ISSN 0798 1015

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Vol. 39 (Nº 48) Año 2018. Pág. 32

Acciones colectivas y agroecología: lineamientos de la literatura de economía familiar campesina

Collective actions and agroecology: Guidelines of the literature on peasant family economics

Raquel MENDEZ VILLAMIZAR 1; Juan Diego VILLAMIZAR ESCOBAR 2; Jorge Winston BARBOSA-CHACÓN 3

Recibido: 26/06/2018 • Aprobado: 10/08/2018 • Publicado 29/11/2018


Contenido

1. Introducción

2. Metodología

3. Resultados

4. Conclusiones

Referencias bibliográficas


RESUMEN:

En este artículo se hace un dialogo con literatura de casos y de aspectos teóricos que se sitúan como referentes en Hispanoamérica, sobre economía familiar campesina, y en relación a procesos de agricultura y agroecología alrededor de reivindicar derechos de territorios que promueven acciones de paz. Se adelantó una revisión documental con base en un análisis por clústeres temáticos y redes de nodos de códigos in vivo, para lograr inferencias sobre acciones colectivas campesinas.
Palabras clave: Agroecología, Agricultura, Familia campesina.

ABSTRACT:

In this article, a dialogue is made with literature on cases and theoretical aspects that are placed as reference points in Hispanic America on peasant family economy in relation to agricultural and agro-ecological processes in order to claim the rights of territories that promote actions of resistance and creation of social capital. A documentary review was carried out based on a thematic clusters analysis and in vivo code node networks to draw inferences about collective peasant actions
Keywords: Agroecology, Agriculture, Peasant Family

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1. Introducción

El acceso a los alimentos para la población de familias campesinas en el contexto de una crisis alimentaria mundial, los sitúa en un fenómeno de pobreza alimentaria. Para Altieri y Nicholls (2010), este fenómeno se sostiene por la caída de los precios de los cultivos y el alto costo de los insumos agrícolas. El problema de la pobreza alimentaria no sólo radica en el acceso a los alimentos, también plantea una relación con dinámicas de desarrollo local, adopción de tecnologías, capacitación y formas de consumo. Esto pone a reflexionar sobre las dimensiones de la vulnerabilidad de la economía familiar campesina; en ello, el problema se sitúa de carácter sistémico y bajo el accionar de incumplir derechos a la seguridad y soberanía alimentaria. La modernidad y el progreso capitalista dejan promesas incumplidas con respecto a aspectos económicos, financieros y sociales en pro de un bienestar de la comunidad campesina.  El concepto del mundo de la vida rural, del buen vivir y la dinámica del intercambio de bienes comunales, se complejizan en espacios de transiciones de conflicto armado a post conflicto, en el que las redes, el intercambio, y la formación de saberes ancestrales se conciben como formas de capital social y de resistencia.

Las familias campesinas, mediante estrategias de sobrevivencia, enfrentan la vulnerabilidad de contextos de hostilidad en lo rural. Es una apuesta a generar justicia económica y social, bajo el enfrentamiento con la racionalidad y sentido de la economía de capitales de obtener los máximos réditos económicos. La práctica de la agricultura familiar campesina plantea sentidos orientados al enfrentamiento con la desigualdad cotidiana con respecto a la dependencia a dinámicas insostenibles, injustas y antidemocráticas de metabolismos urbanos agro-industriales (López, Calvet-Mir, Espluga, Di Masso, Tendero y Pomar, 2015). Lo anterior se asocia con la presencia de condiciones de pobreza en la familia campesina.

La poca opción de maniobra en el mercado que tiene el campesino sobre sus productos, reduce la posibilidad de ganar lo necesario para satisfacer las condiciones de vida de la familia, lo que les genera el accionar de buscar opciones de ingreso. Para Plata y Cáceres (2015) la agroecología es una alternativa para las familias campesinas en la obtención de un ingreso rentable, sostenible y respetuoso con el medio ambiente. El tránsito de la agricultura familiar a la agroecología se da desde el principio fundamental de la recuperación del suelo contaminado por agroquímicos (Armesto y Hernández, 2006; Ortega, 2012). La economía familiar campesina al poner alimentos saludables en el mercado, busca generar valor en sus productos (calidad nutricional) en el que puedan tener relaciones comerciales directas con los consumidores y así fortalecer sus acciones de sobrevivencia, y se cuide la calidad de su territorialidad predial en un entorno ecológico (Girad, 2015; Aparecido, 2015). Esta pretensión de reducir situaciones de pobreza de la familia campesina se complementa con la apuesta a materializar un modelo agroalimenticio más sostenible.

