Vol. 40 (Nº 27) Año 2019. Pág. 27
VASQUEZ, Freddy A. 1 y REYES, Giovanni E. 2
Recibido: 02/05/2019 • Aprobado: 03/08/2019 • Publicado 05/08/2019
RESUMEN: Este trabajo constituye un análisis de las perspectivas macroeconómicas de la región latinoamericana, enfocándose en 20 países, en función del crecimiento económico, la corrupción y la competitividad, en un marco de tiempo de 11 años, que comprende el periodo entre el 2007 y 2017, permitiendo conocer la forma como estas tres variables se afectan entres sí, haciendo posible a las empresas y los gobiernos tener una base más sólida para la toma de sus decisiones de crecimiento. Además de conocer cómo se relacionan estas variables en los tratados de integración regionales. |
ABSTRACT: This is a work that analyzes the macroeconomic perspectives of the Latin American region, which focuses on 20 countries, on the role of economic growth, corruption and competitiveness, within a time frame of 11 years, which includes the period between 2007 and 2017 The database has become a more solid basis for making growth decisions. besides to knowing how these variables are related in the regional integration procedures. |
La corrupción en todo el mundo ha venido planteando grandes retos para las políticas gubernamentales de la mayoría de los países del mundo, debido a que recientemente se han desatado grandes escándalos de corrupción que han afectado a funcionarios públicos de bajo rango, a magistrados, como es el caso de ("Ejemplar condena a dos exmagistrados por corrupción," 2018; Forssbaeck & Oxelheim, 2006)funcionarios de altos mandos, llegando incluso hasta los presidentes (Ruiz, 2018). Noticias como esta hacen ver que el problema se incrementó a grandes niveles, pero ¿cómo afecta esto al crecimiento económico de los países, a sus organizaciones y a su competitividad en el mercado global?
La literatura analizada plantea los escenarios estudiados en diversas regiones que correlacionan parejas de las variables de estudio de esta investigación, contextualizando y permitiendo conocer las aproximaciones encontradas en continentes como Europa y otras regiones desarrolladas del mundo, además constituye una base estadística que permite dilucidar cuantitativamente las correlaciones entre las variables, bajo la luz de cifras oficiales de informes del Banco Mundial, Transparencia Internacional y el Foro Económico Mundial (FEM), organizaciones que brindan datos exactos y confiables para realizar un análisis adecuado.
El posicionamiento metodológico de la investigación es de tipo positivista con un alcance correlacional, utilizando un método cuantitativo a través de una correlación estadística que relaciona las tres variables, determinando la correspondencia entre cada una de ellas. Este procedimiento se realiza en cada uno de los veinte países, permitiendo observar el comportamiento de cada uno de ellos, dando gran información sobre la afectación que tiene la corrupción sobre el crecimiento económico y la competitividad, y cómo la competitividad de un país influye sobre su crecimiento económico.
Con el fin de determinar una correlación más general y que tenga una base más sólida se analiza la correlación de las variables, agrupándolos por los tratados de integración regionales así: Mercosur, Sica, Alianza del Pacífico y no integrados.
Cada una de estas subdivisiones permitirá analizar de mejor manera la relación de las variables de estudio, permitiendo encontrar un factor común del comportamiento de las correlaciones, en función de los tamaños de las economías y los sectores regionales, dando amplio conocimiento de cómo afecta la corrupción la macroeconomía y la competitividad de los países latinoamericanos.
Todo esto se logrará apoyándose en los estudios realizados en las últimas décadas, que brindan bases suficientes para atacar el problema, como Oxelheim, (2010) y Forssbaeck & Oxelheim, (2006) que después de investigar ampliamente estas variables, enuncian la falta de exploración de la variable transparencia, debido a su reciente aplicación a la evaluación de la macroeconomía, el crecimiento económico y la competitividad global. Coincidiendo con Kordalska & Olczyk, (2016), que dentro de su investigación proponen una tesis importante que plantea la posibilidad de crecimiento de la competitividad, la cual puede determinase a través del crecimiento económico; mientras que López A. (2007) estudia la situación con la perspectiva de que desde el índice global de competitividad (IGC) se puede predecir el crecimiento económico.
