Vol. 40 (Nº 2) Año 2019. Pág. 4
HENNIG MANZUOLI, Cristina 1; CUESTA MEDINA, Liliana M. 2; FERNÁNDEZ OTOYA, Fiorela A. 3; DORIVAL, María 4
Recibido: 24/07/2018 • Aprobado: 01/11/2018 • Publicado 21/01/2019
RESUMEN: El presente estudio pretende analizar la influencia de un programa de prevención del ciberacoso. La muestra estuvo conformada por 1355 preadolescentes en el caso de Colombia y 999 en el caso de Perú. Se aplicó el cuestionario de violencia escolar revisado CUVE-R (Álvarez-García et al., 2011). Los resultados indican que los factores de violencia escolar que más se presentan tanto en Colombia como en Perú corresponden con violencia verbal entre estudiantes y disrupción en el aula de clase. |
ABSTRACT: The present study aims to analyze the influence of a cyberbullying prevention program. The sample consisted of 1355 preadolescents in the case of Colombia and 999 in the case of Peru. The revised school violence questionnaire CUVE-R was applied (Álvarez-García et al., 2011). The results indicate that the factors of school violence that occur most in both Colombia and Peru correspond to verbal violence among students and disruption in the classroom. |
El uso de internet y la interacción a través de medios tecnológicos por parte de los niños y jóvenes se ha incrementado dramáticamente en los últimos años y, generalmente existen pocos mecanismos de control frente al manejo del tiempo que se emplea en estos ambientes, y frente al uso de la información que se consume o que se produce en la red. Numerosos son los riesgos a los que se está expuesto, tales como la difusión instantánea de la información que se comparte en las redes, el número de personas con identidad anónima con las cuales se entra en contacto y el contenido que se descarga y se sube en las redes (Cross et al., 2015). Por lo anterior, es imprescindible que los niños y adolescentes puedan identificar claramente las características del ciberacoso, tales como intención de hacer daño, desbalance de poder entre la víctima y el victimario y la repetición de estas conductas (Cuadrado-Gordillo & Fernández-Antelo, 2016), para posteriormente saber cómo establecer planes de acción y solicitar apoyo para enfrentar esta problemática. Los estudios también alertan sobre el aumento de las conductas agresivas en internet a edades cada vez menores por la posibilidad que tienen los niños de abrir sus cuentas en redes sociales virtuales y el acceso a dispositivos digitales para interactuar con sus pares y otras personas, de ahí la necesidad inminente por generar e implementar programas de prevención para estudiantes de primaria (Bartrina Andrés, 2014).
De igual forma, es fundamental que exista una integración curricular en los colegios, en la cual se instruya, informe y se trate abiertamente la problemática del ciberacoso, sus riesgos e implicaciones para los afectados y la comunidad escolar, tal como se evidencia en el estudio de percepciones realizado por Agudelo & Gallego (2017). Además, es indispensable que estos programas de prevención se apoyen en el uso de materiales específicos que apoyen la intervención para guiar eficazmente a todos aquellos agentes inmersos en la familia y comunidad educativa: Padres, estudiantes, maestros, directiva/os, personal de apoyo y coordinadores encargado/as (Campos, Tassa & Cruz, 2015) para que cuenten con la preparación suficiente para hacerle frente a la situación, cuando ésta se presente (Espelage & Hong, 2017). En ese sentido, involucrar la prevención del acoso y ciberacoso se puede hacer a través de un enfoque interdisciplinario, o como parte de un programa para educación básica y media (Bailey, 2013). Según Young, Tully & Ramirez (2017) existe a la fecha la necesidad de seguir investigando sobre áreas específicas que contribuyen al manejo eficaz del fenómeno, tales como posibles estrategias de prevención del ciberacoso, conocimiento y actitudes de los padres, y su confusión acerca de la responsabilidad para abordar el ciberacoso. El presente estudio contribuye a llenar este vacío en el área por cuanto se sugieren mecanismos estratégicos para identificar factores asociados con el ciberacoso, que sirvan como base para el diseño de futuras intervenciones.
