Vol. 40 (Nº 21) Año 2019. Pág. 27
QUEVEDO ARNAIZ, Ned Vito 1; MELENDEZ CARBALLIDO, Rogelio 2; BELTRÁN AYALA, José María 3; TERAN CARRILLO, Wilman Gabriel 4 y MONTECÉ GILER, Salomón Alejandro 5
Recibido: 03/02/2019 • Aprobado: 04/06/2019 • Publicado 24/06/2019
RESUMEN: El profesional de la salud ha de tener la capacidad de autorregular sus emociones y de identificar, comprender y guiar las de sus pacientes. Este estudio aborda la interrelación entre asertividad y autoestima sin determinar la causalidad en ellas, en estudiantes que cursan el 1er año de la carrera de Odontología de la UNIANDES (Ecuador), a partir de la aplicación del Autoinforme de conducta asertiva, y el Inventario de Autoestima de Coopersmith. |
ABSTRACT: The health professional must have the ability to self-regulate their emotions and to identify, understand and guide those of their patients. This study addresses the interrelation between assertiveness and self-esteem without determining the causality in them, in students who attend the 1st year of the UNIANDES Dentistry career (Ecuador), from the application of the Assertive Behavior Self-Report, and the Coopersmith Self-Esteem Inventory. |
No son pocos los investigadores que alertan sobre la creciente necesidad de que los futuros profesionales se desarrollen en un proceso formativo que contemple en los planes de estudio de las carreras universitarias, no solamente el conocimiento, entendido como competencia cognitiva o dura, sino también las reconocidas habilidades sociales.(Flores, 2018) Este criterio se sustenta en la incidencia positiva una vez egresados, en el desarrollo profesional y las posibilidades de empleo (Martí, Martí, y Almerich, 2014; Navarro, Varas, Maluenda y Arriagada, 2015; Chilca, 2017; Maluenda, Navarro y Varas, 2017).
La asertividad y la autoestima constituyen dos importantes habilidades sociales de naturaleza indispensable para el desarrollo de todo ser humano (Roca, 2014). Según consideraciones de Morales, Benítez y Agustín (2013), Parada y Pérez (2014) y Ayvar (2016), siempre que el individuo se autovalore positivamente, se acepte, apruebe y se respete a sí mismo, entonces su personalidad se enriquecerá con rasgos tales como confianza y seguridad, además de la capacidad en la toma de decisiones, traducidos a su vez en contextos adversos, como la posibilidad cierta de aportar soluciones de modo asertivo al tomar como base necesidades, sentimientos y pensamientos, además del respeto a los demás y a sí mismo.
Una conducta sustentada en las habilidades sociales, es la unión de comportamientos de una persona en un medio interpersonal, en el que esta expresa sus criterios, deseos, derechos o sentimientos en correspondencia con la situación, siempre respetando las posiciones de los demás y presto a dar solución a los problemas presentes, al tiempo que con su actuación propicia la disminución de la posibilidad de que se generen otros (León, Rodríguez, Ferrel, y Ceballos, 2009).
Siguiendo este orden de ideas, León et al. (2009) y Caballo, Salazar, Olivares, Irurtia, Olivares y Toledo, (2014), aseveran que adolecer de una conducta asertiva y tener una baja autoestima, representa un serio problema del individuo en el medio social en el que se desenvuelve, dificultando en consecuencia, su desarrollo personal. Estos autores valoran a la autoestima como el pilar esencial de la asertividad, a la que entienden como el resultado de la autovaloración personal, en relación con la aceptación y la satisfacción con lo que la persona es, hace, piensa y dice.
La asertividad como constructo, se ha visto conceptualizada de diversas maneras, en las que ha sido calificada como habilidad social y más recientemente, en un rol estructural al formar parte del carácter pluridimensional de la competencia social. Actualmente se le reconoce como una conducta normal, encaminada a optimizar la comunicación interpersonal, así como a propiciar recursos en la búsqueda exitosa de consenso o acuerdos, cuando se trata de enfrentar conflictos o juicios contrarios.
