Vol. 40 (Nº 31) Año 2019. Pág. 13
CABRERA LEÓN, Sandra, F. 1; GONZÁLEZ LOOR, María I. 2; SÁNCHEZ ALBARRACÍN,Teresita de J. 3 y LOAIZA SÁNCHEZ, Kelly P. 4
Recibido: 23/05/2019 • Aprobado: 03/09/2019 • Publicado 16/09/2019
RESUMEN: Este estudio parte de una investigación desarrollada en la provincia de Carchi - Ecuador en instituciones educativas fiscales que obtuvieron altos puntajes académicos en las pruebas “Ser Estudiante” (INEVAL, 2015). Se analizaron las expectativas de los docentes y su influencia en el desempeño académico de sus estudiantes. La metodología utilizada fue cualitativa - descriptiva. Los resultados muestran que las escuelas con mayor puntaje se preocupan por la formación axiológica y académica de sus estudiantes, lo cual pudiera ser un rasgo distintivo para la obtención de buenas calificaciones. |
ABSTRACT: This study is based on research carried out in the province of Carchi - Ecuador in fiscal educational institutions that obtained high academic scores in the "Being a Student" test (INEVAL, 2015). The expectations of the teachers and their influence on the academic performance of their students were analyzed. The methodology used was qualitative-descriptive. The results show that the schools with the highest scores are concerned with the axiological and academic training of their students, which could be a distinctive feature for obtaining good grades. |
Las investigaciones sobre los efectos de las expectativas de los docentes son amplias en la literatura internacional. Rosenthal y Jacobson (1968) realizaron un estudio sobre el efecto pigmalión en la escuela, los resultados demostraron que los estudiantes considerados mejores y capaces reciben directa e indirectamente mayor atención e interés por parte del docente, sin embargo, los catalogados como incapaces son desfavorecidos. Rist (2000) en un trabajo realizado en 1970 confirmó que la importancia de las expectativas iniciales de los docentes es clave en el éxito o fracaso escolar de los estudiantes. Las características de los estudiantes para conseguir éxito escolar han estado estrechamente relacionadas con la clase social a la que pertenecen, puesto que el docente etiqueta y construye percepciones de sus estudiantes a partir de ese estatus.
Del Pino, García y Manrique (2017) expresan que “las creencias a través de las que el maestro interpreta a sus alumnos constituyen el estrato básico de su arquitectura mental (…) que finalmente, se traducen en conductas” (p. 98). Por lo tanto, la proyección que tenga el docente sobre sus estudiantes desemboca en lo que se convertirán, puesto que ellos se ajustan a esas expectativas. Como menciona Tarabini (2015) “determinadas características de los estudiantes se asocian claramente con las expectativas, actitudes y prácticas pedagógicas del profesorado y que, consecuentemente, repercuten sobre el comportamiento y resultado de los estudiantes, generando diferentes oportunidades para el éxito educativo” (p. 352). En definitiva, la actitud, gestos y acciones que adopte el docente con unos y otros estudiantes influirán en el desempeño académico de estos escolares llevándolos al éxito o al fracaso.
Las expectativas de los docentes hacia sus estudiantes están presentes en todos los niveles educativos, en estudiantes sin y con Necesidades Educativas Especiales (NEE), en ambientes rurales o urbanos, en estratos socioeconómicos bajos, medios y altos. Sin embargo, los más vulnerables han sido siempre los más desfavorecidos y, dentro de las muchas razones que pudieran existir para su bajo desempeño, una de ellas pudiera ser las percepciones de sus docentes sobre ellos. Echeverría, López Zafra (2011) afirman que las creencias de los docentes impactan de manera radical la actitud de sus estudiantes dentro del aula, éstas se evidencian en el trato distinto a los educandos influenciando su desempeño académico.
Asimismo, Vega e Isidro de Pedro (1997) sostienen que la calidad y frecuencia de la interacción docente alumno está afectada por diversas creencias iniciales del profesor; en función de dimensiones de personalidad, identidad social y habilidades académicas. De acuerdo a los investigadores los docentes consideran más manejables para ser modificadas las expectativas sociales que las académicas. También, afirman que “con la experiencia las personas se van formando ideas e impresiones globales sobre cómo son los demás y qué se puede esperar de ellos – proceso de percepción social - generan actitudes en los docentes” (p. 2); actitudes que hacen que se comporten y actúen de acuerdo a sus propias expectativas (Mares, Martínez y Rojo, 2009).
