Igor A. Arias M.
En la sociedad occidental y especialmente desde el inicio de la era industrial, el desarrollo se ha venido entendiendo como crecimiento económico global. Sin embargo diferentes autores y la dramática realidad experimentada en los diferentes países indican, que si bien el crecimiento es parte del desarrollo este indicador está muy lejos de explicarlo. Crecimiento mide cantidad mientras desarrollo es expresión de calidad.
El desarrollo implica satisfacción de necesidades humanas-sociales como salud, educación, necesidades culturales, económicas, espirituales, etc. Implica crear capacidades y aprovechar oportunidades para la construcción de una sociedad que en libertad, sea capaz de alcanzar una mejor calidad de vida y un sostenible bienestar.
El desarrollo viene a ser el cambio hacia una sociedad creativa, libre y diversificada en cuanto a capacidades y oportunidades (Sen, 1999).
El desarrollo, para Sen se entiende como libertad, pues refiere al mundo que se quiere para cada uno de nosotros. Es un enfoque que propone colocar el mejoramiento de la vida de la gente en el centro de la atención pública. Se trata primero de establecer un punto de vista ético a partir del cual se evalúa el progreso humano. Esa perspectiva es el aumento o no de la libertad real de las personas. Sen, entiende libertades como capacidades humanas para alcanzar estados y quehaceres considerados valiosos por la persona.
De manera que una persona que realice una combinación de actividades y de sentires altamente valorados por ella, es una persona a quien se puede considerar desarrollada, ya que sus capacidades creativas y productivas se han puesto en realce. Si llevamos esta idea al colectivo, el desarrollo se concibe como un proceso de apertura de oportunidades para todos, a partir del cual las personas alcanzan estados valiosos.
La libertad es el fin primordial del desarrollo, pero también su principal medio para alcanzarlo. Es decir, la expansión de la libertad se logra con más libertades. La libertad para Sen significa, específicamente, no sufrir privaciones: de alimentación; de pérdida de años de vida prematuramente; de salud por enfermedades prevenibles; de la capacidad para leer, escribir y calcular; de la expresión del disenso, de la participación política. El desarrollo se centra en la expansión de las libertades y su evaluación debe ser consistente con ello.
Las libertades igualmente pueden entenderse como oportunidades y derechos que se ofrecen, a través de los sistemas económicos, sociales y políticos de los cuales dependen principalmente las libertades individuales para su realización: libertades políticas, los servicios económicos, las oportunidades sociales, las garantías de transparencia.
Desarrollo humano: Según el PNUD el desarrollo humano es un proceso mediante el cual se amplía la gama de opciones de las personas, brindándoles mayores oportunidades de educación, atención médica, seguridad alimentaria, empleo e ingreso. El concepto se refiere esencialmente a la formación de las capacidades de las personas. Es justamente esta capacidad la que permite a las personas asumir su responsabilidad para mejorar su bienestar individual y colectivo y aprovechar las oportunidades que se presentan o que ellas mismas puedan crear con libertad. Ello también presupone la directa participación de las personas en las decisiones.
El PNUD ha desarrollado el Índice de Desarrollo Humano (IDH) como instrumento para medir el adelanto medio de un país en lo que respecta a la capacidad humana básica representada por las tres oportunidades humanas más importantes y permanentes: esperanza de vida, que refleja una existencia larga y saludable; nivel educacional, que resume los conocimientos adquiridos y, el ingreso per cápita, que indica la capacidad de acceso a los recursos para vivir dignamente.
Pudiéramos decir que estos conceptos de desarrollo son antropocéntricos: el fin es el hombre y el mejoramiento de su bienestar actual y futuro. Se trata de crear un capital humano/social que sea capaz de adelantar procesos sostenibles en lo económico, social, cultural, ambiental que permitan alcanzar bienestar intergeneracionalmente. Hablamos del desarrollo como un proceso multidimensional, multifuncional, retroalimentado, en espiral, en el cual la sociedad en la medida que posee mayores capacidades, mayores son sus posibilidades de aprovechar oportunidades y accionar sosteniblemente en búsqueda de su bienestar.
El desarrollo, como hemos señalado, implica colocar al ser humano y su entorno como eje central. Esto significa que la equidad y la ciudadanía deben ser indicadores principales de la calidad del desarrollo. El desarrollo y bienestar de la población rural, y con ello la incorporación de estos importantes contingentes a la construcción nacional, es uno de los fines de los esfuerzos del estado. Este gran desafío requiere, como se puede inferir, conocimientos, formación, capacitación pero también una gran decisión política que permita movilizar recursos y voluntades en la construcción participativa de esta gran empresa.