El ambiente familiar y escolar son factores fundamentales en la prevención del ciberacoso, dado que es en tales escenarios en los que se generalmente se suscitan conductas de los niños y adolescentes como victimarios, tanto en situaciones de acoso tradicional, como de ciberacoso. De allí el especial énfasis por involucrar a la familia y a la escuela en la prevención de estos fenómenos (Tanrikulu & Campbell, 2015). Generalmente, los estudiantes involucrados en acoso tradicional, tienden a involucrarse en autores de ciberacoso. Sin embargo, algunos estudios hallan que los profesores tienden a subestimar los casos de ciberacoso reportados principalmente por los observadores, por lo que se recomienda involucrar activamente a los profesores en los programas de prevención del ciberacoso, para ayudarlos a identificar las características del fenómeno y la mejor forma de afrontarlo (Huang & Chou, 2013). También se recomienda analizar las consecuencias que la existencia de este fenómeno tiene para las víctimas, entre las cuales puede provocar sentimientos de angustia, ira, y tristeza, ausentismo escolar, bajo desempeño y dificultades de concentración (Bailey, 2013). Las investigaciones también reportan que los conflictos familiares pueden ser predisponentes para ser víctima de ciberacoso, así como tener baja cohesión familiar y menos expresividad familiar, que aquellos que no se ven involucrados en este fenómeno de agresión entre pares (Ortega-Barón, Buelga, & Cava, 2016). Así mismo, los estudios resaltan la relación entre los conflictos familiares y el número de horas que pasan los adolescentes en internet (Gómes Franco e Silva & Sendín Gutiérrez, 2014). Este número de horas en internet puede inducir a los preadolescentes y adolescentes a ser víctimas de ciberacoso (Tsitsika et al., 2015). En muchos casos no hay intervención y control alguno por parte de los padres o cuidadores frente al uso excesivo de los dispositivos electrónicos, y los usuarios no cuentan ni con la edad ni con el criterio necesario para hacer un eficaz y responsable uso de los mismos.
Recientes estudios indican la importancia de evaluar las estrategias de prevención e intervención del ciberacoso (Zych, Ortega-Ruiz, & Del Rey, 2015). Los estudios enfatizan en la importancia de desarrollar habilidades sociales y capacidades para resolución de conflictos, dado que los hallazgos muestran que entre los factores predictivos de conductas de ciberacoso se encuentran la participación en acoso tradicional como victimarios y víctimas, así como pobres relaciones familiares (Hemphill & Heerde, 2014). También recomiendan las investigaciones que los programas de prevención e intervención deben involucrar diferentes áreas para realizar trabajo interdisciplinario que involucre a todos los agentes de la comunidad educativa (Ockerman, Kramer, & Bruno, 2014), así como el desarrollo de habilidades para el manejo de emociones, interacción a través de redes sociales virtuales y el uso adecuado de la tecnología (Notar, Padgett, & Roden, 2013; Author and Author, 2018). Otros estudios a su vez, sugieren que los programas de prevención se creen a partir de políticas en la escuela que apoyen el desarrollo de la resiliencia como mecanismo protector del fenómeno del ciberacoso en el ambiente escolar (Hinduja & Patchin, 2017; Varela, Zimmerman, Ryan, & Stoddard, 2017), dado que al desarrollar las habilidades que necesitan para superar las dificultades generadas a través de las relaciones y ambientes asociados con el ciberacoso, los niños y niñas podrán comprender los factores, dinámicas e implicaciones de sus propios actos, y de los actos de sus pares, y podrán luego de la fase de entendimiento, generar toma de decisiones para manejar situaciones de conflicto asertivamente. Por ende, la necesidad por crear y usar un enfoque de autorregulación de la resiliencia para enfrentar el ciberacoso es evidente, y una pronta implementación del mismo podrá ayudar a controlar y manejar las emociones y comportamientos en los contextos, relaciones y dificultades asociadas con el fenómeno (Gianesini & Brighi, 2015).
