Alexis Mercado y Marely Malavé
Durante mucho tiempo, el Estado venezolano ha venido realizando esfuerzos para promover la integración de la academia y la industria con resultados muy discretos. las razones del poco éxito obtenido derivan, en mucho, de la implantación acrítica de políticas ideadas en los países desarrollados (PD), sin considerar los niveles de desarrollo tecnológico de la estructura industrial y sus requerimientos; en otras palabras se ha partido de una inadecuada consideración de aspectos estructurales del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación.
Estos esfuerzos han contemplado instrumentos de los más diversos relacionados con actividades de formación, prestación de servicio, asistencia técnica y estímulos a la I+D. Sin embargo, no han formado parte de un esquema integrado y articulado de política, respondiendo las más de las veces a iniciativas institucionales particulares, situación que limita severamente el alcance de estas iniciativas. Tal situación es determinada en gran medida por las culturas de los actores relacionados con el desarrollo tecnológico, poco acostumbrados a trabajar coordinada y cooperativamente. Se plantea un dialogo de sordos donde el formulador de política obra diseñando los instrumentos que supone acertados si mayor participación o consulta, el investigadorr académico desarrolla su actividad dando por hecho que los resultados de sus trabajos son útiles per se para la sociedad y el empresario opera en la certeza de que no va a conseguir en las universidades soluciones expeditas a sus problemas tecnológicos por lo que perfiere actuar como mero adquiriente de la tecnología.
Ante tal situación, se hace necesario hacer esfuerzos por modificar tales culturas. A partir de 1999 se plantea en el país un cambio en en el enfoque de la promoción, desarrollo y uso del conocimiento científico y tecnológico que procura una mayor participación de la sociedad. ampliando los ámbitos de responsabilidad social, al incorporar explícitamente al sector privado como promotor y ejecutor de estas acciones. Adicionalmente se verifica un esfuerzo por construir espacios para el desarrollo tecnológico que incluye centros generadores de conocimiento y estructuras de interfase. El CNTQ se crea en 2005 como figura del segundo tipo. Para su concepción, se realizó un estudio que estableciera los objetivos y el perfil que debía tener un organismo promotor del desarrollo tecnológico de una industria clave para el país. Siendo necesario superar la visión ofertista, sus acciones deberían desarrollarse a partir de los requerimientos de la industria.
La utilización de técnicas Delphi, y de Análisis Estructural permitió identificar variables clave para su funcionamiento. El financiamiento y la Capacidad Tecnoproductiva de la Industria emergieron como las variables que más influencian el sistema (integración universidad – industria) por lo cual fueron muy tomados en cuenta en la definición de objetivo y metas.
El proceso de implantación del centro confrontó diversos problemas. Aparte de las diferencias naturales de estos dos ámbitos (propósitos y dinámicas diferentes) se consiguió con estructuras organizacionales que entorpecen la interacción, escasa cultura tecnológica en la industria y bajas capacidades para emprender proyectos tecnológicos en las universidades. Así se ha trabajado en caracterizar mejor los requerimientos, encontrándose que en la generalidad de los casos, apuntan a optimizar procesos, actividades para las cuales se han conseguido capacidades en las universidades. Sin embargo, en los pocos casos donde se han identificado requerimientos más complejos en términos de I+D no existe en estas instituciones capaciades para afrontarlos.
La labor de un organismo de este tipo en un país end esarrollo debe prestar especial atención a las debilidades estructurales del SNCTI, razón por la cual se están adoptando estrategias de aprendizaje amplias que consideren desde labores de carácter adaptativo de la tecnología en las empresas de las industrias de procesos hasta el desarrollo de capacidades de investigación y desarrollo en áreas de frontera vinculadas a las principales actividades productivas del país.
Variables a emplear en el Taller de Análisis Estructural para la creación del Centro Nacional de Tecnología Química (CNTQ)
| 1.- Percepción de los Investigadores y Académicos de la actividad de I+D industrial Definición: ¿Cuan afín perciben los académicos las actividades tecnológicas de sus contrapartes en la industria (profesionales y técnicos dedicados a labores I+D)? |
| 2.- Percepción de los Industriales sobre la actividad de I+D en el mundo académico Definición: Percepción diferenciada de los profesionales de la industria de los objetivos y ritmos de trabajo de la actividad de I+D en la academia |
| 3.- Sistemas de información. Definición: Disponibilidad actual de las estructuras académicas de proveer información científico – técnica al mundo productivo |
| 4.- Capacidad tecnoproductiva de la Industria: Definición: Capacidad estructural (técnica y productiva) para acometer proyectos de I+D e innovación |
| 5.-. Capacidad tecnoproductiva de las Universidades y los Centros de Investigación. Definición: Capacidad que tiene la academia para aplicar el conocimiento que genera en actividades de desarrollo de productos y procesos de utilidad industrial. |
| 6.-Desarrollo de Tecnologías Limpias. Definición: Capacidad de las estructuras académicas e industriales de explorar trayectorias tecnológicas que hagan uso más eficiente de los recursos y aminoren el impacto sobre el ambiente. ponencia CNTQ-definitiva-Alexis |
| 7.- Estructura virtual Definición: Articulación y uso de las capacidades de I+D existentes en la Academia y en la Industria para optimizar los recursos existentes con el fin de promover actividades de innovación |
| 8.- Financiamiento del Centro Definición: ¿Se considera dentro del presupuesto del Centro, el financiamiento de los estudios de factibilidad de los proyectos? |
| 9.- Capacidad de gestión de la Asistencia Técnica Local Definición: Alcance de la gestión del Centro en términos de hacer uso de capacidades existentes en la academia y la industria para responder a requerimientos técnicos del sector industrial. |
Vol. 31 (4) 2010
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