Estos conceptos y el vacío de investigación conducen a la siguiente incógnita: ¿cuál es la relación existente entre el crecimiento económico, la corrupción y la competitividad global en una muestra de veinte países latinoamericanos?
Esta problemática plantea una alta incertidumbre en el entorno empresarial, pues es posible que el aumento de la corrupción cause que la competitividad de los países disminuya y, a su vez, el crecimiento económico se vea rezagado, ya que las empresas con capital de inversión extranjera deciden congelar sus actividades y reinvertir en países con un entorno económico menos volátil.
El resultado de esta investigación aportará al campo de la investigación y al ámbito empresarial, herramientas suficientes a los gerentes y organizaciones, desde la línea de investigación de negocios internacionales y el proyecto de gestión y desarrollo, para que logren identificar fácilmente, mediante cualquiera de las tres variables estudiadas, el comportamiento del mercado interno de los países o el entorno empresarial, y así tomar las mejores decisiones de inversión o las medidas, en caso de que alguna de estas variables tenga un incremento repentino, en el lugar donde se encuentren establecidas.
Además, ayudará a determinar la intensidad de la relación entre estas variables y cómo se ve afectado el entorno empresarial de los países cuando estas varíen de forma positiva o negativa, dando señales del mercado a los directivos, para tomar posición ante los negocios.
La fundamentación teórica del trabajo de investigación se articuló mediante la definición de las tres variables de estudio: crecimiento económico, medido por la variación anual del PIB; corrupción, medida a través del índice de percepción de la corrupción (IPC), y competitividad global, medida mediante el índice global de competitividad (IGC). Esto dio las bases necesarias para el estudio de cada una de ellas; adicionalmente, se exponen fundamentos teóricos de la posible interrelación existente entre cada una de estas variables macroeconómicas.
El crecimiento económico es definido por Krugman, Obstfeld, Moreno, & Martínez Cortina (2012) como el desplazamiento hacia afuera de la frontera de posibilidades de producción de un país. Adicionalmente, mencionan que dicho crecimiento puede estar en función del aumento de recursos o bien de la eficiencia con que se utilizan dichos recursos.
El crecimiento económico se puede medir por medio de la tasa de variación anual del PIB, que son datos recopilados y estudiados de gran forma por varias entidades internacionales, pero para este caso se hará referencia a los datos del Banco Mundial.
Zuleta (2015) define la corrupción como el uso indebido del poder que tienen las personas, derivado de los empleos que desempeñan en el nivel gubernamental y como consecuencia de ello obtienen beneficios para sí mismos o para terceras personas, que se puede soportar en el ejemplo que dan Turbay & Reyes (2017, p. 1) sobre una situación de corrupción donde “la persona a cargo está rodeada por un círculo de amigos y colaboradores cercanos que desarrollan un rol adulador que cegaba su capacidad de servir al interés general y de filtrar y redirigir decisiones para favorecer un interés particular”. La anterior definición es similar a la realizada por Newman. & Ángel (2017), quienes definen la corrupción como un comportamiento asociado al abuso o desvío de los deberes formales de un rol público/poder público/cargo público, para obtener un beneficio o ganancia privada, personal o para un tercero.
Newman. & Ángel (2017) indican que los estudios sobre corrupción suelen tener un marcado carácter disciplinario. A partir de estos estudios pueden ser identificados cuatro enfoques distintos; el primero de ellos hace referencia al enfoque económico, que define la corrupción como un “crimen de cálculo” basado en incentivos; El segundo es el enfoque desde el derecho, que manifiesta que el fenómeno de la corrupción es concebido en términos de conductas desviadas ante las leyes y las normas establecidas. El tercero es el enfoque de los politólogos, quienes ven la corrupción como un problema asociado con la estructura y el ejercicio del poder en la sociedad.
El cuarto es el enfoque sociológico, que define la corrupción como una práctica social que se encuentra en tensión con patrones de comportamiento reconocidos como válidos en una sociedad determinada, y su principal preocupación tiene que ver con los costos morales de la corrupción.