En la revisión de las definiciones conceptuales del término asertividad, diversas, por la variedad de enfoques con que ha sido tratado, se impone la sistematización, proceso que conduce a la unidad desde la diversidad, pues se le atribuyen rasgos comunes al considerarla habilidad de comunicación interpersonal o social. En el ámbito de las instituciones educacionales incide en el rendimiento académico (Quintero y Zárate, 2016), por lo que se considera existe una relación entre esta incidencia y la capacidad de los estudiantes de fundamentar sus ideas, ejercer la crítica y defender sus criterios, situación que conduce a aseverar que se promueven conductas positivas en la adquisición de conocimientos (Aluicio y Revellino, 2010; Casas, Prat, Vilamala, Escandell, García, Martin y Ochoa, 2014; Domínguez, López Álvarez, 2015; Gutiérrez y Expósito, 2015; Ayvar, 2016; García, Caballo, Peralta, Lucena, y Navarrete, 2017).
El buen desempeño podría verse obstaculizado por el comportamiento poco asertivo, por ejemplo, en el caso de evaluaciones orales o las que demandaran del trabajo en equipo. También se reconoce la relevancia de la asertividad en el ejercicio de la profesión, fundamentalmente en las carreras del sector Salud (Parada y Pérez, 2014).
La autoestima, que se define como la suma de juicio que una persona tiene de sí misma, es una noción muy vinculada a la capacidad de manejo social (León et al., 2009; Aluicio y Revellino, 2010; Ayvar, 2016). Partiendo de esta definición puede afirmarse que las personas incorporan creencias sobre sí mismas en el proceso de construcción de su identidad, y durante el mismo conforman esquemas cognitivos que rigen su conducta y suelen ser coherentes con esas creencias. Por eso, si un estudiante tiene una baja autoestima, su rendimiento académico probablemente también lo sea, según lo confirman diversas investigaciones (Garaigordobil, 2001; Aluicio y Revellino, 2010; Plank, 2014; Sánchez, Flores y Flores, 2016; Chilca, 2017).
En el contexto actual se privilegia todavía al contenido como categoría didáctica por sobre los métodos que coadyuvan al aprendizaje. Se trata de un problema más evidente en las aulas, cuando se concede mayor importancia al desarrollo de la personalidad de los estudiantes. En este sentido se hace conveniente destacar la importancia de cultivar actitudes y comportamientos asertivos dentro de las escuelas e instituciones de educación superior, partiendo del hecho de que el ser humano no las porta desde su nacimiento, sino que debe adquirirlas en el transcurso de la vida, proceso que se realiza en el contexto educativo.
En consecuencia, debe reflexionarse sobre la inclusión en el currículo de las habilidades emocionales y sociales (Gaeta y Galvanovskis, 2009; Domínguez, López y Álvarez, 2015; Corrales, Quijano y Góngora, 2017).
Por lo general se estudia la combinación de asertividad con autoestima como rasgos psicológicos necesarios para que el individuo maneje su vida asertivamente, lo que no significa que sean los únicos elementos a tener en cuenta. Sin embargo, la presente investigación se basa en explorar la interrelación de estas habilidades emocionales, esenciales en la formación adecuada de la personalidad del individuo, de modo de resaltar el rol que en ello juegan las estrategias educativas y programas encaminados al perfeccionamiento de las relaciones interpersonales en las aulas con un enfoque multisectorial. En esto reside la pertinencia de este estudio, pues alerta sobre la importancia de activar creativamente métodos y estrategias encaminadas a la adquisición de habilidades asertivas dentro del ámbito educativo, de modo de recuperar el equilibrio perdido con relación al enfoque centrado únicamente en el mejoramiento de los aspectos cognitivos.
Con el propósito de valorar el comportamiento de habilidades sociales en el contexto universitario, el presente estudio pretende determinar la relación existente entre la autoestima, y la asertividad como habilidades sociales en estudiantes de Odontología de la UNIANDES_______.