De acuerdo a Díaz Larenas, Alarcón Hernández, Martínez Ilabaca, Roa Ghiselini y SanhuezaJara (2015) las creencias de los docentes sobre la enseñanza aprendizaje provienen de dos tipos de teorías personales; la primera es aquel conocimiento teórico que cada docente espera usar y la segunda el conocimiento teórico en la acción; que es aquello que las personas realmente usan en la vida diaria. Todo este cúmulo de expectativas envueltas en presunciones, reflexiones, perspectivas, comentarios; constituye la psicología del profesor. Los profesionales de la educación poseen teorías que guían su práctica habitual.
Profundizando en la temática, para Rodríguez (2012) las expectativas son predicciones y previsiones que el docente se funda sobre lo que va a suceder. En educación, el profesor primero toma contacto con sus estudiantes y se hace una imagen de quién es y qué será capaz de conseguir. Según la autora existen expectativas positivas y negativas que influyen en la conducta del estudiante. La autora señala que los docentes se comportan y actúan según sus propias expectativas, de tal manera que cuando éstas son positivas hacia el alumno; la relación entre ambos es más afectiva, cooperativa, el clima es afable y el docente le proporciona más oportunidades e información. Esta actitud por parte del docente favorece su rendimiento académico.
Sin embargo, si las expectativas son negativas la relación con el alumno es fría y distante, disminuyen las interacciones entre ambos, les presta menos ayuda y el nivel de exigencia es menor, provocando en el estudiante inseguridad y temor, lo que construye un camino hacia su fracaso escolar. Este tipo de expectativas por parte de los docentes pueden ser muy perjudiciales para los estudiantes. De manera que el docente debe ser muy asertivo en las relaciones y comunicación que establece con ellos, para evitar influenciar negativamente su actitud y desempeño. Es elemental que el docente demuestre altas expectativas para cada uno de sus estudiantes, especialmente con aquellos que tienen bajas perspectivas sobre sí mismo y además presentan condiciones de vulnerabilidad.
La investigadora Backburn (2015) resume las categorías descritas por Robert Marzano sobre el tono afectivo y las interacciones académicas que los docentes utilizan de acuerdo a las expectativas que tienen sobre sus estudiantes, afirmando las investigaciones de los autores mencionados anteriormente (ver Tablas 1 y 2).
Tabla 1
Acciones del docente en función de sus altas expectativas.
Tono afectivo |
Interacción académica |
Más contacto visual |
Le nombras más a menudo |
Más sonrisas |
Le das más tiempo para responder |
Más contacto físico |
Le planteas preguntas que suponen un mayor reto |
Se sienta cerca de ti |
Le preguntas de forma específica |
Entablas conversaciones intrascendentes o bromas |
Indagas en sus respuestas |
No usas un lenguaje condescendiente |
Le exiges rigor en sus respuestas para ser premiado |
|
Usas modelos complejos de presentación y evaluación |
|
Exiges los deberes en el plazo indicado |
|
Usas más halagos. |
-----
Tabla 2
Acciones del docente que reflejan bajas expectativas
Tono afectivo |
Interacción académica |
Menor contacto visual |
Le nombras con menos frecuencias |
Sonríes menos |
Esperas menos tiempo por sus respuestas |
Menos contacto físico |
Le planteas menos preguntas retadoras |
Se sienta más lejos |
Le preguntas menos de forma específica. |
Establece menos conversaciones ligeras o bromas |
Indagas menos en sus respuestas. |
Usas lenguaje condescendiente del tipo “Está bien, ya lo harás mejor la próxima vez” |
Le das las respuestas sin dejar que las busque por sí mismo. |
|
Le felicitas por respuestas menos rigurosas. |
|
Usas modelos simples de presentación y evaluación. |
|
No exiges que presente los deberes a tiempo. |
|
Usas comentarios como “Anda, me sorprende que hayas acertado”. |
Por lo tanto, “la figura del profesor se convierte en eje sustantivo de los procesos de enseñanza y aprendizaje y también en clave dentro del plano emocional y social del estudiante” (Del Pino et al., 2017, p. 98); sabiendo que por encima de todo se debe apoyar a los estudiantes, incentivándolos y brindándoles orientación y oportunidades comunicativas significativas (Díaz et al., 2015). González (2008) destaca que los padres y educadores tienen con absoluta claridad, lo que quieren que sus hijos y alumnos logren. Deseando que sean personas responsables, no violentas, cariñosas, con motivación de logro, que no se derrumben ante las dificultades, que no caigan en el alcohol ni en las drogas y que lleguen a futuro siendo personas productivas en sus familias, en el trabajo y la comunidad.
