hasta llegarse a la utilización plena de la capacidad instalada, como es de proveerse con un desarrollo progresivo de la Fundación, desarrollo que no descartaría futuras posibles expansiones. En consecuencia, debe irse pensando en términos de estrategia de mediano y largo plazo, que aunque se conserve el carácter nacional del Centro, el mismo puede vender eventualmente sus servicios en zonas correspondientes a áreas de integración, sin que se desdibuje su perfil.
El anterior planteamiento precisa de una definición más exacta de la estrategia y política de la Fundación, y de ser posible también una más clara definición respecto de los Sistemas de Ciencia y Tecnología y de Planificación Nacional. En este último Sistema conviene saber o definir cómo sería en definitiva la inserción en la planificación sectorial por comités que viene planteando la formulación del VI Plan de la Nación.
b) Debe hacerse consideración de sus objetivos; aún cuando cargada de buenas intenciones rápidamente detectables, la creación y la puesta en marcha de la Fundación, si atendemos a un planteamiento inicial, como el del Acta Constitutiva, que dice así:
"Del objeto de la Fundación. La Fundación tendrá como objetivo primordial el desarrollo del sector productivo nacional en el campo de la industrialización de materias primas de origen agrícola, mediante la investigación tecnológica aplicada, la asistencia técnica y la capacitación de personal”...
de esta declaración nos interesa retener lo referente al desarrollo del sector productivo nacional en el campo de la industrialización de materias primas de origen agrícola, para que entendamos que si tal desarrollo es abordable vía-tecnología como se le plantea al Cl EPE, en cambio hay que tener en cuenta que hay un abigarrado conjunto de otros factores que escapan a la influencia del Centro, y que por lo tanto dejan de ser variables que él mismo pueda mover, no obstante que debe permanentemente considerar. Entre estos factores destacan algunos políticos y otros económicos. Uno sólo y valga como ilustración pedagógica: la heterogeneidad estructural de la economía venezolana, con sus sectores básicos ubicados donde todos conocemos. Heterogeneidad que coloca al sector agrícola en situación de marginalidad en muchos aspectos, y que aún inversiones cuantiosas en el sector no lo sacan de esa situación que anotamos. Un sólo ejemplo, puesto que escapa a los alcances e intención de este papel, el análisis de otros aspectos diferentes al tecnológico propiamente, en lo que venimos discutiendo.
El razonamiento que traemos lo rematamos así: es estratégicamente válido, que dado su carácter nacional, el Centro se prepare para funcionar en cualquiera de las situaciones, bien de desarrollo de¡ sector agroindustrial, o de estancamiento o de involución que pueda presentarse, y en los diversos matices que de estas situaciones puedan darse. Son diferentes las expectativas de demanda de una agroindustria desarrollada que de una agroindustria débil.
3. "Se define que el Centro debe orientar su trabajo en dos vertientes: atacando problemas del país, (... ) y resolviendo problemas a la agroindustria nacional (... )". Siendo consecuentes con el comentario hecho al lineamiento (2) desde nuestra óptica serían tres las vertientes, toda vez que habría de añadir, la de, en principio, "venta de servicios fuera del ámbito nacional" (exportación al área andina?...)
4. "Se acoge como cuestión importante que los proyectos de investigación internos a desarrollarse, además de ser factibles técnicamente, deben tener factibilidad económica". Al respecto podemos anotar que no obstante un proyecto ser factible técnica y económicamente, si generare costos sociales sustantivos, pensamos que merecería el ser rechazado. Estos costos sociales, groseramente podrían medirse en el impacto que produce o produciría en el medio la aplicación de proyecto. Criterios ecológicos deben ser incorporados en el análisis de factibilidad.
5. "Se precisa que el Centro debe trabajar en problemas de la industria, independientemente de que la solución de esos problemas implique realizar investigación tecnológica (nuevos productos y/o procesos, etc.) o prestación de servicios tecnológicos de menor jerarquía (control de calidad, evaluación de productos o materias primas, información técnica, etc.). (... ) ".
Con respecto al anterior lineamiento, haremos previamente la siguiente digresión que consideramos pertinente:
Aceptamos metodológicamente válida la desagregación funcional de la ingeniería que viene así:
- ingeniería de productos y procesos
- Ingeniería de concepción y realización de proyectos
- ingeniería de producción
desagregación que de alguna manera agrupa las actividades de ingeniería un poco a la manera de Mario Karnenetzky en su "ingeniería y Tecnología a Escala", Buenos Aires, 1971. Decimos un poco, y no hacernos la asimilación total, en virtud de que Karnenetzkv con mayor amplitud conceptual, habla de actividades científicas y técnicas, lo cual incorpora de manera evidente las actividades de ingeniería, pero también otras actividades científicas diferentes. Esta clasificación introduce un cambio en la concepción del ejercicio de la ingeniería. Rechaza el ejercicio individual y personalizado de la misma. En sustitución introduce el concepto de ejercicio colectivo que se da a través de oficinas multidisciplinarias de ingeniería y consultaría. A este concepto hay que reforzarlo en la práctica, aún por sobre lo arraigado que está el ejercicio individualizado, institucionalizado, además, a través de diversas formas jurídicas, entre ellas la Ley de Ejercicio de la Ingeniería, la Arquitectura y Profesiones Afines, más algunas normas de contratación bastante obsoletas por cierto. La digresión la justificamos porque una de las funciones del Centro viene referida a la actividad en tanto que Consultores.