En correspondencia, en este trabajo se muestra un análisis de la producción en Hispanoamérica sobre economía familiar campesina en relación a procesos de agricultura y agroecología alrededor de reivindicar derechos de territorios que promueven acciones de resistencia y de paz. El propósito fue el identificar clústeres temáticos sobre estudios de casos y de conceptualización alrededor de la agricultura familiar y la agroecología en dinámicas de redes, capital social y reivindicación de derechos. En particular, se analizan textos para propiciar inferencias con relación a asociaciones y correspondencias en núcleos temáticos de la producción científica asociada al objeto de estudio. De ellos se muestra un análisis de contenido de los últimos veinte años, para generar redes semánticas que contienen relaciones entre conceptos, autores y casos que presentan lineamientos conceptuales basados en códigos “in vivo”, como una base para llegar a una comprensión de la temática.

El estudio estuvo orientado a inferir el andamiaje categorial que sustenta el fenómeno social de la economía familiar campesina en relación con las actividades de la agricultura y  la agroecología. Consecutivamente, se presentan redes conceptuales en las que se muestra hallazgos desde un dialogo entre autores en relación a cercanías y distancias con respecto a los temas que abordaron. Para todo lo anterior, se intentó responder la siguiente pregunta de investigación: ¿Cuáles son las temáticas asociadas a la economía familiar campesina en relación con su conceptualización e identificación de los rasgos que la soportan?

2. Metodología

El trabajo está inscrito como un estudio de análisis de contenido cualitativo para el procesamiento de literatura, que establece una relación con el accionar del análisis categorial por medio de codificación “in vivo”. Es un diseño de análisis inductivo en el que la segmentación de textos se soporta en el enfoque de teoría fundamentada (Glaser, Strauss y Struzel, 1968). A partir de la abstracción de palabras, se despliegan conceptos que soportan descripciones y permite una explicación de elementos constitutivos de la economía familiar campesina. El accionar metodológico fue el de alejarse de los datos empíricos por medio de abstracciones conceptuales basadas en la co-ocurrencia de palabras agrupadas por cercanía o distancia, y con relación a un concepto o categoría de un nivel semántico superior que establece una subordinación de significados.

El análisis de contenido cualitativo se realiza desde la identificación de codificación abierta de tipo “in vivo” (King, 2008) en el que las palabras se asocian con el texto segmentado, dado su pertinencia de representar lo que se describe, sin necesidad de renombrar palabras. Esta codificación permite hacer abstracciones conceptuales sobre el objeto de estudio en el que emerjan inferencias y asunciones.

El propósito del estudio es la obtención de un sistema de explicación sobre la economía familiar campesina, desde premisas que presenten hallazgos empíricos y lineamientos teóricos conectados con la contextualización propia de los casos abordados. El ejercicio de análisis está orientado a poder encontrar sentidos y significados comunes a la temática abordada, en el que se relacionen códigos “in vivo” con contextualizaciones e interpretaciones.

En esta lógica, el trabajo se ciñe a una forma de organización y procesamiento de datos cualitativos de métodos mixtos, orientados a generar inferencias mediante la visualización de codificación “in vivo” que emerge de un proceso de cuantificación de palabras del corpus.  Se adelantaron fases de captura y procesamiento de información así: i) Se realizó la búsqueda inicial desde la plataforma bibliométrica “Publish or perish” (Harzing, 2007) relacionada con Google académico. Se obtuvieron 596 registros con la ecuación de búsqueda: “economía campesina” OR (agroecología AROUND (2) agricultura) AND conflicto; ii) Se generó una depuración de artículos por criterios de inclusión como delimitación temporal (1996- 2017) y en casos sobre dinámicas de producción familiar campesina. Los principales criterios de inclusión fueron: Trabajos relacionados con agricultura familiar en Hispanoamérica, publicaciones de casos sobre resistencia ciudadana en el sector rural en situaciones de avasallamiento de la agroindustria o de presencia de actores armados que generan hostilidad en el territorio para la producción rural, acciones de colectivos de campesinos que transitan de la agricultura tradicional a la agroecología; iii) Se identificaron y seleccionaron cincuenta artículos para el análisis organizado en dos bloques: Un bloque de aportes conceptuales constituido por 30 artículos del archivo acopiado, y un bloque constituido por 20 artículos de estudios de caso. El contenido de los artículos se sistematizó en tablas de archivo formato xls, en el que se acopio información desde los tópicos como: Referencias principales, supuestos, método, categorías, preguntas e inferencias y iv) Se exportaron los textos completos al software de análisis de datos cualitativos con módulo de minería de texto T-Lab 9.1 para realizar un análisis por palabras múltiples y su respectiva visualización en redes temáticas de co-ocurrencias, y se generó una tabla de contingencia entre códigos “in vivo” y nombre de autores para visualizar redes de nodos en el programa sociometrico Ucinet 6.3.

