Hugo M. Rodríguez
La primera gran conclusión que podemos extraer del análisis precedente es que tanto a nivel estrictamente interno como a escala internacional tomando como referencia de ésta el patentamiento en los Estados Unidos - el uso que los argentinos hacen del sistema de patentes es realmente insignificante. Para medir tamaña afirmación repárese que, por ejemplo, Argentina obtuvo en Estados Unidos en 30 años tantas patentes como Australia o Canadá obtienen en tan sólo 1 año.
La otra gran evidencia que surge del estudio es que obtener patentes en los Estados Unidos es una meta que se han fijado todos los países que ambicionan ocupar un espacio importante en el comercio internacional. Ello se debe a que las patentes constituyen el instrumento por excelencia para proteger las innovaciones tecnológicas de un país frente a la competencia extranjera en un mundo que basa su desarrollo precisamente en el conocimiento. En estrecha relación con lo dicho, otro factor al que los países asignan cada vez mayor atención es el gasto global en investigación y desarrollo (GGID), que se supone está en el origen de la mayoría las innovaciones tecnológicas quedando por ello vinculado con el patentamiento que, como vimos, muestra una muy alta correlación con el GGID. Es decir, que podríamos reconocer un encadenamiento, más o menos lógico y natural, que conduce del gasto global en I+D a la obtención de patentes en Estados Unidos (y en otros importantes mercados mundiales como ser Europa, Japón y ahora China), y a su vez, del patentamiento a la explotación comercial de los mercados. En consecuencia, el bajo nivel de GGID argentino es una de las razones que explican su baja participación en el patentamiento internacional y también en el comercio internacional de bienes y servicios de fuerte base tecnológica.
Una conclusión categórica del análisis es la fuerte “especialización” que exhibe argentina en los sectores de ingeniería médica y de productos farmacéuticos y cosméticos, lo que estaría indicando una cierta ventaja comparativa del país en estos campos de la industria. Como contrapartida también debe señalarse la evidencia negativa que supone la existencia de una gran cantidad de investigadores argentinos que obtienen patentes directamente en lo Estados Unidos por estar radicados fuera del país.
Por último, aunque no por ello menos importante, el estudio muestra la extrema debilidad tecnológica tanto de las empresas privadas argentinas como del sistema científico-tecnológico público, puestas en evidencia por la escasísima cantidad de patentes que estos sectores obtienen en los Estados Unidos. Sin embargo debe reconocerse que durante las dos últimas décadas, los sectores industriales y de servicios que lograron sobrevivir a la experiencia aperturista indiscriminada de la economía argentina han experimentado una importante actualización tecnológica. Este hecho sumado a las conclusiones anteriores nos lleva a interpretar que el desarrollo tecnológico argentino, en lo que respecta al sector privado, está fuertemente basado en la transferencia (“compra”) de tecnología desde el exterior, situación que excepto cuando se trate de empresas extranjeras radicadas en el país- lo debilita comercialmente y lo hace profundamente dependiente de sus proveedores de tecnología, y en lo que respecta al sector público de I+D, muestra la preponderancia que éste le asigna a la investigación básica por sobre la investigación tecnológica.
La situación de las empresas extranjeras radicadas en el país constituye un caso muy especial. Puede aceptarse que en general estas empresas disponen de tecnología actualizada que les proporciona la empresa matriz, pero por otra parte, según vimos, realizan muy poca investigación y desarrollo tecnológico en el país, ello a pesar de que se trata de grandes empresas y que suelen ser líderes en sus respectivos sectores. En este caso, además de que el país no participa por medio de la subsidiaria local- de la porción más calificada del trabajo que genera la empresa madre (el de I+D), la dependencia entre subsidiaria y matriz implica el riesgo que una decisión arbitraria de la casa matriz como ya ha ocurrido muchas veces- puede significar la desaparición de la empresa local sin dejar una herencia tecnológica arraigada en el país.
I Aspectos de la Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC), es un acuerdo firmado por los países miembros de la Organización Mundial del Comercio cuando ésta nació al finalizar la Ronda Uruguay del GATT.
II Incluso en el caso de integración multinacional más perfeccionado y avanzado que es la Unión Europea, las patentes que administra la Oficina Europea de Patentes (OEP) siguen siendo de carácter nacional ya que si bien la solicitud, la búsqueda y análisis de antecedentes, el examen de las mismas, las oposiciones, etc. los efectúa la propia OEP, éstos se realizan respetando las legislaciones nacionales de los países miembros (entre los que aún subsisten diferencias). Recién en los últimos años la UE está avanzando en la posibilidad de crear lo que sería la “patente europea” que sustituiría a las patentes nacionales de los países comunitarios.