En general las instituciones ponen énfasis en el currículum; en los conocimientos y contenidos técnicos, que aprendan a leer y a escribir, matemáticas, ciencias sociales, computación, ciencias naturales, normas de clase, hábitos higiénicos, entre otros. Pero, el tema axiológico, todo lo relativo a valores como el respeto al otro, el desarrollo personal y moral, la cooperación, la solidaridad, la honestidad, integridad, tolerancia; aparecen débilmente en la planificación docente, y de manera esporádica en algunas actividades, charlas, consejo, discurso de los maestros, en el periódico mural de la institución o de clase. Una formación en valores permitirá a los estudiantes vivir con éxito, tanto en su vida personal como profesional, ya que representan los fundamentos que guiarán su desarrollo y autorrealización.
Según Berríos Valenzuela y Buxarrais Estrada (2013) “los valores son cualidades que nos permiten acondicionar el mundo para hacerlo habitable. Los valores (como la libertad, la solidaridad, la belleza) valen realmente porque nos permiten “acondicionar” el mundo para que podamos vivir en él plenamente como personas” (p. 246). Razones importantes para inferir que los valores proporcionan la guía de los comportamientos. Los docentes a través del currículum oculto de manera consciente o inconsciente transmiten valores y actitudes en su actuar pedagógico no sólo como expectativas sobre sus alumnos sino también como coexistencia diaria. Para estos autores la formación en valores debe ser compartida entre la escuela y la familia; y señalan cuatro dimensiones fundamentales a las que debe apuntar este tipo de educación: formación personal, guías para la vida, convivencia social e influencia de la sociedad de consumo en los valores.
Ecuador carece de investigaciones sobre las expectativas docentes, razón por la cual es importante su estudio y de allí que este trabajo, pretende determinar las expectativas docentes en una provincia pequeña, con el 47% de la población dedicada a la producción agrícola.
El presente estudio ha sido realizado a partir de entrevistas formuladas a 27 docentes de 13 instituciones educativas fiscales de la provincia del Carchi, con el más alto rendimiento académico en el Ecuador según el Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEVAL, 2015); 11 de ellas son rurales y 2 urbanas. Se utilizaron datos de un estudio anterior denominado Éxitus: Factores de éxito escolar de la provincia de Carchi - Ecuador, desarrollado en la Universidad Nacional de Educación entre los años 2015 y 2016 (López y Loaiza, 2017; López et al., 2018). La investigación es de carácter cualitativo y descriptivo. Para determinar los factores que funcionan como diferenciadores se clasificó a las escuelas del proyecto según los resultados obtenidos en las pruebas del INEVAL:
El análisis de datos se realizó a la entrevista para docentes aplicada en el mencionado proyecto, específicamente a la pregunta ¿Cuáles son sus expectativas en relación al desempeño de los estudiantes? Se examinaron las respuestas abiertas dadas por los docentes participantes, tomando los patrones de regularidad encontrados.
El análisis de las respuestas abiertas permitió establecer ocho categorías, las cuales se jerarquizaron según su frecuencia, como se muestra en la figura 1.
Figura 1
Categorías de análisis de datos resultantes de la investigación.
Elaboración propia según datos extraídos de la entrevista del Proyecto Exitus:
factores de éxito escolar en la provincia de Carchi, Ecuador 2018.