Michel Porter, en su libro The Competitive Advantage of Nations, uno de los pilares del concepto de competitividad, demuestra cómo este tema se ha convertido en uno de los mayores retos de los países desarrollados (Porter, 1990), pero con el trascurrir de los años se ha generado la incógnita de saber cuál es realmente el método adecuado para determinar la competitividad.
Kordalska & Olczyk (2016), introducen en su artículo Global Competitiveness and Economic Growth: A One-Way or Two-Way Relationship? el planteamiento de Berger, que consiste en la existencia de las grandes divergencias entre los conceptos de competitividad de una nación, enmarcados en los tres grandes fundamentos siguientes: la competitividad de una nación se puede describir como “ability of a nation to sell its goods to another nation”, as the “ability of a nation to earn”, as the “ability to adjust to changes in the external environment” and as the “national ability to attract scarce mobile resources” (Berger, 2008).
Por otra parte, Weller (2006) expresa textualmente que “la competitividad analiza cómo las naciones y las empresas administran todas las competencias para alcanzar la prosperidad o el beneficio”.
Para que un país se considere competitivo, debe contar con las siguientes premisas, según el Foro Económico Mundial (FEM), Cazacu (2015); Schwab, 2018; y Radu & PodaŞCĂ, 2014), los pilares de la competitividad están compuestos por más de 100 factores, resumidos y medidos en 12 pilares fundamentales que contemplan: un marco legal constituido y sólido; una infraestructura que permita garantizar una buena ejecución de las actividades económicas; la facilidad para hacer negocios, que se considera como una muestra de buena salud de la macroeconomía, y la vigencia y garantía de derechos fundamentales como salud y educación, se consideran de gran importancia para la competitividad, además de la capacidad de innovación que ofrecen el país y sus organizaciones. A continuación, se presenta un resumen de los pilares mencionados:
Tabla 1
La estructura del índice global de competitividad.
Fuente: World Economic Forum, The Global Competitiviveness Report 2014-2015.
Hace algún tiempo se ha venido discutiendo la gran afectación que la falta de transparencia (corrupción) tiene sobre la capacidad de un país para lograr un mayor crecimiento económico; Borja (2017) expresa que la corrupción genera un ambiente poco favorable para el crecimiento económico sano y crea un impedimento para el crecimiento económico, ya que incrementa el costo de hacer negocios. Lambsdorff (2003), por su parte, dice que la corrupción afecta a las instituciones que pueden redirigir los capitales de inversión extranjera a mercados productivos y que generan un crecimiento económico real.
Sin embargo, algunos autores cuestionan esa idea, por ejemplo, Bengoa & Sanchez-Robles, (2003), Durham (2004), y Francis, Huang, Khurana, & Pereira (2009) dicen que en países con instituciones débiles y con bajo desarrollo, la corrupción tiende a mejorar el crecimiento económico, ya que estimula el gasto y la inversión del sector privado, que concuerda con la ardua investigación realizada Farooq, Shahbaz, Arouri, & Teulon, (2013), donde después de recopilar información de estudios provenientes desde el años 64 hasta la fecha de su investigación, se encontró que en ciertas condiciones la corrupción promueve altamente el crecimiento económico.
En uno de sus informes, el FEM afirma que la competitividad puede tener una gran relación con el crecimiento económico, ya que representa un gran potencial para que esta se presente (Schwab, 2018); sin embargo, los estudios realizados sobre la correlación de estas dos variables son relativamente nuevos y no se tiene establecida una metodología para realizarlos, razón por la cual se realizará un análisis estadístico empírico, con el que a través de métodos cuantitativos se cierren vacíos científicos en este tema.
Según estudios realizados por Francis et al. (2009), la transparencia de una corporación o de un país generan un ambiente adecuado para la inversión en sectores productivos de la economía, ya que hay menor fricción en la información, lo que se traduce en una mayor competitividad, pues los directivos y los mandos de una nación podrán tomar decisiones más claras y objetivas, demostrando que la transparencia no es simplemente un subproducto de la macroeconomía, sino que tiene altas implicaciones en la competitividad de los países; adicionalmente, encuentran que la correlación entre la transparencia y la competitividad en países con altos índices de corrupción tiende a ser más baja que en los demás.