3. Resultados

De la muestra determinada se pudo observar que, los estudios de economía familiar campesina se concentran en países como Perú (10 artículos), Colombia (10 artículos), Guatemala (5 artículos) y México (5 artículos), es decir, a estas latitudes responde el mayor número de las contribuciones seleccionadas en este estudio. El procesamiento de los artículos, bajo un análisis de contenido, generó inferencias para el entendimiento del contexto de las actividades de agricultura familiar y agroecología. En este ejercicio, emergieron marcos de unidades de significación que permitieron dialogar con las temáticas que abordan los casos estudiados mediante el mapeo de lexemas soportado en un análisis estadístico multivariado. En correspondencia, en la figura 1 se presenta un clúster temático que enuncia ejes para la discusión de los artículos del bloque Aportes conceptuales y el Bloque de Casos.

Figura 1
Concurrencia en clúster por palabras de artículos publicados

Fuente: Construcción propia

El eje cartesiano de la figura 1, muestra un análisis de correspondencias de palabra por palabra del corpus en el que se conforman núcleos temáticos. Así, la finalidad de la figura es mostrar asociaciones que encierran un significado condensado en un tópico o eje temático. Las relaciones mostradas presentan una extracción de unidades léxicas agrupadas por análisis factorial en la lógica de centralidad o densidad establecido por cercanía o distancia entre palabras, de la cual se pueden inferir tres tendencias temáticas:  i) Eje 1: Organización familiar campesina en contexto hostil (lexemas de color rojo y azul); ii) Eje 2: Agricultura familiar en un contexto de globalidad (lexemas de color naranja) y iii) Eje 3: La Agroecología como movimiento social que promueve el desarrollo rural. Este conglomerado de palabras permite inferencias sobre tendencias y vacancias temáticas.

En continuidad al hecho de disponer de imágenes de procesamiento de información, se destaca la necesidad de tener concentraciones y dispersiones de asuntos temáticos abordados por los autores que conforman el corpus documental. Para lo anterior, se hizo uso del software para redes sociometricas en el que se tomó como base la información del bloque conceptual para obtener la figura 1. Se despliegan contingencias de la información cruzada entre los autores y las bi-gramas (cadena de al menos dos palabras) contenidas en los textos procesados, de las que emergen graficas de co-ocurrencia. El cruce de información soporta concentraciones que se infieren alrededor de la unidad de sentido principal Agroecología, que es enunciada por autores que trabajan tópicos en relación a la resistencia campesina, las unidades productivas familiares de huertas caseras, el desarrollo sostenible, la formación agroecológica campesina, la seguridad alimentaria, la soberanía local, el comercio agroecológico y el conocimiento local. Este tipo de conexiones densas enuncian la transición de la agricultura familiar a la agroecología soportada en condiciones estructurales de cambiar las formas de organización productiva en beneficio de los principios agroecológicos y de la sostenibilidad financiera de la familia campesina. Ver figura 2.                       

Figura 2
Autores del Bloque de aportes conceptuales relacionados con ejes temáticos

Fuente: Construcción propia

Para el bloque B de artículos sobre casos de estudio, se configuró la red de co-ocurrencia entre casos y unidades de significación, ver figura 3. En esta red son prominentes los casos de Colombia y Perú, en el que presentan unidades de significación diferentes a la de la figura 2. La conservación del medio ambiente es el nodo padre articulador de las relaciones con mayor densidad en las que se encuentran nodos como el de reproducción social-subsistencia, pobreza-atraso rural y tecnificación agrícola. Los nodos con menor representación en las narrativas de los casos son: Soberanía alimentaria, huertas familiares, y desarrollo sostenible. La paradoja es que, los nodos con mayor densidad en el bloque de artículos de tipo de aportes conceptuales son los de menor densidad en el bloque de artículos de estudios de casos. Esto supone la inferencia de que las comunidades campesinas tienen formas culturales y necesidades propias que serían pertinentes poderlas evidenciar en la planeación de un desarrollo integral rural por parte de instituciones externas. 