De acuerdo con las investigaciones realizadas en los últimas años, los programas de prevención deben enfatizar en la búsqueda de ayuda cuando los niños y adolescentes sientan que son víctimas de ciberacoso, pues informar de manera oportuna y recibir la ayuda adecuada puede favorecer que el acoso a través de medios tecnológicos se detenga (Ho, Chen, & Ng, 2017). También se recomienda tener en cuenta que los niños y adolescentes se ven más involucrados en situaciones de ciberacoso escolar que las niñas, y que según los adolescentes hombres tienen mayores porcentajes de perpetración del ciberacoso que las niñas (Lee & Shin, 2017a) y a su vez, participan más frecuentemente como victimarios en esta modalidad de acoso (Wong, Chan, & Cheng, 2014).
Los estudios también advierten sobre las formas más comunes de ciberacoso, las cuales corresponden con el envío de frases ofensivas a través del chat instantáneo y mensajes de texto a través del celular (Ockerman et al., 2014). En el estudio de Lee y Shin (2017b), por ejemplo, se halló que las variables de tiempo invertido en servicios de chat y servicios de red sociales (SNS), así como la experiencia de ser “ciberacosado” y la perpetración de acoso en forma presencial fueron factores que incrementaron la probabilidad para los niños de convertirse en autores del hecho.
En cuanto a los roles que se pueden asumir en el ciberacoso los estudios encuentran en las víctimas características como: la frecuencia de uso de internet, tener edades entre 12 y 15 años, así como desajustes emocionales y conductuales (Tsitsika et al., 2015). Para otros estudios, el publicar información indiscreta fue un factor de riesgo para ser víctima de ciberacoso (Peluchette, Karl, Wood, & Williams, 2015). Es bien sabido que las consecuencias de ser víctima de ciberacoso incluyen el impacto tanto a nivel emocional como físico, en el que se suscitan secuelas como: dolores crónicos, dificultades para concentrarse, desorden de sueño, baja en las defensas del organismo, conflictos familiares, etc. (Kopecký & Szotkowski, 2017). También revelan los estudios que el bajo rendimiento académico predispone para ser víctima de ciberacoso pero se requieren nuevas investigaciones que profundicen en la relación de estas dos variables agresión a través de medios tecnológicos y el desempeño académico de los estudiantes (Ortega Reyes & González Bañales, 2016).
Otro rol que pueden asumir las personas involucradas en el fenómeno del ciberacoso es el correspondiente a los observadores. Frente a este rol, las investigaciones indican que existen factores socio cognitivos y contextuales para explicar la ausencia de respuesta de estos observadores frente al acoso que están presenciando. Algunos estudios han realizado simulacros en los cuales los estudiantes se enfrentan a incidentes de ciberacoso y se les solicita imaginar que quienes son víctimas, son sus compañeros. En estas simulaciones los estudiantes aprendieron a confrontar a la víctima y al victimario, y reportar la situación a un adulto (Allison & Bussey, 2016). Otros estudios encuentran que la mayoría de los adolescentes que presencian situaciones de ciberacoso prefieren permanecer pasivos e ignorar estos incidentes, sin embargo coinciden con los estudios de Allison & Bussey (2016) en que se debe enseñar a los estudiantes a confrontar a la víctima y al victimario (DeSmet et al., 2016). Algunos estudios reportan la importancia de trabajar con los observadores de las situaciones de ciberacoso por la posibilidad que tienen éstos de involucrarse posteriormente como víctimas o victimarios (Ferreira, Simaõ, Ferreira, Souza, & Francisco, 2016), por lo cual creemos importante, el hacer uso de estrategias para la resolución de conflictos y la comprensión y el manejo adecuado de herramientas de comunicación asertiva cuando se esté ejerciendo algún tipo de mediación o intervención pedagógica.
Por su parte los victimarios (quienes ejercen el acoso) tienen baja aceptación social y dificultades en su vida social y emocional, lo cual los predispone para realizar agresión a sus pares a través de medios tecnológicos y a su vez ser victimizados (Romera, Cano, García-Fernández, & Ortega-Ruiz, 2016). Varios estudios encuentran que la actitud y la percepción frente al ciberacoso, interactúan como determinantes de las conductas de acoso, y también hallan que los estudiantes masculinos y mayores están más involucrados en situaciones de ciberacoso como victimarios, generalmente por presión de sus amigos (Shim & Shin, 2015). Las investigaciones también reportan relación entre las actitudes positivas frente al ciberacoso y el anonimato en este tipo de acoso, con conductas futuras de agresión a través de medios tecnológicos (Barlett, 2015).