Por otra parte, Francis et al. (2009) encontraron que existen algunos países en donde a pesar de existir una gran corrupción o falta de transparencia, la competitividad estaba en un buen rango, lo cual se debe a que se encontraban enraizadas en sectores económicos que no dependían de la transparencia para lograr un gran interés por parte de los accionistas e inversores.
Este proceso se realizó de forma empírica, relacionando tres variables de estudio y usando las herramientas de cálculo de Excel para determinar su interdependencia por medio de una regresión múltiple, vectores autoregresivos.
En la primera etapa se determinaron datos cuantitativos de las variables en el periodo comprendido entre 2007 y 2017, además de confirmar su validez, con el fin de evitar sesgos producidos por años atípicos; la información se organizó en forma de series temporales en tres niveles diferente: individualmente, América latina como unidad y tratados de integración. Se eligió una muestra de 20 países que representa más del 99% de PIB de América latina y el Caribe.
Los indicadores usados en este trabajo investigativo son: índice de competitividad global GCI medida por el World economic Forum a través de los 12 pilares mencionados en la revisión literaria, medida entre 0 y 7; uso respaldado por la investigación de Lopez (2007); el índice de percepción de la corrupción de transparencia internacional para la corrupción, avalado en la investigación de Forssbaeck & Oxelheim, (2006), está dada como la variable que mejor mide este fenómeno, teniendo una escala de 0 a 100; y la tasa de variación del PIB para medir el crecimiento económico publicado por el Banco Mundial de Desarrollo, mismo indicador usado para correlacionar variables por Kordalska, & Olczyk (2016).
En una fase dos se realiza la validación de los datos y la endogeneidad entre variables usando el Test De Hausman, aplicado en R mediante el paquete estadístico plm, el cual arrojó valores de chi cuadrado para el análisis de la variable dependiente PIB, contra las variables independientes competitividad global (ICG), índice de percepción de la corrupción (IPC) y la variable tiempo, menores a 0.05 dando un resultado de consistencia que permite establecer un panel estático válido. (Labra & Torrecillas, 2014)
En la tercera fase se calcularon las regresiones múltiples que permitieron medir a través de los vectores de proximidad, la relación entre las variables y la interdependencia entre ellas, catalogando la relación como muy débil, débil, moderada y fuerte.
-1,0 A -0,65 o 1,0 a 0,65 Fuerte; -0,65 A -0,3 o 0,3 a 0,65 Moderada; -0,3 A -0,1 o 0,1 a 0,3 Débil; -0,1 A 0,1 Ninguna o muy débil.
Análisis por grupos objetivos: para establecer una correlación con una base más sólida y con mayor cantidad de datos se analiza la correlación de las variables, agrupando a los países estudiados, en América latina como unidad y en los tratados de integración.
i) América latina como unidad: se hace una correlación general de todos los países estudiados.
ii) Tratados de integración: Alianza del Pacífico; Mercosur; SICA; No Integrados
En la última etapa, se calcularon las regresiones múltiples para las series de datos y las tres variables en los 20 países en conjunto.
A continuación, se presentarán de forma gráfica el comportamiento de las tres variables estudiadas a lo largo del periodo de análisis, este comportamiento será expresado por las correlaciones entre cada una de estas variables expresadas y el tiempo, así se identificarán los países con el código ISO 3166, que consta de tres letras.
Gráfica 1
Corrupción, crecimiento económico y
competitividad a través del tiempo.
Se puede observar en el gráfico 1 que la mayor cantidad de los países presentan una correlación negativa de su crecimiento económico con el transcurrir de los años, esta situación no demuestra que haya un decrecimiento en la economía, pero sí puede evidenciar un bajo crecimiento o un estancamiento de las economías.
Al observar las bases de datos de estos países en años anteriores muestran cifras mucho más sólidas antes del 2008, lo que podría suscitar una fuerte relación de este bajo crecimiento económico con la crisis del 2008, que evidentemente afectó la economía mundial.
La corrupción por otro lado presenta un panorama mucho más alentador mostrando una mejoría a lo largo de los últimos años, en la mayoría de los países, exceptuando países muy puntuales con parte de centro América y Venezuela que debido a sus problemas internos y falta de un adecuado gobierno se han visto expuestos a manejos indebidos de sus capitales (Freitas, 2018). Además, El Salvador es uno de los pocos países que no cuenta con una misión internacional para combatir la corrupción (Reischke, 2018), datos que confirman el crecimiento de la corrupción en estos países.