Los resultados obtenidos de la entrevista aplicada se detallan en la tabla 3, donde se presentan los porcentajes de las expectativas de los docentes en función de cada categoría de análisis.
Tabla 3
Porcentaje de respuestas de docentes sobre las expectativas hacia sus estudiantes
Categorías de análisis de datos |
Tipos de escuela |
||
Tipo A |
Tipo B |
Tipo C |
|
1. Llegar a ser autoridades |
4,16% |
0% |
0% |
2. Ser profesionales |
8,34% |
28,57% |
0% |
3. Ser ciudadanos positivos y mejores logros en la vida |
16,66% |
0% |
12,50% |
4. Ingresar a la Universidad |
8,34% |
28,57% |
12,50% |
5. Practicar valores |
25,00% |
14,28% |
25% |
6. Lograr buen desempeño |
4,16% |
28,57% |
0% |
7. Terminar el bachillerato |
8,34% |
0% |
0% |
8. Aprender lo básico; determinado por el currículo |
25,00% |
0% |
50% |
Total |
100,00% |
100% |
100% |
Elaboración propia según datos extraídos de la entrevista del Proyecto Exitus:
factores de éxito escolar en la provincia de Carchi, Ecuador 2018
Las categorías que comparten los tres tipos de instituciones son: practicar valores e ingresar a la universidad. La primera corresponde al área axiológica mientras que la segunda se enfoca al rendimiento académico. Los resultados demuestran una gran inclinación por parte de los docentes hacia la categoría “práctica de valores” como una expectativa hacia sus estudiantes. A partir del análisis de datos se evidencia que cada institución presenta prioridades frente a las categorías seleccionadas desde las expectativas que poseen hacia sus estudiantes. Sin embargo, la selección responde a dos dimensiones: formación personal y desempeño académico y logros, como se indica en la figura 2.
Figura 2
Expectativas de los docentes
Las expectativas docentes influyen en dos dimensiones: la formación personal, la cual contempla las relaciones interpersonales como la motivación, autoestima y las intrapersonales como comportamiento y convivencia social; la de desempeño y futuros logros que se refiere al ámbito académico mencionado anteriormente. La suma de las dos dimensiones constituye un proceso de formación integral en los estudiantes. A continuación, se establecen comparaciones entre los tipos de escuelas a partir de los hallazgos encontrados.
Figura 3
Categorías de las expectativas de los docentes de las escuelas Tipo A.
Elaboración propia según datos extraídos de la entrevista del proyecto Exitus:
factores de escolar en la provincia de Carchi, Ecuador (2018).
En la figura 3 se observa que las instituciones educativas Tipo A enfocan el 41,66 % de las expectativas docentes a la formación personal de sus estudiantes; mientras que el 58,34% al desempeño y futuros logros. Las altas expectativas de estos docentes para sus estudiantes mantienen un equilibrio entre las dos dimensiones, lo que indica que promueven un desarrollo integral en sus educandos, donde tanto lo académico como lo axiológico se constituyen como pilares esenciales del proceso educativo. Estos resultados son de gran interés porque los docentes al exteriorizar expectativas altas en sus estudiantes forman un ambiente institucional o de aula con un tono afectivo y de interacción académica positiva; de amabilidad, motivación, pero con exigencias y uso de normas como menciona Backburn (2015), puesto que se priman los valores, elementos fundamentales para una buena convivencia social.
Esto deriva en un doble impacto tanto en los docentes como en los estudiantes. Debido a que los docentes al generar un ambiente con expectativas positivas reciben resultados efectivos de sus estudiantes; por lo tanto, el docente desarrolla interés, mejora sus planificaciones, aumenta su responsabilidad en el proceso de enseñanza aprendizaje. Y en los estudiantes se forjará más compromiso con sus estudios y confianza en sí mismo. Entre los dos construyen un proceso de enseñanza aprendizaje único que encaja exclusivamente en su realidad y necesidades.
Figura 4
Categorías de las expectativas de los
docentes de las escuelas Tipo B.
Elaboración propia según datos extraídos de la entrevista del proyecto Exitus:
factores de escolar en la provincia de Carchi, Ecuador (2018).