En relación con los determinantes para el afrontamiento ineficaz y la mejor forma de hacerle frente al ciberacoso, los estudios reportan los siguientes determinantes de estas conductas: Edad, victimización previa, expresión emocional, expectativa de resultado, sentimientos de angustia, políticas de la institución, todos estos factores están relacionados con la forma de afrontamiento del ciberacoso (Jacobs, Dehue, Völlink, & Lechner, 2014). Estudios como el de González (2016), hallan como factores predisponentes: asunciones morales y falta de valores, baja empatía, síntomas depresivos y angustia, ausencia de autocontrol, baja autoestima, tensión y frustración, y problemas conductuales tempranos; así como las carencias de apoyo prosocial (aceptación o rechazo del grupo de iguales, falta de apoyo familiar, carencias de apoyo en el centro escolar y exposición a la violencia)
Algunos estudios reportan que es necesario realizar investigaciones en las cuales se cuente con información de corte estadístico para determinar los aspectos que influyen en el ciberacoso (Selkie, Fales, & Moreno, 2016). En ese sentido, el presente estudio proporciona un aporte importante en términos de la relación del acoso escolar tradicional y el acoso a través de medios tecnológicos. Los hallazgos muestran que el acoso tradicional tiende a trasladarse a las redes sociales, en el caso de Perú, la violencia verbal entre estudiantes podría trasladarse a estos medios, por tanto, la comunicación asertiva se debe concebir como eje central en el programa de prevención de este país. Para el caso de Colombia, el énfasis estaría en el trabajo en el aula de clase para evitar la indisciplina, dado que el factor de violencia escolar que puntuó más alto corresponde con la disrupción en el aula. Adicionalmente, se debe establecer un plan de acción enfocado a la seguridad en redes sociales virtuales y a las formas más efectivas y seguras para hacer uso de la comunicación a través de estas redes.
En esta fase inicial, los participantes fueron 1355 niños de Colombia y 999 de Perú que cursan grado quinto de primaria pertenecientes a colegios públicos 65.6% como privados 34.4% de la ciudad de Bogotá, Colombia y 72.5% Públicos y 27.5% privados de Chiclayo, Perú. Los niños corresponden a 48.4% y las niñas a 51.6% para Colombia, y 45.2% de niñas y 54.8 de niños para Perú. La mayoría de los niños tiene edades entre 9 y 11 años (88.7%). Los niños reportan el uso del computador y/u otro dispositivo electrónico entre 1 a 3 horas diarias (79.5%), así como también sostienen tener teléfono celular propio (68.1%) para Colombia y (45.2%) para Perú.
Se aplicó el cuestionario de violencia escolar revisado (CUVE-R) adaptado de Álvarez, Núñez, Álvarez, Dobarro, Rodríguez y González (2011), el cual tiene como propósito conocer la percepción de los estudiantes frente a la ocurrencia de violencia escolar en las instituciones educativas. Los aspectos socio demográficos incluyeron: edad, género, estrato socioeconómico, carácter de la institución (público-privado), entre otros.
El cuestionario está constituido por 31 ítems tipo Likert, con cinco opciones de respuesta. Los encuestados deben contestar en qué medida los actos de violencia son protagonizados por estudiantes o profesores de la institución. Las preguntas del cuestionario están divididas en ocho factores así: Violencia de profesores a estudiantes, violencia física indirecta por parte de los estudiantes, violencia física directa entre estudiantes, violencia verbal entre compañeros, violencia verbal de estudiantes a profesores, exclusión social, disrupción en el aula y violencia a través de las TIC. El cuestionario obtuvo un alfa de Cronbach de 0.924.
El cuestionario fue aplicado en las instituciones educativas en las cuales se contó con el consentimiento escrito del rector de la institución y de los padres de familia. El cuestionario fue aplicado por el equipo de investigación durante la jornada académica de los colegios participantes.