Pero los números positivos demuestran que los esfuerzos por las naciones latinoamericanas por combatir la corrupción en los sectores públicos y privados está dando frutos; los escándalos de contratación en el sector público son un apoyo a esta hipótesis ya que demuestra un mayor rigor de la justicia y entidades con mejores mecanismos de control.
Por su parte la competitividad en más del 75% de los países muestra aumento a lo largo de los años, cifra que demuestra que se está trabajando en este tema, pero los esfuerzos al parecer no son suficientes; el último reporte del Foro Mundial de Economía (Schwab, 2018) demuestra que el crecimiento de la competitividad en Latinoamérica está por debajo del resto del mundo, esto se puede evidenciar en que a pesar de incrementar la competitividad, la mayoría de países cedieron puestos en el escalafón mundial, como Colombia, Brasil y Perú que descendieron 3 puestos, mientras Panamá cedió 9 lugares.
Al analizar los cambios de estas tres variables a lo largo de los últimos años, en los países con tratados de integración se corrobora el comportamiento anteriormente descrito, en el que se encuentra una economía con baja tasa de crecimiento y un crecimiento en la competitividad y la mejora en temas de transparencia; en este análisis los países mejor librados son los que componen el grupo de SICA, jalonados fuertemente por Nicaragua Honduras y Costa Rica.
Es importante resaltar el comportamiento de países como Jamaica, teniendo un crecimiento en cada una de las 3 variables estudiadas, esto en gran parte se debe a los cambios en las políticas públicas que se han adaptado en el último decenio, además del gran apoyo recibido por el Banco Interamericano de Desarrollo el cual inyectó al capital público un total de 60 millones de dólares, para invertir en el apoyo de la sostenibilidad macroeconómica, permitiéndole al país la optimización del sector privado a los mercados financieros, la reducción de tasas que permitió el control de las entidades financieras, el aumento de las oportunidades de acceder a bienes raíces y un sistema que permite controlar mejor la administración impositiva.
Estas políticas públicas con el apoyo del BID, han logrado en parte cumplir con el objetivo que era el de mejorar la competitividad de Jamaica, que como efecto colateral trae una disminución de la percepción de la corrupción y una mejora en su crecimiento económico, ya que se analiza la teoría cuantitativa del dinero se determina que ya que se incrementa el gasto público y privado el mejoramiento el PIB es inminente.
Una vez analizado el comportamiento de las tres variables en la gráfica 2 se plasma la relación existente entre la corrupción y el crecimiento económico así:
Gráfica 2
Corrupción – crecimiento económico
Como se puede determinar a partir de la gráfica menos del 50% de los países muestra una correlación positiva entre estas dos variables, lo que demuestra que no necesariamente de existir un clima de corrupción de un sentido u otro la economía deberá moverse en el mismo sentido, como se ve en los países con las economías más grandes.
Países como México y El Salvador muestran una gran disminución de la trasparencia y aun así su economía continúa creciendo, apoyando la hipótesis de Lambsdorff, (2003) sobre el crecimiento generado por los dineros productos de la corrupción. Este fenómeno también puede verse abocado en el caso de El Salvador a la inversión externa, suceso que también pudo empezar a evidenciarse después del cambio de la medición del PIB por parte del Banco Central (Banco Central,2017).
Mientras que Brasil, a pesar de contar con una gran mejora en su percepción de la corrupción, presenta bajas en su crecimiento económico, pero es que como se explicaba anteriormente, los controles y la lucha contra la corrupción han desatado grandes escándalos como precisamente el de Obredech, razón por la cual aun cuando mejore la precepción de la corrupción estos escándalos hacen que se disminuya la confianza internacional y así la inversión extranjera. Adicionalmente Brasil ha sufrido grandes críticas por el manejo de su economía de consumo de las familias y grandes analistas piensan que es un modelo agotado (Lissardy, 2016).