Hacemos comentarios adicionales a la desagregación funcional de la ingeniería.
En primer lugar, en la realización de la subfunción ingeniería de productos y procesos hay una remisión directa a las unidades generadores de conocimientos productores de ciencia y tecnología, a través de, fundamentalmente, un consumo intensivo de servicios de investigación y desarrollo.
En cambio en la realización de la sub. función Ingeniería de concepción y realización de proyectos industriales hay una remisión a las unidades organizadoras de conocimiento, las cuales analizan las posibilidades reales de aplicación socio-económica de lo creado, y fuerzan el estudio y análisis del modo óptimo de aplicarlo. Tales unidades, en buena medida se concretan y expresan en institutos de planificación y planeamiento, y también en las empresas consultoras, como además en los departamentos de evaluación de proyectos y de estudios económicos de diferentes empresas y otras entidades.
Por su parte, la subfunción Ingeniería de producción le corresponde remitirse a las unidades utilizadoras de conocimiento, las cuales se caracterizan por su incorporación de las creaciones tecnológicas a unidades productoras de bienes y servicios. Tales unidades vienen a conformar las llamadas empresas de ingeniería, o bien los departamentos de ingeniería de las empresas del aparato productivo.
Hecha la anterior digresión, modificaríamos el lineamiento quinto como sigue:
Se precisa que el Centro debe trabajar en problemas de la industria, bien sea que se den en establecimientos en funcionamiento (problemas de optimización de la función de producción, a través de la estandarización, control de calidad, normalización, otros ... ) o que se den en la fase de pre-inversión, o que tales problemas se den referidos a la ingeniería de productos y procesos.
6. No hay comentarios en torno a la definición de la competencia sectorial de las actuaciones del Centro. El marco de referencia es la investigación industrial en término genérico pero en específico propiamente la investigación agroindustrial. Parece razonable el establecimiento de una primera etapa asociada a la industria de alimentos.
7. "Se define con claridad la naturaleza programada que debe tener la actividad de investigación, habida cuenta de que tanto los proyectos internos así como aquellos que se ejecutan por demanda de la industria tienen un costo e involucran un compromiso".
Dado el grado de conciencia en torno a aspectos que el Proyecto supone cuales son: objetivos precisos, tiempos bien definidos para la solución del problema, y costos predeterminados, sería conveniente analizar la factibilidad de implantar un modelo de seguimiento de los proyectos por ruta crítica. La aplicación del PERT/CPM para el caso de conjuntos de proyectos como ocurre con CIEPE arrojaría probablemente resultados positivos que luce de la mayor pertinencia adelantar el ensayo.
En cuánto a la idea del Proyecto como unidad básica de las actividades del Centro, idea justificada a través del esquema de organizaci6n matricial, es posible de complementar si se hace una agrupación de los proyectos asociándolos a las unidades de generación, organización y/o utilización con que tengan relación. Lo anterior es buscando la mayor racionalidad en la utilización de los recursos humanos disponibles los cuales deberán alcanzar un relativo grado de especialización dentro de la concepción de multidisciplinariedad que debe prevalecer en las actividades de investigación del Centro.
De otra parte, el funcionamiento de la Fundación como Consultora, puede tener como objetivo de mediano plazo, el alcanzar a definir pautas de funcionamiento y operatividad que sean generalizabas en cierta medida a la actividad de consultaría nacional (dentro de lo que el marco legal e institucional de referencia va permitiendo), que apunte al fortalecimiento en cuestión, que en un primer momento expresaría el deber ser, trataría de dibujar una suerte de modelo normativo, y a través de una especie de ensayo piloto entraría en una segunda etapa de referencia obligada para la restante investigación industrial (en áreas diferentes a la agroindustria) y orientación para la consultaría nacional.
8. "Se define que al atacar la solución de los problemas planteados, se debe, en
principio, partir del cúmulo de conocimiento ya existente en el mundo, máximo si el CIEPE se mueve en el ámbito de la tecnología agroindustrial, que no constituye un área de conocimiento demasiado dinámica y sofisticada. No se debe, a cada paso, estar inventando lo inventado, pues ello conlleva pérdidas de eficiencia, prestigio y recursos en general. En este sentido, se establece la actividad de la recopilación y procesamiento de la información técnica como de alta prioridad".