Los datos fueron procesados con el programa SPSS 23. En primer lugar se obtuvieron conteos de frecuencia de todas las preguntas tanto sociodemográficas como de los ítems de la escala Likert, así como porcentajes de respuesta, media y desviación estándar de cada una de las opciones. En segundo lugar se procesó la relación entre violencia a través de las TIC (Ciberacoso) y violencia tradicional, para lo cual se calculó la correlación de Pearson entre el factor 8 (violencia a través de las TIC) y el resto de factores del cuestionario. Adicionalmente se calcularon medias y desviaciones estándar para cada factor, con el fin de determinar los tipos de violencia que son más habituales.
De acuerdo con los resultados de la aplicación del cuestionario CUVE-R, la violencia a través de las TIC tiende a presentarse pocas veces o nunca. Algunos estudiantes reportan presenciar este tipo de violencia muchas veces y siempre (ver Tabla 1). El porcentaje de estudiantes que reporta haber presenciado algunas veces esta clase de violencia se sitúa entre el 3.0% y el 8.2% para Colombia y entre el 0.7% y el 3.2% para Perú siendo más bajo para éste último. El tipo de violencia a través de las TIC que se reporta con mayor frecuencia para Colombia corresponde con haber presenciado que los estudiantes graban a compañeros o profesores para burlarse de ellos. El 8.2% de los estudiantes dice haber presenciado estas conductas algunas veces, así como el 6.6% reporta haberlo presenciado muchas veces y siempre. La clase de violencia escolar reportada con menor frecuencia se relaciona con el hecho de publicar por internet fotos o videos ofensivos de profesores. Para el caso de Perú el tipo de Violencia a través de las TIC que se reporta con mayor frecuencia corresponde con que estudiantes envían mensajes a compañeros o compañeras a través de las redes sociales (Facebook,..) de ofensa, insulto o amenaza. El 3.2% de los estudiantes dice haber presenciado esta conducta algunas veces, y el 1.5% reporta haberlo presenciado muchas veces y siempre. La clase de violencia escolar reportada con menor frecuencia se relaciona con el hecho de que los estudiantes publican en Internet fotos o vídeos ofensivos de compañeros o compañeras.
Tabla I
Porcentaje de respuesta de los enunciados que constituyen el factor
violencia a través de las TIC (N=1355 - Colombia) (N=999 – Perú).
Preguntas del Factor 8 (Violencia a través de las TIC) |
Nunca |
Pocas veces |
Algunas veces |
Muchas veces |
Siempre |
|||||
Colombia |
Perú |
Colombia |
Perú |
Colombia |
Perú |
Colombia |
Perú |
Colombia |
Perú |
|
Hay estudiantes que graban o hacen fotos a profesores con el celular, para burlarse de ellos |
82.8 |
91.2 |
10.6 |
3.8 |
3.2 |
2.7 |
1.7 |
1.1 |
1.6 |
1.2 |
Algunos estudiantes envían mensajes a compañeros o compañeras a través de las redes sociales (Facebook,..) de ofensa, insulto o amenaza |
71.8 |
89.1 |
16.9 |
6.2 |
5.6 |
3.2 |
2.6 |
0.7 |
3.1 |
0.8 |
Algunos estudiantes graban o hacen fotos a compañeros o compañeras con el celular, para burlarse |
62.0 |
94.6 |
23.2 |
3.2 |
8.2 |
1.7 |
3.4 |
0.2 |
3.2 |
0.3 |
Los estudiantes publican en Internet fotos o vídeos ofensivos de profesores o profesoras |
88.2 |
89.1 |
7.2 |
7.5 |
3.0 |
2.2 |
0.4 |
0.6 |
1.2 |
0.6 |
Los estudiantes publican en Internet fotos o vídeos ofensivos de compañeros o compañeras |
78.8 |
94.2 |
12.7 |
3.9 |
4.9 |
0.8 |
1.9 |
0.7 |
1.7 |
0.4 |
Los resultados obtenidos muestran que la violencia que se presenta con mayor frecuencia corresponde con la disrupción en el aula de clase con una media de 2.33, seguida por la violencia verbal entre estudiantes con una media de 2.29 para Colombia y la violencia verbal entre estudiantes con una media de 2.41, seguida de disrupción en el aula con una media de 2.11 para Perú. La violencia a través de las TIC es la que se presenta con menor frecuencia con una media de 1.39 para Colombia y de 1.125 para Perú.