El tipo de investigación utilizado fue descriptivo correlacional, cuantitativo, no experimental. siendo realizada en la facultad de odontología de la universidad Uniandes. Se estableció como criterio de inclusión estar actualmente cursando el I año de la carrera de Odontología y la voluntariedad en la participación en el estudio. El consentimiento informado se obtuvo de la totalidad de los estudiantes que integraron la muestra, siendo explicadas las particularidades de la investigación y los objetivos a alcanzar, el carácter anónimo y discreto con que se manejaría la información obtenida, el derecho a renunciar a continuar como participantes en cualquier punto o fase del estudio, así como la utilidad que representaba.
El diseño de la investigación permitió caracterizar la relación entre las variables asertividad y autoestima.
Los sujetos que participaron en la investigación fueron seleccionados del universo de estudio integrado por una matrícula de 186 estudiantes, perteneciente a la facultad de Odontología de la UNIANDES. Se consideró pertinente incluir en el estudio a los 86 estudiantes que cursaban el semestre de la carrera, de lo que resultó una muestra constituida por 45 mujeres (52.3%) y 41 hombres (47.6%).
Hipótesis
Se plantea como hipótesis de la investigación a:
H1: A mayor autoestima, habrá mayor asertividad.
Variables e instrumentos
Las variables de estudio fueron asertividad y autoestima. La asertividad fue estudiada por la aplicación de la metodología implementada por García y Magaz (1995). La autoestima se valoró a partir del instrumento propuesto por Coopersmith (1990)
Los instrumentos aplicados fueron:
Estudia las siguientes habilidades:
a) auto-asertividad, (20 ítems) entendida como la medida en que el individuo se otorga los derechos asertivos a sí mismo
b) hetero-asertividad, (15 ítems ) o la medida en que un individuo reconoce los derechos asertivos de los otros.
Dada la estructura del instrumento se propicia que la persona que se encuesta, de información sobre sus criterios en torno a sus actitudes y conducta.
El instrumento cuenta con cinco escalas, a saber: Test de mentira, Autoestima de Sí mismo, Social pares, Hogar-Padres y Universidad que son clasificados con puntuación baja, media o alta. Además, está constituido por 58 ítems con afirmaciones cuyas respuestas son dicotómicas, y su aplicación es de forma individual o colectiva. La calificación máxima es de 100 puntos, y se calcula sumando el número de ítems respondidos correctamente y multiplicando el resultado por 2, sin incluir el puntaje obtenido en el test de mentiras; luego se realiza el sumatorio total de la prueba y se ubica al estudiante en la categoría correspondiente.
Por otra parte, el test de mentiras, en caso de que se alcance una puntuación mayor que cuatro, invalida la prueba.
Fueron realizados los análisis de la consistencia interna en ambos instrumentos aplicados. A tal fin se calcularon los valores de los coeficientes de homogeneidad Alpha de Cronbach y con correlaciones de Pearson de todos los ítems con el total. Para el ADCA-1, la consistencia interna de la escala total ha sido de 0,925, considerado como un valor excelente de fiabilidad del instrumento evaluado. Las correlaciones de los ítems con el total resultaron significativas (p < 0,01) y sus valores fueron altos en la totalidad de los ítems. En el caso del Inventario de Autoestima de Coopersmith, el coeficiente de homogeneidad Alpha de Cronbach tuvo un valor de 0,86, lo cual se considera aceptable.
La investigación consta de dos etapas: en la primera se procedió a seleccionar a los participantes y socializar los elementos que forman parte del consentimiento informado. En la segunda se aplicaron los instrumentos y finalmente se procesaron los resultados.
Con el propósito de cumplimentar el objetivo de la investigación, fueron entrenados 10 estudiantes de 3er año de Odontología y dos profesores tutores. Se elaboró un instrumento con carácter preliminar que contaba inicialmente con 17 ítems, que fue aplicado en un estudio piloto a 20 voluntarios seleccionados al azar, pertenecientes a cada año objeto de estudio y que no formaban parte de la muestra. Así se estimó una variable importante a tomar en cuenta en la aplicación del instrumento, como es el tiempo que tarda una persona en dar respuesta al cuestionario completo y los ritmos del interés.