Figura 3
Autores del Bloque de estudios de casos relacionados con ejes temáticos

Fuente: Construcción propia

3.1. Inferencias asociadas a la organización familiar campesina en contexto hostil

Múltiples comunidades locales y organizaciones sociales de familias campesinas se reconocen como víctimas de desplazamiento interno forzoso. Al respecto, y  para Rueda y Quiñones (2014); Díaz, Ortiz, Rodríguez y Pena (2011); Berdugo y Pinto (2006); Álvarez (2010),  la presencia de actores armados ilegales en poblaciones rurales genera sentimiento de temor, desconfianza, situaciones de parálisis de la actividad comercial, despojo de bienes, abusos, muertes,  desapariciones (Berdugo y Pinto, 2006) que agudizan la pobreza social en el campo (CIDEMOS,2010); la capacidad de trabajo se disminuye y la inactividad económica se materializa en relación con la reducción de operaciones mercantiles en el que se pierden recursos locales de producción. El miedo a la vulnerabilidad rural se intensifica en la incertidumbre por sobrevivir y la protección de la vida se vuelve la prioridad. En este contexto, Beltrán y Cuervo (2016) enuncian que se generan redes de solidaridad para actuar en contra de los actores violentos, se promueve la autoprotección no armada y se demandan rutas de protección a entidades del Estado o con instituciones de confesiones religiosas para poder mitigar la capacidad de coacción de los actores violentos.

Las condiciones de vida debilitadas de familias campesinas, están relacionadas con factores estructurales de la vulnerabilidad desde el no acceso a los recursos o ingresos familiares no suficientes. Álvarez (2009) enuncia que, el contexto de vulnerabilidad se exacerba por la usurpación de tierras de campesinos por el poder totalitario de la amenaza militar y que la no titularidad de las tierras (Villanueva, 2014), en los casos en que la posesión ha sido por tradición de ocupación campesina, ha facilitado su despojo. La complejidad del conflicto se entreteje en la disputa por la tierra en el que se genera un estado de inseguridad y sentimiento de indefensión; interrumpir el sentimiento de sometimiento a la violencia es una dinámica de resistencia de los colectivos de familias campesinas (Zuluaga y Arango, 2013) para disminuir el régimen de autoridad de los actores armados. Ante esto, la consideración de Plata y Cáceres (2015) es que, mediante pautas de convivencia social y estrategias de participación, los propios actores campesinos, desde sus necesidades y condiciones para vivir, definen la gestión y gobernabilidad de sus territorios.

Las comunidades campesinas se movilizan en torno a la resistencia en un marco de procesos de reparación, en el que despliegan estrategias de agricultura familiar campesina y de agroecología para restablecer derechos en el aseguramiento de su reproducción social. Aquí, la resistencia se asume como una estrategia de capital social, la que para Zuluaga y Arango (2013), se plantea bajo un componente ideológico de sobrevivir y persistir dentro del contexto hostil de violencia sistemática. Esta resistencia es una construcción cultural y proceso organizativo en el que la mujer campesina (Zuluaga y Arango, 2013) se ve supeditada a generar aportes para el enfrentamiento de la violencia en doble vía: Cuidar a la familia desde actividades domésticas para proveer alimentos y cuidar al medio ambiente bajo la promoción de prácticas agroecológicas.

Esta resistencia, desde el orden social de género, no se vincula a las reivindicaciones tradicionales por lucha de tierra o reforma agraria del movimiento campesino. Las organizaciones o movimientos sociales de mujeres no son consideraras como amenaza para los actores del conflicto armado. Zuluaga y Arango (2013) plantean que la mujer se puede mimetizar en el contexto de violencia y así cuestionar la desigualdad de género, promover el despliegue de lo ecológico y ejecutar estrategias de comunicación comunitaria (Bonilla, Amador y Hidalgo, 2012) que promueven una economía basada en la solidaridad entre familias campesinas para el intercambio de alimentos.

El adaptarse a las condiciones estructurales de la vida productiva del lugar, dado el contexto de incertidumbre en relación a la violencia, conduce a que la familia campesina se apoye en la vida en comunidad. Esta dinámica se presenta como una cultura en movimiento en el que la violencia se presenta como un condicionante estructural que margina a la familia campesina laboralmente pero que, a su vez, la convoca para resistir, de manera colectiva, al espacio de conflicto y coacción militar. Aquí lo colectivo es entendido como el aspecto colaborativo entre familias campesinas que posibilita un ámbito de cooperación que favorece la reproducción social de la vida. La extracción de bienes necesarios de la naturaleza, por parte de la agricultura familiar, estructura la vida del campesino e integra los procesos de producción agrícola y acumulación de conocimientos en forma de capacidades para impulsar proyectos comunes en el que se logre mantener la agricultura familiar desde una territorialidad predial.