La gran divergencia entre los gráficos demuestra que no es suficiente lograr combatir la corrupción, si los países no cuentan con una gran fortaleza fiscal y jurídica que permita la perdurabilidad de las políticas públicas que están en pro del fortalecimiento económico. Los pasos escalados al combatir la corrupción pueden verse disminuidos por errores en las políticas del país. Por lo tanto, la interdependencia de estas dos variables aun es incierta.
Los países vistos como tratados de integración muestran una interdependencia muy baja, producto de incluir en sus listados países con correlación positiva y correlación negativa, lo que genera un balance de masas haciendo que los grupos de integración muestren relaciones casi nulas, lo que coincide con lo expresado anteriormente donde se mencionaba que no se puede hablar de generalidades entre la correlación de la corrupción y el crecimiento económico.
Por otra parte, se encuentran los países no integrados que, aunque no muestren una calificación muy alta, notablemente tienden a tener un comportamiento hacia la correlación positiva, coincidiendo con el comportamiento de los países que la integran que en su mayoría a lo largo del tiempo mostraron una mejoría en la transparencia y un aumento en su competitividad, a pesar de que Venezuela siendo un caso completamente opuesto al de los otros países integrantes de este grupo, muestra correlación positiva ya que su transparencia disminuyó al igual que su competitividad, generando de igual forma una interdependencia positiva, aunque su comportamiento en términos generales no sea el mejor.
Otra de las grandes incógnitas principales que este estudio pretende esclarecer es el de la relación que existe entre la corrupción y la competitividad de los países latinoamericanos, para lo cual, en la gráfica 3, se plasmaron estas interdependencias de variables.
La interdependencia entre la corrupción y la competitividad en los países latinoamericanos no estaba realmente clara y no había sido estudiada en gran medida, pero después de observar la gráfica 3 producto de este estudio, se puede ver que más del 70% de los países muestra una relación positiva entre media y alta, entre estas dos variables, lo que reafirma los estudios realizados por Francis et al. (2009), donde una mayor transparencia de un país impulsa la inversión en sectores productivos.
Las altas correlaciones negativas presentadas por México se deben a que a pesar que su transparencia disminuyó su competitividad y logró seguir en crecimiento; esto se debe a que las mayores fortalezas de la economía mexicana son el comercio y las industrias, y la ubicación estratégica al compartir frontera con uno de los países más poderosos del mundo lo vuelve un lugar muy atractivo para la inversión extranjera, aun cuando la corrupción sea elevada. (INEGI, 2013)
Gráfica 3
Corrupción – Competitividad
Por otra parte está el caso de la economía chilena, en la cual a pesar de su notable mejora en temas de control de la corrupción, presentó disminución en su competitividad, generada por factores macroeconómicos de la nación como su mega inflación y la devaluación excesiva de la moneda, que no permite un incentivo en la generación de pymes que activen la economía y por ende la competitividad mejore; demostrando así que a pesar de que una baja corrupción genera un ambiente ideal para los negocios, muchos mas factores influyen en el ambiente macroeconómico de las naciones (Coremberg, 2014).
Los tratados de integración muestran cifras sólidas en esta interdependencia, lo que clarifica el comportamiento macroeconómico en esta región latinoamericana, en donde la unión de los países, sus esfuerzos mancomunados y un comportamiento de sus dirigentes adecuados pueden asegurar un rumbo claro que permita generar valor para toda la región en un corto plazo. Es importante ver como aun cuando los países integrantes de la Alianza del Pacífico muestran correlaciones negativas en su mayoría, al analizarlos como tratados de integración tienen una gran fortaleza y una relación entre la corrupción y la competitividad muy fuerte, dejando claro que las alianzas estratégicas en países además de promover su crecimiento económico pueden fortalecer con sus políticas vinculadas el eficiente control de la corrupción y un aumento en su competitividad internacional.
La interdependencia entre el crecimiento económico y la competitividad ha sido grandemente estudiada, de ese resultado una gran cantidad de autores convergen en que tiene una correlación positiva, pero por otro lado existe un buen número de investigadores que divergen de esta posición. A continuación, se presentan los resultados de América latina y el Caribe:
Gráfica 4
Crecimiento económico – Competitividad
El caso de estas dos variables presenta un comportamiento muy similar al del crecimiento económico y la corrupción en donde el 50% de los países presenta una correlación positiva y el otro 50% una negativa; este comportamiento requiere de un mayor grado de análisis de los datos encontrados, para esclarecer y tener un determinante de la relación de estas dos variables.