Por su parte las instituciones educativas de Tipo B (figura 4), proyectan sus expectativas básicamente al desempeño y futuros logros con un porcentaje de 85,71% y a la formación personal con apenas el 14,28%. Estos docentes pretenden que sus estudiantes cursen estudios superiores y sean profesionales. Este tipo de expectativas se relaciona con la condición familiar y social del contexto de sus estudiantes, puesto que los padres y madres no tienen este tipo de estudios, para la escuela es un logro que esta nueva generación los obtenga.
Figura 5
Categorías de las expectativas de los
docentes de las escuelas Tipo C.
Elaboración propia según datos extraídos de la entrevista del proyecto Exitus:
factores de escolar en la provincia de Carchi, Ecuador (2018).
En las instituciones educativas Tipo C (figura 5), se encontró que el 37,50% se inclina por la formación personal y el 62,50% de expectativas están relacionadas con el desempeño y logros futuros; sin embargo, el 50% responde a la categoría aprender lo básico determinado en el currículo, es decir para estos docentes lo esencial es que sus estudiantes avancen a aprender el contenido destinado para la educación primaria y secundaria. Esto indica que sus expectativas refieren a acciones a corto plazo por parte de sus estudiantes y más no de su desarrollo profesional.
Finalmente, los datos demuestran que las expectativas docentes son altas con respecto al desempeño de sus estudiantes. Asimismo, éstas deben tener un equilibrio entre la formación axiológica y académica.
Las expectativas docentes en relación al desempeño de los estudiantes son un factor de éxito o fracaso en el rendimiento escolar. Este estudio, ahonda sobre la necesidad de una auténtica reflexión en cuanto al desempeño alcanzado en las aulas y aquello que el docente proyecta a través de actitudes y comportamientos frente al estudiante.
Los resultados permitieron la comparación de datos entre instituciones educativas pertenecientes a un mismo territorio, la provincia de Carchi, escuelas Tipo A y B con altos puntajes alcanzados en las pruebas nacionales respecto a las Tipo C. Después del análisis desarrollado el propósito es dar a conocer que las expectativas de los docentes de las instituciones Tipo A de la provincia de Carchi priorizan que sus estudiantes practiquen valores, pero también que dominen los contenidos. Es decir, se preocupen tanto por la formación axiológica como académica. Estos docentes fusionan las dos dimensiones logrando el mejor desempeño académico a nivel nacional.
El estudio permite comprender que las expectativas de los docentes de las escuelas Tipo A son una proyección que va más allá del ámbito académico estipulado por el currículo para cada uno de sus niveles, puesto que se interesan en el comportamiento y desenvolvimiento social del estudiante al plantear la práctica de valores y ser ciudadanos positivos como las categorías más sobresalientes.
Las conclusiones del presente estudio permiten establecer los siguientes postulados:
Las expectativas de los docentes son determinantes en el desempeño académico, el estudio corrobora que docentes con expectativas positivas favorecen el desempeño de sus estudiantes. En este sentido las expectativas positivas apuntan al éxito y las negativas al fracaso escolar. Por tanto, podría afirmarse que los estudiantes son el reflejo de las expectativas de sus docentes.
Las altas expectativas docentes generan un ambiente cálido, cordial y al mismo tiempo exigente con tareas y normas del aula provocando que los estudiantes se esfuercen por alcanzar las expectativas propuestas.
Es necesario implementar dentro de las políticas educativas la capacitación docente en base a estos hallazgos como un medio para lograr un cambio cultural y una mejor calidad en la educación del país. Considerando como uno de los temas fundamentales las expectativas positivas que los docentes deben tener frente a sus estudiantes, destacando la práctica de valores dentro del quehacer educativo y evitando los prejuicios y proyecciones negativas.
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1. Unidad Educativa “Rafael Aguilar”.Correo electrónico: rafaelaguilarvicerrectorado@gmail.com
2. CRECIENDO” Preescolar y Terapias Infantiles, Cuenca, Ecuador. Correo electrónico:mariaisabel05@live.com.ar
3. Unidad Educativa “República del Ecuador”Correo electrónico: ctecuador@gmail.com
4. Universidad Nacional de Educación, Azogues, Ecuador