El estudio fue aprobado por el Comité de Ética de_______________
Con las respuestas obtenidas se generó una base de datos que se codificaron mediante el programa Excel y luego fueron procesados con el programa SPSS para Windows en su versión 19. Para todas las pruebas de hipótesis aplicadas se tomó un α= 0,05.
El análisis univariado se realizó a través de las frecuencias absolutas y porcentajes.
Para el análisis bivariado entre las variables asertividad, autoestima y sexo, se realizó la prueba no paramétrica χ2 de independencia, para identificar una posible asociación entre las mismas.
Al abordar los resultados de esta investigación con respecto a la variable autoestima, se encontró que el 46,5% de los estudiantes evaluados (40 sujetos) tienen un nivel satisfactorio en esta habilidad social, en tanto 46 estudiantes, que representan un 53,4%, se encuentran en nivel de autoestima baja o promedio bajo. Se detecta una diferencia significativa entre los niveles de autoestima en los evaluados, según se observa en la tabla 1. Estos resultados indican que más de la mitad de los estudiantes no se autovalora en términos satisfactorios.
Tabla 1
Comportamiento de la Autoestima
|
Frecuencia |
% |
χ2 de bondad de ajuste |
Grados de libertad |
Autoestima baja |
20 |
23.2 |
146,825** |
3 |
Valor medio bajo |
26 |
30.2 |
|
|
Valor medio alto |
22 |
25.5 |
|
|
Autoestima alta |
18 |
20.9 |
|
|
Tamaño de muestra=86, p< .01
Los valores de la dimensión asertividad indican que hay diferencia significativa entre los niveles de asertividad y permiten apreciar similitudes en las puntuaciones porcentuales de los diferentes niveles: asertividad adecuada (33,7%), déficit asertivo (33,7%), y los estilos pasivos/dependiente y agresivo (32,5%). Respecto a la dimensión déficit asertivo, que obtuvo el mayor puntaje, esto apunta al hecho de que en los estudiantes no se ha desarrollado aún dicha habilidad, lo cual expresa una conducta desfavorable. Por otra parte, llama la atención que el 18,6% de los encuestados mostró un nivel de asertividad superior, lo que indica que han aprendido a establecer una adecuada relación interpersonal. Sin embargo, el 51,1% de los sujetos, mostró una asertividad inadecuada, por lo que es preciso educar y brindar tratamiento integral acerca de esta habilidad emocional para modificar conductas de riesgo en la población estudiantil y evitar relaciones interpersonales inadecuadas.
Tabla 2
Comportamiento de la Asertividad
|
Frecuencia |
% |
χ2 de bondad de ajuste |
Grados de libertad |
Asertividad superior |
16 |
18.6 |
24.581** |
5 |
Asertividad media |
13 |
15.1 |
|
|
Déficit asertivo |
29 |
33.7 |
|
|
Estilo pasivo/asertivo |
15 |
17.4 |
|
|
Estilo asertivo |
13 |
15.1 |
|
|
Tamaño de muestra=86, p< .01
En la Tabla 3 se muestran los resultados del análisis de la relación de la autoestima con la dimensión sexo. La dimensión Autoestima de sí mismo muestra diferencia significativa entre mujeres y hombres en los niveles alto y promedio alto, en los que las primeras tienen los mayores porcentajes. No obstante, en los hombres también se aprecia que muestran estima de su persona. Por otra parte, de acuerdo con la percepción de los estudiantes con niveles de autoestima promedio alto y alto, se aprecia un porcentaje de 48,8%, lo que indica que menos de la mitad del total de los encuestados se autovalora adecuadamente. Este valor corrobora los resultados que se muestran en la Tabla 1. También se evidencian porcentajes muy similares de bajo y bajo promedio de asertividad (51,1%) y similares niveles de autoestima (53,4%).