3.2. Inferencias asociadas a la Agricultura familiar en contexto de globalidad

La producción de alimentos se ve afectada por las formas de producción y de mercadeo, dado que el control de la cadena de producción y comercialización no la administra la familia campesina. En esta situación, López et al. (2015) enuncia las denominadas dinámicas territoriales de transición ecológica, en el que la familia campesina se adentra en una pugna por recuperar la soberanía local. El llamado a un planteamiento socio-ecológico que promueve la desmercantilización de la economía campesina, propone la construcción de redes alimentarias alternativas basada en el conocimiento ecológico tradicional.

Frente al problema de pobreza alimentaria se despliegan lineamientos orientados a: i) Regulación de la producción desde la adopción de tecnologías y diseños genéticos que se posicionen como fuentes de renta que aumenten la producción de los alimentos por medio de un control del suelo y de las semillas, en el que se genere “una ventaja competitiva para que se sostenga en el tiempo y se denomine como renta de innovación” (Sztulwark,2012, p 12) y ii) Formas de proveer alimentos y de generar cultivos a través de prácticas familiares campesinas. El establecimiento de una agricultura sustentable, como práctica socioeconómica y cultural que permita calidad de vida bajo la lógica de mercados solidarios, se presenta como un lineamiento discursivo de metodologías participativas del campesinado familiar.  Para Guzmán (2015) el hecho de que la comunidad campesina no se queda en el enfrentamiento constante a la agricultura industrializada y a su sistema agroalimentario, sino que mediante experiencias genuinas de transformación sociopolítica y productiva agroecológica de la comunidad se establece una resistencia simbólica.

El debate actual que se entreteje, bajo una perspectiva de los estudios sobre el campesinado, está dado en la capacidad de agencia para proveer alimentos para la familia en el contexto de pobreza alimentaria. La búsqueda de desarrollo endógeno sustentable como lo enuncia Alvarado (2002) es la propuesta de agricultura familiar campesina que se conecta con la seguridad alimentaria y con la soberanía alimentaria en un despliegue de la revalorización de la vida de la comunidad rural.

El desafío de una política rural es la satisfacción de las necesidades alimenticias y nutricionales de las familias campesinas, en el que se consolide un programa agrario y alimentario asociado a la materialización de una soberanía alimentaria. Lo anterior lo afirma Rivera (2008) al enunciar el reto de desplegar una capacidad instalada en el sector rural en relación a frentes de acción así: i) El impulso de políticas sectoriales que fomenten la actividad productiva de la agroecología; ii) El fomento de la reconversión y diversificación de los cultivos de las unidades familiares campesinas bajo instrumentos de apoyo como dotación de tecnologías, financiamiento de proyectos productivos, fortalecimiento de la cultura empresarial y organizacional de acuerdo a lógicas y necesidades campesinas; iii) La capacitación y difusión de prácticas de conservación de suelos y iv) El aseguramiento del bienestar de la mano de obra campesina. El debate que surge es sobre la existencia de la incompatibilidad visible entre el desarrollo sostenible y el modo de producción capitalista.

La apuesta de proveer alimentos para la familia campesina, desde una agricultura con enfoque ecológico basado en una producción sustentable, tiene como base ideológica el contrarrestar la dinámica neoliberal del mercado transnacional de grandes corporaciones del agronegocio. Lo anterior pone en juego la defensa del derecho de una producción alimentaria para las comunidades campesinas en relación al fenómeno de pobreza alimentaria en el campo; aspecto ante el cual Altieri y Nicholls (2010) enuncian que se produce una amenaza a la seguridad alimentaria, y que es responsabilidad directa del modelo agroindustrial, que ya no funciona para suplir los alimentos necesarios para las poblaciones.

La economía campesina está condenada a la inestabilidad dada la desventajada competencia con la agricultura empresarial de grandes complejos agroindustriales. La familia campesina tiene problemas con respecto a la migración de integrantes jóvenes a la ciudad. El despoblamiento del campo y la perdida de saberes tradicionales con respecto al uso de recursos naturales (Segovia y Ortega, 2017) empeora con el problema de inseguridad alimentaria rural. El accionar alternativo de la familia campesina, orientada a buscar su bienestar y la de su comunidad en una relación afectiva al suelo proveedor de alimentos, se aleja de la lógica de la ganancia extraordinaria al posicionar un producto en el mercado.