Respecto de este lineamiento, referido al conjunto de conocimientos existentes en el mundo, de alguna manera bastante difundidos, asociaremos la reflexión con el tercer objetivo (1) estratégico de la Fundación, y que tiene que ver con las llamadas tecnologías de punta, de frontera. La asociación es para introducir la pregunta de si entre estos dos polos de sencillez y sofisticación tecnológica no cabrá el problema de la tecnología intermedia? (2). Pensamos que sí cabe antes de desarrollar la definición de área programática para tecnologías de punta, o por lo menos simultáneamente. La exploración del tema es pertinente, y tiene que ver con tecnologías adecuadas a países subdesarrollados con vocación de salir del tal estado.
Por otra parte, si se entiende en el mismo lineamiento que la actividad de recopilación y procesamiento de información técnica es de alta prioridad, es pertinente también abrir una discusión en torno a la transformación de la División de Información Técnica en una División de Estadística e Informática, apuntando hacia la participación de la misma dentro de lo que son los planes de la OCEI.
9. Se establece que el Centro debe tener una posición activa ante la demanda de la industria y los problemas del país".
En este caso la implantación de mecanismos agresivos para estimular la demanda pasa por un buen conocimiento de ese mercado. Un conocimiento inicial puede expresarse en un PERFIL de la agroindustria. Tal perfil puede dibujarse a patir de la revisión y análisis de algunas fuentes primarias, como serían las Encuestas Industriales II, III, IV y V. Allí sería fácil detectar el movimiento de algunas de las variables importantes de la Agroindustria. Entre ellas las variables económicas. Se consigue menos el movimiento de las variables tecnológicas. Puede revisarse en este momento "Agricultura y Agroindustria” del CENDES, y algunos trabajos de COAGRO. Para el conocimiento de los aspectos tecnológicos somos partidarios de provocar la información a partir de una encuesta por muestreo, cuyo costo no sería oneroso, y con una representatividad que permita hacer algunas extrapolaciones que definan el comportamiento de toda la población. Una tarea de esta naturaleza sería enfrentada por una División de Estadística e Informática como la que se ha comentado atrás, y bajo la coordinación y supervisión de la Oficina de Planificación y sería en y para sí un Proyecto de la Organización Matricial.
10. "Se define que los servicios que el Centro prestará al sector público y privado deberán ser cobrados a precio de costo, habida cuenta de que la Fundación no tiene fines de lucro".
No se discute el principio que sustenta el lineamiento, pero se deja abierto la posibilidad de reflexión sobre si vale la pena establecer tarifas diferenciales, que en algunas ocasiones permita un razonable margen de ganancia, que en verdad coadyuve el autofinanciamiento de la Fundación. Márgenes de ganancia sería justo que se hicieran presentes cuando se trate de la exportación de servicios, y en algunos casos internos cuando. el cliente se trata de una firma poderosa, no necesitada de subvencionar los servicios investigaciones prestadas.
Puede asociarse la discusión sobre las tarifas, al (ahora no recordamos el nombre exacto) impuesto tecnológico promovido por el CONICIT, el cual trata de incorporársele a la Ley de ese organismo, de modo que los gastos en que el sector productivo incurra asociados a investigación tecnológica, les sean deducibles al final del ejercicio económico del referido impuesto. Dentro de la anterior línea de pensamiento se está de acuerdo en que el Estado debe subvencionar sólo parcialmente los servicios de Investigación a la industria.
11. "Se destaca la importancia de la cooperación del Cl EPE con otros centros, institutos o grupos de investigación del país, cuyos objetivos son diferentes... “
Además de la cooperación prevista con organismos corno el CONICIT, CAVIDEA, FONAIAP y otros, nos permitimos recomendar la discusión sobre la posibilidad real de funcionamiento de una Oficina o Dirección de Planificación en un organismo como el FINT, que a partir de la conciencia del avance de las actividades (por ahora lentamente) de Investigación tecnológica e industrial en el país, en el sentido de su institucionalización, se proponga entonces tal Oficina o Dirección, la racionalización de tales actividades, dotarlas de coherencia y consistencia e imbricarlas definitivamente al sector productivo. ¿Se pone de bulto entonces, la urgencia y necesidad de un plan nacional de desarrollo tecnológico diferenciado de un plan de desarrollo científico? ¿Qué organismo lo acometería? Se refuerza la importancia de la comunicación y más la cooperación de CIEPE con otros centros, como bien se apunta arriba.
12. Se destaca, así mismo, que las relaciones con organismos tales como el ONUDI, la World Association of Industrial and Technological Research Organizations (WAITRO) y Centros de Investigación Industrial de mundo, son de fundamental importancia. Se enfatiza sobre todo en las relaciones con centros de investigación industrial de América Latina y el Caribe, tornando en consideración la similitud de su problemática con la venezolana.
En cuanto a este último lineamiento, creernos que se corresponde con los lineamientos dos y tres, ya razonados, donde se destaca que conservando el carácter nacional el Centro puede tener una proyección hacia el exterior.