Tabla 3
Estimación de χ2 en Autoestima de sí mismo según sexo
|
|
Sexo |
Total |
χ2 |
Grados de libertad. |
||
F |
M |
||||||
|
Frecuencia |
2 |
0 |
2 |
|
|
|
Bajo |
% en nivel |
100% |
0% |
100% |
|
|
|
% en sexo |
4.4% |
0% |
2.3% |
|
|
||
RT |
1.8 |
-1.8 |
|
|
|
||
Valor medio bajo |
Frecuencia |
19 |
23 |
42 |
|
|
|
% en nivel |
45.2% |
54.7% |
100% |
|
|
||
% en sexo |
42.2% |
56.0% |
48.8 |
|
|
||
RT |
-.7 |
.7 |
|
|
|
||
Valor medio alto |
Frecuencia |
15 |
12 |
27 |
12.446** |
3 |
|
% en nivel |
55.5% |
44.4% |
100% |
|
|
||
% en sexo |
33.3% |
29.2% |
31.3 |
|
|
||
RT |
2.8 |
-2.8 |
|
|
|
||
Alto |
Frecuencia |
9 |
6 |
15 |
|
|
|
% en nivel |
60.0% |
40.0% |
100% |
|
|
||
% en sexo |
20.0% |
14.6% |
17.4 |
|
|
||
RT |
-2.8 |
2.8 |
|
|
|
||
Total |
Frecuencia |
45 |
41 |
86 |
|
|
|
% en nivel |
52.3% |
47.6% |
100% |
|
|
||
% en sexo |
100% |
100% |
100% |
|
|
N = 86, *p < .05 RT: residuos tipificados
Existen diferencias significativas entre mujeres y hombres en el nivel bajo, según se expone en la Tabla 4. Las mujeres presentan un nivel más bajo de Autoestima con los padres y en el hogar, resultados que coinciden con los criterios de León et al. (2009), Ramírez (2014), Sancassiani, Pintus, Holte, Paulus, Moro, Cossu, Angermeyer, Carta & Lindert (2015), Maluenda, Navarro y Varas (2017).
No existen diferencias significativas entre los sexos en las dimensiones Universidad y Social - pares, que no se muestran por razones de espacio.
Tabla 4
Estimación de χ2 en Hogar según sexo
|
|
Sexo |
Total |
χ2 |
Grados de libertad. |
||
F |
M |
||||||
|
Frecuencia |
4 |
2 |
6 |
8.126* |
2 |
|
Bajo |
% en nivel |
66.6% |
33.3% |
100% |
|
|
|
% en sexo |
8.8% |
4.8% |
6.9% |
|
|
||
RT |
4 |
-4 |
|
|
|
||
Valor medio bajo |
Frecuencia |
7 |
4 |
11 |
|
|
|
% en nivel |
63.6% |
36.3% |
100% |
|
|
||
% en sexo |
15.5% |
9.7% |
12.7% |
|
|
||
RT |
.3 |
-.3 |
|
|
|
||
Valor medio alto |
Frecuencia |
10 |
13 |
23 |
|
|
|
% en nivel |
43.4% |
56.5% |
100% |
|
|
||
% en sexo |
22.2% |
31.7% |
26.7% |
|
|
||
RT |
-2.1 |
2.1 |
|
|
|
||
Alto |
Frecuencia |
24 |
22 |
46 |
|
|
|
% en nivel |
52.1% |
47.8% |
100% |
|
|
||
% en sexo |
53.3% |
53.6% |
53.4% |
|
|
||
RT |
-.8 |
.8 |
|
|
|
||
|
Frecuencia |
45 |
41 |
86 |
|
|
|
Total |
% en nivel |
52.3% |
47.6% |
100% |
|
|
|
% en sexo |
100% |
100% |
100% |
|
|
N = 86, *p < .05, RT: residuos tipificados
Se detectan diferencias significativas (p <0.05) por sexo en la variable asertividad, aportadas por las dimensiones estilo pasivo, y asertividad superior y media (tabla 5).
Se muestra que son las mujeres las que tienen mayor porcentaje en la dimensión asertividad media (35.5%) en comparación con los hombres, mientras que estos tienen porcentajes superiores en la dimensión Asertividad superior.