El accionar alternativo es la agroecología, desde sus principios, cuestiona la naturaleza del monocultivo y su dependencia de insumos agroquímicos que son amenaza a la consolidación de la soberanía alimentaria rural. El monocultivo industrial está asociado a la producción de agrocombustibles que permite la especulación de precios en los alimentos en mercados locales hasta llegar a situaciones de pobreza alimentaria. La pobreza alimentaria se cimienta en la exclusión del campesinado y de la agricultura tradicional como sector productivo competitivo. A esa situación, la familia campesina se ve obligada a generar acciones productivas que les permita superar el estado de sobrevivencia. Aquí, una opción es la implementación de sistemas agroecológicos que les permita obtener una base para el autoconsumo familiar y el excedente para la comercialización; de esta manera se pueda reducir el hambre en las comunidades (Altieri y Nicholls, 2010) y se comercialice productos con mayor valor nutricional (Dürr, 2011), en el que la familia campesina pueda recibir mejores ingresos que los que reciben en el trabajo en el monocultivo a gran escala.

Además de las dificultades de acceso a los alimentos por el alza de sus precios, Segovia (2012) sostiene que, la agroexportación de monocultivos transgénico lleva a la destrucción de comunidades rurales enteras y a la imposibilidad del arraigo campesino. Esto se soporta en el hecho que al aniquilar ecosistemas de bosques y humedales, se comprometen los recursos y posibilidades de subsistencia de las familias campesinas. Para Armesto y Hernández (2006), una producción alternativa agroecológica de familias campesinas se encuentra atrincherado entre un presente de expansión de monocultivos y un futuro subyugado por los conglomerados agroquímicos (Valante et al., 2016) que priorizan lo financiero sobre lo alimentario. La competencia entre la familia campesina con las corporaciones del agronegocio es desigual, y acentúa las diferencias en acceso a la propiedad de la tierra y de la renta, en algunos casos presionan a que los campesinos se dediquen exclusivamente al cultivo de granos básicos.

3.3. Inferencias asociadas a la agroecología como movimiento social promotor del desarrollo rural

La economía de las unidades familiares campesinas se agrava dado la inexistencia de políticas incluyentes para el campesinado. Diversificar los cultivos es una estrategia de sobrevivencia para poder satisfacer las necesidades básicas, dado que alimentar la familia es un desafío en un contexto de bolsones de pobreza rural (Salcedo y Guzmán, 2014). Para Romero (2013), este tipo de pobreza se soporta en problemas de desnutrición, dado una disminución del abastecimiento alimentario interno por la expansión de cultivos de exportación.  Además de la incapacidad de la familia campesina de abastecerse de alimentos básicos, se da una pérdida de referentes identitarios culturales que no permiten reproducir las condiciones biológicas de sus miembros y las condiciones materiales de la unidad de producción. A esta posición Rodríguez, Torres, Gómez, Bayres y Velásquez (2013), miran con cautela el tema de la pobreza alimentaria y lo asocian con una tipología de pobres basada en la capacidad de adquisición: Pobre extremo, pobre no extremo y ausencia de pobreza. Para los enunciados autores, la agricultura familiar se despliega en el margen entre la pauperización de pequeños agricultores a la pobreza no extrema. La estrategia de subsistencia, para el segundo tipo de pobreza, se da por los que tengan la posibilidad del autoconsumo o se adapten a los mercados de trabajo, de productos, de dinero y de insumos.

La actividad agrícola se ve supeditada a la titularidad de la tierra, para poder exigir ayudas económicas estatales, en el que se pone en riesgo la producción alimentaria para la familia y les toca flexibilizarse e insertarse en actividades económicas en el campo como jornales del trabajo agrícola y agropecuario discontinuo y por temporadas. Esta necesidad que los integrantes de la familia campesina se inserten en el mercado laboral como mano de obra, es entendida por Romero (2013) desde el facto de que los hogares rurales tienen un acceso limitado o insuficiente a la tierra; esto ocasiona que el campesino tome el rol de proletario rural para poder obtener ingresos que garanticen la obtención de los bienes de consumo de la familia, que le hagan frente a situaciones de pobreza alimentaria. Esta situación va anidada de otras dimensiones: Dificultades en servicios de salud, infraestructura, ausencia en el acceso a servicios básicos, deserción escolar, segmentos de campos no modernizados y productos rurales no competitivos. Lo anterior, para Caballeros (2013), se trata de una pobreza sistémica basada en la escasez de recursos planteada por un modelo de desarrollo de acumulación capitalista que no contempla el desarrollo rural. En la ruralidad actual en países periféricos económicamente, el acceso a los derechos constitucionales de desarrollo personal es escaso. El avance en acciones para mejorar el nivel de cumplimiento de índices de desarrollo humano, en esas comunidades campesinas, es una apuesta a contrarrestar la vulnerabilidad rural y sus formas de exclusión; COEECI (2014) enuncia que las familias agricultoras son las que más sufren la desigualdad y exclusión económica, social, geográfica, educativa y política, condiciones que limitan el desarrollo pleno y la búsqueda de bienestar.