Violencia a través de las TIC – Ciberacoso diferencias por carácter de la institución Público o Privado
Los datos muestran que el carácter de la institución no afecta la presentación de violencia a través de las TIC – Ciberacoso. Las correlaciones de Pearson obtenidas tanto para instituciones públicas como privadas son negativas para la mayoría de preguntas en los dos países como se muestra en la Tabla 3.
Tabla II
Medias y desviaciones típicas de las respuestas de los estudiantes
al CUVE-R por factores (N=1355-Colombia) (N=999-Perú).
Factores analizados |
Colombia |
Perú |
||
M |
DT |
M |
DT |
|
Factor 1. Violencia de profesores a estudiantes |
1.58 |
0.95 |
1.35 |
0.745 |
Factor 2. Violencia física indirecta entre estudiantes |
1.67 |
0.95 |
1.6 |
0.934 |
Factor 3. Violencia física directa entre estudiantes |
2.05 |
1.11 |
1.72 |
0.92 |
Factor 4. Violencia verbal entre estudiantes |
2.29 |
1.12 |
2.41 |
1.134 |
Factor 5. Violencia verbal de estudiantes a profesores |
1.47 |
0.81 |
1.3 |
0.628 |
Factor 6. Exclusión social |
1.76 |
1.09 |
1.76 |
1.267 |
Factor 7. Disrupción en el aula |
2.33 |
1.12 |
2.11 |
1.06 |
Factor 8. Violencia a través de las TIC |
1.39 |
0.82 |
1.125 |
0.530 |
-----
Tabla III
Correlaciones de las preguntas del factor violencia a través de las TIC
por carácter de la institución (N=1355-Colombia) (N=999-Perú).
Correlaciones Factor violencia través de las TIC |
Colombia |
Perú |
||
Correlación |
Error estandarizado |
Correlación |
Error estandarizado |
|
Hay estudiantes graban o hacen fotos a profesores con el celular, para burlarse de ellos |
-0,064 |
0,024
|
0,039 |
0,032 |
Algunos estudiantes envían mensajes a compañeros o compañeras a través de las redes sociales (Facebook...) de ofensa, insulto o amenaza |
-0,035 |
0,026 |
-0,026
|
0,027 |
Algunos estudiantes graban o hacen fotos a compañeros o compañeras con el celular, para burlarse |
-0,038 |
0,026 |
-0.049
|
0.035 |
Los estudiantes publican en Internet fotos o vídeos ofensivos de profesores o profesoras |
-0,066 |
0,023 |
-0,030 |
0.017 |
Los estudiantes publican en Internet fotos o vídeos ofensivos de compañeros o compañeras |
-0,045 |
0,026 |
-0,017 |
0,026 |
Gregorio (2016) considera que el fenómeno del acoso escolar en las Instituciones Educativas, ha existido siempre, desde los años setenta del pasado siglo y se ha acentuado más debido a la aparición de las TIC, las cuales, a través de la difusión en diversos medios de comunicación social, han generado en la ciudadanía un clima de incertidumbre, miedo y preocupación sobre la vulnerabilidad que las Instituciones Educativas podrían estar expuestas, debido al inadecuado uso de las mismas. En ese sentido, el objetivo del presente estudio es analizar de manera comparativa los resultados del cuestionario CUVE-R para identificar niveles de violencia escolar en niños y niñas de Instituciones Educativas públicas y Privadas, tanto de Colombia como de Perú. Las Naciones Unidas (2006), también analizan las diversas maneras de violencia contra los niños y niñas, así como los ambientes abiertos y cerrados en donde se desarrollan a fin de promover la protección de la misma, ya que estos fenómenos negativos pueden causar efectos nocivos en lo emocional (enojo constante, nerviosismo, inadecuado comportamiento, etc.), salud física (dolor de cabeza, vómitos, dolor de espalda, vértigo, etc), habilidades sociales (irrespetuosos con sus compañeros, modos incorrectos de relacionarse), rendimiento académico (notas bajas y baja motivación), afectando el adecuado desarrollo de la infancia.