Tabla 5
Estimación de χ2 en Asertividad según sexo
|
|
Sexo |
Total |
χ2 |
Grados de libertad. |
||
F |
M |
||||||
|
Frecuencia |
6 |
15 |
21 |
12.594** |
5 |
|
Asertividad superior |
% en nivel |
28.5% |
71.4% |
100% |
|
|
|
% en sexo |
13.3% |
36.5% |
30.2 |
|
|
||
RT |
-3.1 |
3.1 |
|
|
|
||
Asertividad media |
Frecuencia |
10 |
6 |
16 |
|
|
|
% en nivel |
62.5% |
37.5% |
100% |
|
|
||
% dentro de sexo |
35.5% |
21.9% |
29.0% |
|
|
||
RT |
2.8 |
-2.8 |
|
|
|
||
Déficit asertivo |
Frecuencia |
19 |
15 |
34 |
|
|
|
% en nivel |
55.8% |
44.1% |
100% |
|
|
||
% dentro de sexo |
42.2% |
36.5% |
39.5 |
|
|
||
RT |
1.6 |
-1.6 |
|
|
|
||
Estilo pasivo/dependiente |
Frecuencia |
5 |
4 |
9 |
|
|
|
% en nivel |
55.5 |
44.4 |
100% |
|
|
||
% dentro de sexo |
11.1% |
9.7% |
10.4% |
|
|
||
RT |
-3.1 |
3.1 |
|
|
|
||
Estilo agresivo |
Frecuencia |
5 |
1 |
6 |
|
|
|
% en nivel |
83.3% |
16.6% |
100% |
|
|
||
% en sexo |
11.1% |
2.4% |
6.9% |
|
|
||
RT |
1.5 |
-1.5 |
|
|
|
||
Total |
Frecuencia |
45 |
41 |
86 |
|
|
|
% en nivel |
52.3% |
47.7% |
100% |
|
|
||
% en sexo |
100% |
100% |
100% |
|
|
Tamaño de muestra = 86, *p < .05
El valor del coeficiente de correlación de Pearson entre las variables Autoestima y Asertividad se evidencia una relación positiva directamente proporcional, dada por un valor de r = .386, que aunque considerado bajo, permite avalar estadísticamente dicha relación, para p< .01.
Los resultados obtenidos en la presente investigación conllevan a aceptar la hipótesis propuesta de que la autoestima de los estudiantes está relacionada con la asertividad. La correlación obtenida es positiva y en consecuencia indica una proporcionalidad directa, es decir, a mayor nivel de autoestima, mayor nivel de asertividad (León et al., 2009; Aluicio y Revellino, 2010; Ayvar, 2016).
Desde una perspectiva teórica es posible esperar este resultado, al valorar que la asertividad como habilidad social, contribuye al mejoramiento conductual de las personas, que en consecuencia recibirán un accionar positivo por parte de los demás en el contexto en el que se encuentran (León et al., 2009; Sancassiani et al., 2015).
De igual modo, investigadores como Aluicio y Revellino (2010), Ayvar (2016) y Chilca (2017), llegaron a conclusiones similares en las que los estudiantes con calificaciones altas en autoestima, exhibieron altas puntuaciones de asertividad.
Usualmente, el nivel medio de autoestima es el que más frecuentemente califica a las colectividades estudiantiles. Coopersmith (1990), León et al. (2009), Aluicio y Revellino (2010) y Ayvar (2016) sostienen que las personas con un nivel alto de autoestima tienen una permanente sensación de valía, lo que constituye una alerta en la situación actual en el ámbito de los estudiantes de Odontología encuestados en la presente investigación: los resultados de la misma indican que el 50% adolece de un nivel de alta autoestima, lo cual equivale a plantear que la mitad de los sujetos en estudio deben elevar dicha habilidad social.
Los estudios acerca del comportamiento de la autoestima en el ámbito educacional (Vakil, 2017) revisten especial importancia en el logro de la permanencia de estudiantes que ingresan a las instituciones de educación superior. Para Lugo (2013), la autoestima es un factor desencadenante de deserción en las carreras universitarias.