El desarrollo de capacidades de los miembros de la familia campesina, en pro de la participación social, se piensa para un activismo político por la difusión derechos humanos. López et al (2015) plantea que la agroecología articula las facetas del manejo agrario con la apuesta de un movimiento social para avanzar hacia la gobernanza alimentaria y la sostenibilidad de los sistemas agroalimentarios. Es desde la participación y el empoderamiento de la población local en el que se construye una identidad comunitaria y una política social en defensa de los derechos sociales básicos que no han sido proporcionados por el Estado. Bajo la apuesta de participación ciudadana, León y Rodríguez (2014) sostienen que se genera una acción social colectiva, en forma de capital social bajo una relación en red de cooperación de familias campesinas mediante un activismo equilibrado entre lo social y lo ecológico, en el que el ecosistema es reconocido como eje de trasformación social. Este accionar de construcción del capital social, desde la postura de Alvarado (2002), tiene un valor agregado sustentado en la crítica a la figura del mercado, para permitir que la familia campesina tenga capacidad de negociación en la que posicionen productos de calidad ecológica en el mercado con los menores costos de transacción; esta acción se toma como una reivindicación del derecho a la soberanía alimentaria.

Guzmán (2015) expresa que, en la territorialidad local de la agroecología las familias campesinas, construyen acuerdos para transitar del cultivo agrario tradicional a la producción agroecológica. Ese cambio se sustenta en objetivos de comunidad en el que se tienen presente las particularidades de la territorialidad predial; siendo así, lo presentan como el camino para obtener el bienestar de la comunidad sin descuidar el de cada familia. Este accionar sitúa a las familias campesinas en la construcción de una identidad agentiva para promover la configuración del desarrollo local rural. Para Guzmán (2015), la construcción de una sociedad rural equitativa es una apuesta a revertir las dinámicas insostenibles e injustas de los metabolismos urbanos agro-industriales; la propuesta es la construcción de un sistema agroalimentario sostenible desde la reproducción social de las comunidades locales y la conservación de los ecosistemas.

En las relaciones espurias con la naturaleza de las dinámicas agroindustriales de empresarios y gobernantes se genera un descuido ecológico de la tierra. Teubal (2008) plantea que el mercado de los agronegocios se expande y genera externalidades negativas materializadas en la destrucción de recursos naturales. Es desde la producción agroecológica que las familias campesinas le hacen frente al problema ambiental (Padilla y Guzmán, 2009) en el que se proponen a minimizar la contaminación, promover un uso responsable de recursos acuáticos, proteger la vida de plantas y animales silvestres para generar un equilibrio armónico entre la agricultura familiar y la tendencia consumista de la sociedad.

El saber sobre las acciones de conservación de recursos naturales y agrícolas es un principio de la agroecología desde la movilización de saberes tradicionales para el cuidado del suelo. Esta consideración se asocia con lo que enuncia Ortega (2012), al poner al cuidado del medio ambiente y la recuperación de la calidad de la tierra (suelos fértiles-reducción de la acidez del suelo) como el requerimiento para una transición de la agricultura convencional a la agroecológica. La pobreza alimentaria pone de manifiesto dificultades ambientales que han traído como resultados suelos pobres, plagas y mala calidad de las semillas. Para Alvarado (2002), esta situación genera la pérdida de capacidad de negociación en el mercado que pueda tener la agricultura familiar. La conservación de suelos, para Rivera (2008), es una práctica sostenible de la agricultura familiar bajo la lógica de generación de sistemas alimentarios de bajo impacto ambiental que, en la posición de Segovia (2012) es una alternativa para acabar con la explotación abusiva de minerales del suelo que ocasionan su infertilidad.

4. Conclusiones

En la revisión de literatura se facilita la comprensión de dinámicas de la economía familiar campesina asociado a elementos conceptuales que se presenta como base para una discusión sobre los aspectos de la transición de la agricultura tradicional a la agroecología. El dialogo de autores, sobre constructos conceptuales y sobre estudios de caso, tiene una afinidad basada en encontrar rutas para la promoción del desarrollo rural. Las familias campesinas se insertan en la producción y oferta de productos ecológicos desde impactos integrales: bienestar económico para las unidades familiares, circulación de productos orgánicos con altos valores nutricionales y la externalidad positiva socioambiental.