El país con una correlación más fuerte es Venezuela, lo que demuestra que a grandes cambios de una de las variables se presentan fuertes reacciones en la otra; analizando la gráfica 1, es posible evidenciar que Venezuela ha sufrido una gran caída en su economía a lo largo de los últimos años, de igual manera su competitividad internacional ha venido presentando una tasa de decrecimiento cada vez mayor. Por este motivo es necesario esclarecer que un valor fuerte de una correlación positiva, no siempre está acompañado de un buen comportamiento de la macroeconomía de los países.
Países como Perú y El Salvador por su parte presentan un grado de correlación negativa con una intensidad media, aun cuando en la gráfica se evidencie un comportamiento similar, la base es completamente opuesta, pues la razón de que exista una correlación negativa para El Salvador es el aumento de su crecimiento económico y la disminución de su competitividad, mientras que Perú presenta el caso opuesto.
El Salvador, aunque presenta tasas de crecimiento bajo, se ha mantenido en crecimiento, lo que debería transmitirse en una mayor competitividad, aun así este crecimiento se debe en gran medida a las remesas enviadas por los salvadoreños desde el exterior a sus familias, representando más del 20% del Producto interno bruto; los otros ¾ del PIB están distribuidos en labores agrícolas primarias, lo que efectivamente demuestra que a pesar del crecimiento económico no se demuestra una inversión fuerte en innovación para hacer a El Salvador un país más competitivo (Avalle, 2019).
Perú por su parte, aun cuando ha aumentado significativamente su competitividad, demuestra cifras de decrecimiento económico, pero este fenómeno específicamente se presenta debido a la alta tasa de crecimiento manejada hasta el 2013 y que se contrajo bruscamente desde este año hasta ahora, debiéndose a la baja del precio de los commodities que disminuyó el valor de la exportaciones y la inversión internacional; aun así su competitividad aumentó gracias a la evolución de los proyectos gestados en los años de opulencia, y que permitieron que Perú presente un alto nivel de competitividad a nivel minero y agrícola (Rodríguez, 2019).
Mientras tanto, dentro de las correlaciones positivas, Jamaica, Nicaragua y Bolivia muestran relaciones positivas con intensidad media; en este caso Bolivia presenta tasas de media intensidad aun cuando su crecimiento económico en los últimos años ha presentado de igual forma que Perú una caída estrepitosa por la baja de los precios en las materias primas; aun así, hasta el 2014 presentó un buen ritmo de crecimiento lo que proporcionó una relación positiva de buen nivel entre este crecimiento y la competitividad del país gracias a la disminución de tasas de pobreza logradas hasta el 2016; sin embargo, ocupa el puesto 105 en el ranking mundial, lo que la deja un poco rezagada ante el comportamiento mundial.
Jamaica y Nicaragua por su parte tienen cifras sólidas de crecimiento de su economía y la competitividad mundial, mejorando notablemente la competitividad en Jamaica. No se ahondará sobre el tema pues ya fue analizado en el gráfico general, mientras que Nicaragua merece un poco más de atención, pues la incógnita es ¿cómo siendo de los países menos desarrollados de América latina obtiene indicadores tan solidos? Esto se debe a que Nicaragua está siendo apoyada por la AIF, Agencia Internacional de Fomento, esfuerzos encaminados por el Banco Mundial de Desarrollo para disminuir la pobreza en este país, lo que logró un crecimiento económico constante hasta la fecha y gracias a sus programas orientados a las familias más vulnerables logró una mejora en la capacidad competitiva, que se ve reflejada en sus cifras, pero que aún se encuentra muy por debajo del nivel mundial (Sakho, 2019).