Al comprobarse la relación de proporcionalidad directa entre las variables asertividad y autoestima, se verifica la hipótesis del estudio y se revela la capacidad o habilidad de los estudiantes, que garantizará en el futuro, un desempeño profesional satisfactorio, caracterizado por las necesarias competencias que les demandará la sociedad a la que pertenecen.
Al involucrarse activamente en el desarrollo cultural, social y económico de la comunidad, la universidad está comprometida asimismo a estimular en sus estudiantes las aptitudes de autoconocimiento, autoestima y autocontrol como pilares importantes para asumir una mayor responsabilidad en la dirección de sus vidas. También los debe dotar de las destrezas cognitivas que les posibilitarán el progreso en sus carreras en el ámbito estudiantil, y más tarde en su desempeño profesional.
Actualmente se precisa de evidencias empíricas que justifiquen un cambio de paradigma traducido en la creación e implementación de programas de desarrollo integral para los futuros profesionales. Por lo tanto, se recomienda incorporar a los programas de estudio, actividades formativas que tomen en cuenta las conductas asertivas y eleven los niveles de autoestima, de modo que paralelamente a la adquisición de diversos contenidos disciplinares, se promueva el desarrollo de las habilidades sociales.
Es sumamente importante estimular conductas prosociales -asertivas y con alto nivel de autoestima-, puesto que mediante ese proceso los estudiantes universitarios pueden sostener y desarrollar comportamientos y valores que propenden hacia el respeto a los demás, la convivencia en grupo, la tolerancia, la valoración de los derechos humanos y la expresión emocional, entre otras condicionales que ennoblecen la vida en sociedad.
Aluicio, A., y Revellino, M. (2010). Relación entre autoeficacia, autoestima, asertividad, y rendimiento académico, en estudiantes que ingresaron a terapia ocupacional, el año 2010. Revista de Investigación. Recuperado de http://www.revistas.uchile.cl/index.php/RTO/article/viewFile/17775/18555
Ayvar, Velásquez, H. (2016). La autoestima y la asertividad en adolescentes de educación secundaria de un colegio estatal y particular de un sector del distrito de Santa Anita Av.psicol, 24(2).
Caballo, V. E., Salazar, I. C., Olivares, P., Irurtia, M. J., Olivares, J. y Toledo, R. (2014). Evaluación de las habilidades sociales: estructura factorial y otras propiedades psicométricas de cuatro medidas de autoinforme. Psicología Conductual, 22, 375-399
Casas, E., Prat, G., Vilamala, S., Escandell, M., García, M., Martin, J., y Ochoa, S. (2014). Validación de la versión española del inventario de asertividad Gambrill y Richey en población con diagnóstico de esquizofrenia. Anales de Psicología, 30(2), 431-437. doi: 10.6018/analesps.30.2.154311
Chilca, M.L. (2017). Autoestima, hábitos de estudio y rendimiento académico en estudiantes universitarios. Propósitos y Representaciones, 5 (1), 71 - 127
Coopersmith, S. (1990). Inventario de Autoestima. Palo Alto. Consulting Psychologists Press, Inc.
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1. Doctor en Ciencias Pedagógicas. Docente de la carrera de Derecho de la Universidad Regional Autónoma de los Andes. Extensión Santo Domingo. Email: nedquevedo@yahoo.com
2. Especialista en Asesoría Jurídica. Docente de la carrera de Derecho de la Universidad Regional Autónoma de los Andes. Extensión Santo Domingo. Email: rogelmc1966@gmail.com
3. Magister en Derecho Procesal Penal. Docente de la carrera de Derecho de la Universidad Regional Autónoma de los Andes. Extensión Santo Domingo. Email: jobel302009@hotmail.com
4. Abogado de los Tribunales de la República. Docente de la carrera de Derecho de la Universidad Regional Autónoma de los Andes. Extensión Santo Domingo. Email: wilmanteran@yahoo.com
5. Magister en Derecho Internacional. Docente de la carrera de Derecho de la Universidad Regional Autónoma de los Andes. Extensión Santo Domingo. Email: alejandormontece_1983@hotmail.com