La agroecología se presenta como una forma de superar el estado económico de subsistencia dado que organiza a la agricultura familiar para que desde su territorialidad predial en su accionar de reproducción social se trabaje para una territorialidad local cargada de bienestar. En las inferencias que arrojan el dialogo entre autores de los textos seleccionados, la agroecología es la manifestación de la soberanía alimentaria como política agraria que da herramientas para poder generar la reproducción social de las comunidades locales y se inserta como una estrategia solida soportada en movimientos sociales campesinos, organizaciones de mujeres campesinas, organizaciones del tercer sector para hacerle frente a la desigualdad social campo-ciudad y desaparecer los bolsones de pobreza alimentaria soportadas en la inseguridad alimentaria de las familias campesinas.

Las familias campesinas que han sufrido el flagelo de la violencia sistemática o han estado en situación de pobreza alimentaria, intentan conseguir su reproducción social y lograr bienestar integral a través de la apuesta colectiva de la agroecología. Ese accionar es una forma de resistencia no armada y de paz territorial que, en los casos estudiados, han generado capital social en formas de redes para consolidar el sistema agroecológico que se sostenga en una economía que promueva relaciones justas y de solidaridad con la familia campesina y, además, se retribuye en mitigar la contaminación del medio ambiente. La economía familiar campesina comprometida con la conservación de los ecosistemas diversifica el cultivo entre productos agroecológicos y productos de agricultura convencional en el que se va expandiendo la agricultura orgánica y se ofertan alimentos limpios de insumos agroquímicos. Esta situación posibilita la circulación de alimentos saludables por su alto valor en una dieta nutricional.

Otra inferencia fue el de la territorialidad predial soportada en el autosustento y el autoconsumo para promover seguridad alimenticia desde la actividad domestica de cultivar y de compartir. Se promueve el trueque para hacerle frente a la necesidad de llegar a intercambios monetarios bajo las condiciones inequitativas del mercado y al contexto de violencia; se trata de una dinámica económica para proteger la vida y su reproducción social en hegemonías territoriales controladas por el poder de las armas y la pobreza alimentaria.

La forma de producción de la agricultura familiar posibilita una representación del sentido de ser campesino. La búsqueda del bienestar de las unidades familiares y la conformación de ciudadanía campesina en sus comunidades es una fotografía que refleja la modalidad del hacer y querer dentro de prácticas culturales del campo. La producción campesina se dinamiza desde la unidad familiar y se ancla a la organización social de la localidad para promover la reivindicación de derechos sociales y agrarios en el que asegure la autonomía de las formas de uso de sus recursos para garantizar un bienestar social desde el respeto y continuidad a prácticas de cultivo ancestrales y de conocimientos locales que se comunican con conocimientos actuales y de tecnificación del campo bajo la promoción de un sistema agroecológico .    

Para la apertura a próximos trabajos, se proyecta superar la debilidad del estudio asociada a no tener datos estadísticos que den soporte a las inferencias enunciadas que se pueden encontrar en una exploración de artículos de investigación cuantitativa, en el que se procesen por medio de meta-análisis. Esta dinámica permitiría darle una perspectiva con mayor alcance de interpretación en el que se puedan hacer generalización de las asunciones mostradas. El ideal es que esta apuesta investigativa, a futuro, proporcione lineamientos para programas de intervención en comunidades que promueven la agroecología como forma de resistencia y de creación de capital social.

Referencias bibliográficas

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Esta publicación hace parte de los productos de nuevo conocimiento del proyecto de investigación de la convocatoria 740 de Colciencias-Colombia titulado: “Construcción de paz territorial desde tres experiencias campesinas en agricultura familiar y agroecología como modelos comunitarios para el posconflicto”.

1. Universidad Industrial de Santander (UIS), Colombia. Docente titular, Trabajadora Social UIS, Magister en Cooperación Internacional Desarrollo y Acción Universidad de Andalucía. Doctora en Ciencias Sociales de la Universidad de Ámsterdam. Directora del grupo de investigación GPAD. Email: rmendezv@uis.edu.co

2. Universidad Industrial de Santander (UIS), Colombia. Tutor docente del Instituto de Proyección Regional y Educación a Distancia (IPRED). Historiador UIS, Magister en Gestión de la Ciencia, la tecnología y la innovación-Universidad Nacional General Sarmiento. Estudiante del Doctorado en Comunicación de la Universidad del Norte. Miembro del grupo de investigación GENTE. Email: Juandzum01@gmail.com

3. Universidad Industrial de Santander (UIS), Colombia. Profesor titular. Ingeniero Electromecánico-Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, Especialista en Docencia Universitaria-UIS y Magister en Informática-UIS. Director del grupo de investigación GENTE. Email: jowins@uis.edu.co


Revista ESPACIOS. ISSN 0798 1015
Vol. 39 (Nº 48) Año 2018

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