Analizando los países en general como tratados de integración se evidencia que dos grandes tratados muestran fuertes interdependencias, uno es SICA y otro la Alianza del Pacífico, uno mostrando una correlación positiva medio baja y el otro una correlación negativa de medio baja intensidad respectivamente. Si se escudriña más a fondo en los datos se podrá notar que los países integrantes del grupo SICA, sistema de integración de países centroamericanos, en general han tenido un crecimiento notable de su competitividad a lo largo de los últimos años, producto de la reactivación económica y la inversión de capital directo a la economía productiva, logrando en muchos de sus integrantes una economía positiva, pues al establecer una unión aduanera logran ser más competitivos como uno solo; además, las políticas de este tratado van encaminadas a la integración de Centroamérica como una región en desarrollo y paz, lo que evidentemente se ve reflejado en sus cifras macro-económicas, donde logra un muy buen comportamiento para los países integrantes, lo que se transmite como un comportamiento positivo en los del grupo en general.
Por su parte, la Alianza del Pacífico muestra una correlación negativa de estas dos variables aun cuando está compuesto por algunas de las economías más grandes de la región. Al analizar los datos macro de Chile, Colombia, México y Perú como países integrantes se puede notar una mejora general en la competitividad de los países en general; aun cuando en la gráfica 1 se muestre una caída en la competitividad de Chile, este continúa siendo el país más competitivo de la región y su correlación negativa entre el tiempo y la competitividad se debe a la baja de puntuación del World Economic Forum del 2012 al 2016; aun así se establece como el país más competitivo de Latinoamérica ubicado la posición 33 en el ranking mundial. Una vez desenmarañado ese extraño comportamiento de las correlaciones macroeconómicas chilenas, se dará un recorrido por Perú y Colombia, países que están jalonando fuertemente la interdependencia hacia el plano negativo.
Los datos macroeconómicos de Colombina y Perú muestran un fortalecimiento de su competitividad, aunque como se había explicado anteriormente debido al bajo precio de los commodities el crecimiento económico se vio rezagado en los dos países, jalonando hacia el lado negativo de las interrelaciones de estas dos variables el comportamiento de la Alianza del Pacífico; aun así se ha podido ver que a lo largo de la existencia del tratado los países que hacen parte del mismo han mejorado su competitividad de forma notable.
Los resultados de la investigación concluyen para cada una de las vinculaciones de variables una interdependencia propia.
En el caso de la corrupción a lo largo del tiempo se pudo concluir que en un 70% de los países estudiados presenta una interdependencia positiva, lo que determina que con el paso del tiempo la corrupción ha sido disminuida.
El crecimiento económico por su parte presenta correlaciones negativas lo que traduce en una baja en el crecimiento económico de la región latinoamericana y del Caribe en la mayor parte de los países estudiados.
La competitividad por su parte a lo largo del tiempo demuestra que las estrategias de mejora implementadas por Latinoamérica y el Caribe están rindiendo frutos.
Por su parte al estudiar la interdependencia entre corrupción y crecimiento económico, se determina que el comportamiento tiene una tendencia indeterminada, teniendo un 50% de países con interdependencia negativa y 50% con correlación positiva.
En cuanto a relación entre corrupción y competitividad, se ve una fuerte relación directa entre estas dos variables, lo que significa que en un entorno con baja corrupción la competitividad tiene tendencia al aumento.
Cuando se analiza el crecimiento económico con la competitividad global se evidencia un comportamiento positivo en más del 50% de los países utilizados en el estudio, lo que demuestra que un país más competitivo internacionalmente tiene mayores posibilidades de crecimiento económico y a su vez un país con gran crecimiento económico puede generar programas que aumenten su capacidad de competir de forma internacional.
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1. Ph.D en Economía para el Desarrollo y Relaciones Internacionales de la universidad de Pittsburgh, con certificados de post-grado de las universidades de Pennsylvania y Harvard, en Estados Unidos y de la Escuela de Altos Estudios Comerciales, HEC Paris. Es visiting Professor de la universidad de Maastricht en Holanda, Profesor Universidad del Rosario, Colombia, E-Mail: Giovanni.reyes@urosario.edu.co
2. Estudiante de 4to semestre de Maestría en Dirección de la Universidad del Rosario, Ingeniero Civil con estudios de post-grado, Gerente empresa del sector Construcción, Colombia, E-Mail: freddy.vasquez@urosario.edu.co