Los resultados de este estudio revelan que el fenómeno del ciberacoso está iniciando en los dos países participantes, el porcentaje de estudiantes que reporta haber presenciado algunas veces esta clase de violencia se sitúa entre el 3.0% y el 8.2% para Colombia y entre el 0.7% y el 3.2% para Perú siendo más bajo para éste último, estos datos contrastan con investigaciones anteriores en las cuales se reporta una prevalencia para el ciberacoso específicamente victimarios de entre 1% y 41%, cibervíctimas de entre 3% y 72% y victimarios que a su vez son víctimas de entre 2,3% y 17.7% (Selkie, Fales, & Moreno, 2016). El tipo de violencia a través de las TIC que se reporta con mayor frecuencia para Colombia corresponde con haber presenciado que los estudiantes graban a compañeros o profesores para burlarse de ellos. Ante este tipo de conductas las investigaciones recomiendan hacer énfasis en los profesores y estudiantes para que reporten esta clase de comportamiento, dado que puede trasladarse a redes sociales (Allison & Bussey, 2016).
Los resultados obtenidos son acordes con las investigaciones desarrolladas por Castellana, Sánchez-Carbonell, Graner y Beranuy (2006), cuando analizan las altas probabilidades del uso inapropiado de la Red y sus consecuencias entre los adolescentes, así como el impacto psicológico y de la conducta que este puede provocar; señalan también como consecuencias las alteraciones comportamentales, la pérdida de control, el sentimiento de culpa, el aislamiento, los conflictos familiares o el descenso en el rendimiento académico, siendo las anteriores algunas de las consecuencias que se pueden presentar, y respecto a los diferentes datos que se observaron, como la disrupción en el aula se encuentra con una media de 2.33 en Colombia y 2.11 en Perú, seguida por la violencia verbal entre niños y niñas con una media de 2.29 en Colombia y en Perú con una media de 2.42, esto se ve refrendado por Olweus (1993), quien refiere que el acoso escolar es el fenómeno de violencia entre pares caracterizado por la persistencia, intencionalidad y desbalance de poder entre el perpetrador y la víctima, es decir dichas acciones negativas se pueden llevar a cabo mediante contacto físico, verbalmente o de otras formas, tales como, realizar guiños, muecas o gestos insultantes, incluso provocando la exclusión intencionada dentro del grupo. De acuerdo con lo anterior el programa de prevención del ciberacoso que se proponga debe contemplar el trabajo con estudiantes sobre la importancia de ser cuidadoso en el momento de publicar información por internet como fotos o videos, resaltar la importancia de conocer que la información en este medio genera una huella digital, es decir es información que no puede borrarse y que tiene el potencial de difundirse rápidamente.
Para Prensky (2001) el ciberacoso está estrechamente relacionado con las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), es decir el acceso a ellas ha gestado una nueva forma de establecer relaciones entre personas que inciden de manera directa en el desarrollo de los niños y las niñas, por tanto la escuela tiene el gran reto de orientar en el uso adecuado de las TIC para el desarrollo de la imaginación, creatividad, sistemas de comunicación, acceso a información, formas de aprender, desarrollo de la personalidad, sin embargo se considera que el acceso a la internet conlleva muchos riesgos como la vulnerabilidad a la privacidad, así como a la intimidad y violencia que se da sobre todo en niños y niñas, que acceden de manera inmediata a través de los móviles, tabletas, y otros dispositivos. En ese sentido, los padres deben monitorear el acceso a las páginas que ingresan sus hijos, así mismo, bloquear páginas que pudieran tener alto riesgo de peligrosidad para los niños y niñas. Por su parte, la Institución Educativa, debe diseñar talleres prácticos de información dirigido a padres de familia y niños y niñas, para sensibilizar en el uso adecuado de las TIC en la Educación. También en los datos recogidos se observan bajos niveles de violencia a través de las TIC, ello se debe a que en los dos países, existen algunas iniciativas aunque incipientes para prevenir el ciberacoso, a ello también se suma la no cobertura del 100% de las TIC a los niños y niñas, sin embargo dados los riesgos nefastos que ocasiona el mal uso de las redes sociales que generan violencia en diversos ámbitos, entre ellos la escuela. Finalmente, subrayar que el problema de la disrupción y violencia verbal en ambos países subyacen en la violencia entre escolares en menor escala (Olweus, 1993). A estas conductas de acoso tradicional como es la violencia verbal entre estudiante, se les debe prestar especial atención, ya que los estudios previos reportan que la violencia tradicional tiende a trasladarse a la agresión a través de medios tecnológicos – ciberacoso (Hemphill & Heerde, 2014).