III Históricamente la legislación de patentes de muchos países excluyó hasta no hace mucho tiempo- del campo patentable a los productos farmacéuticos, productos alimenticios e inclusive hasta productos químicos.
IV En algunos países anglosajones suele existir lo que llaman “petty patents” que, al igual que los modelos de utilidad, son patentes de menor relevancia y que también son intercambiables con las patentes.
V Con los titulares residentes no ocurre el mismo fenómeno dado que las solicitudes de éstos no muestran un crecimiento semejante al de los titulares no residentes (ver Fig.1)
VI Una demora excesiva en la ejecución del examen de las solicitudes extiende peligrosamente la situación de incertidumbre acerca de la real y efectiva vigencia de las respectivas patentes, es decir, configura un acto de inseguridad jurídica.
VII Aunque las causas de abandono en el caso de los titulares residentes sean distintas de las de los titulares no residentes. Para los primeros cuya mayor parte son personas físicas- las principales causas pueden ser: el costo y la precaria solidez inventiva de la patente.
VIII Se supone que un titular extranjero que decide solicitar una patente en los EEUU, dado los altos costos que esto demanda, sólo lo hace cuando la invención realmente tiene un valor económico que lo justifique. Esto generalmente no ocurre con todas las solicitudes de patentes que se presentan en la instancia nacional.
IX La suma total de patentes obtenidas por inventores de cada país es mayor que la cantidad total de patentes obtenidas por la razón de que muchas patentes se deben a dos o más inventores que pueden tener distintas nacionalidades.
X Esta corrección es necesaria porque desde la creación de la Oficina Europea de Patentes OEP), los residentes de los países que la integran tienen la posibilidad de presentar su primera solicitud de patente sea en la Oficina Nacional de Patentes o en la OEP, en consecuencia dichos residentes pueden invocar en Estados Unidos prioridad por cualquiera de las dos vías.
XI Pude constatar que algunos inventores apelan a solicitar una patente en el exterior sin invocar la prioridad argentina, es decir, como si se tratara de la primera solicitud, a pesar de haber solicitado previamente, y a veces obtenido, la patente nacional por la misma invención. Es muy probable que esto ocurra por habérsele vencido el plazo de prioridad que establece el Convenio de París. Sin embargo, una decisión de este tipo es muy riesgosa porque, según la legislación de muchos países, si es denunciado por un tercero o de algún modo se descubre la anomalía puede dar lugar a la nulidad de la patente obtenida en el extranjero.
XII En realidad se refiere a los nacionales de cada país independientemente del lugar en que se encuentren radicados, lo que torna discutible que esa actividad innovativa redunde efectivamente en una mayor presencia del país en el ámbito internacional.
XIII Recuérdese a este respecto la polémica sucitada en los Estados Unidos bajo la presidencia de Bill Clinton entre la Jefa del Gabinete de Asesores, Laura D Andrea Tysson y el Secretario de Trabajo Robert Reich, bajo el esclarecedor artículo de la primera titulado “Ellos no son nosotros”.
XIV Las tres patentes corresponden a un inventor, probablemente de nacionalidad brasileño (Lima, Paulo) radicado en GB, y además las tres invocan prioridad brasileña. Esto implicaría que el 100% de las patentes norteamericanas de Petrobras son de inventores brasileños.
XV En general las patentes son clasificadas en varias posiciones de la CIP y, en algunos casos, puede ocurrir que dichas clasificaciones correspondan a distintos campos tecnológicos. Por ello, la oficina de patenes designa a una de dichas clasificaciones como la principal, siendo las restantes secundarias.
XVI Correspondencia entre clasificaciones tomada del Manual de patentes 1994 - OECD
XVII Como dijimos antes, esto excluye parcialmente a las PyMEs porque éstas suelen registrar sus patentes a nombre de sus socios, con lo que en nuestro análisis, quedarían incluídas entre las personas físicas.
XVIII No he podido realizar un análisis similar con el patentamiento de argentinos en la OEP porque la base de datos de patentes europea no lo permite, sin embargo, una observación preliminar nos permite sostener que el volumen de patentes argentinas en europa tampoco es significativo.