Con respecto al carácter de la Institución público o privado este estudio revela que no tiene relación directa con los niveles de violencia a través de las TIC, lo cual nos lleva a reflexionar que tanto en Perú como Colombia, este fenómeno no está muy acentuado debido a diversas variables como la poca cobertura de wifi en las Instituciones Educativas, bajo nivel de uso de las redes sociales para estos fines, entorno cultural, etc; como si lo está en otros países como España, en dónde se da un uso frecuente, (Álvarez et al., 2011).
El análisis de los datos para los dos países evidencia la media más alta para el factor violencia verbal entre estudiantes, estos datos son relevantes porque soportan la importancia de trabajar el fenómeno del ciberacoso desde la prevención, ya que las investigaciones apuntan a trabajar el acoso tradicional, el cual tiende a trasladarse a medios tecnológicos (Hemphill & Heerde, 2014). De acuerdo con lo anterior el programa de prevención que se propone para los dos países participantes en este estudio contempla:
1. Trabajo en comunicación asertiva, esta clase de comunicación prepara a los estudiantes para comunicarse de manera adecuada, tanto de forma presencial como a través de medios tecnológicos, en este sentido los estudios previos consideran que el desarrollo de habilidades de comunicación y capacidades para resolución de conflictos, puede proteger a los estudiantes para no verse involucrado en situaciones de ciberacoso (Hemphill & Heerde, 2014). También recomiendan las investigaciones para los programas de prevención, el trabajo con las emociones, la interacción en redes sociales virtuales y el uso adecuado de la tecnología (Notar et al., 2013).
2. Uso adecuado de redes sociales, en este aspecto se enfatiza en la seguridad que se debe tener para el uso de estas redes, los estudiantes aprenden qué información compartir, con quién compartirla y la importancia de estar atentos a los datos que compartimos, pues en internet se genera una huella digital, por tanto la información no puede ser eliminada. Los estudios previos reportan que aquellas personas que comparten información inadecuada en internet son propensos a ser víctimas de ciberacoso (Notar et al., 2013). Así como aquellos que comparten información personal, fotos y videos (Fernández-Montalvo, Peñalva, & Irazabal, 2015)
3. Integración de recursos tecnológicos que faciliten el trabajo con los niños, en este aspecto se tienen en cuenta recursos digitales como videos, plataformas educativas, actividades de aprendizaje y foros de discusión en línea.
Agudelo, J & Gallego, A. (2017). Repensar el acoso escolar desde el desarrollo humano: una oportunidad para los profesionales de la Educación. Revista Espacios. Vol. 38 (Nº 45)
Allison, K. R., & Bussey, K. (2016). Cyber-bystanding in context: A review of the literature on witnesses’ responses to cyberbullying. Children and Youth Services Review, 65, 183–194. https://doi.org/10.1016/j.childyouth.2016.03.026
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1. Profesor, Centro de Tecnologías para la Academia. Universidad de La Sabana. Doctor en Educación y Sociedad Correo electrónico de contacto cristinahm@unisabana.edu.co
2. Profesor, Departamento de Lenguas y Culturas Extranjeras. Universidad de La Sabana. Doctor en Filología Correo electrónico de contacto Liliana.cuesta@unisabana.edu.co
3. Coordinadora académica, Maestría en Informática Educativa y TIC, Facultad de Humanidades Universidad Santo Toribio de Mogrovejo, Correo electrónico de contacto ffernandez@usat.edu.pe
4. Profesor, Facultad de Humanidades Universidad Santo Toribio de Mogrovejo, Correo electrónico de contacto mdorival@usat.edu.pe