Vol. 39 (Nº 10) Año 2018. Pág. 37
Nazaret MARTÍNEZ HEREDIA 1; Antonio-Manuel RODRÍGUEZ-GARCÍA 2
Recibido: 08/11/2017 • Aprobado: 28/11/2017
RESUMEN: Este trabajo tiene como objetivo analizar la autopercepción de la competencia digital de personas mayores del Aula Permanente de Formación Abierta de la Universidad de Granada (España). Se realiza un estudio descriptivo utilizando el cuestionario como herramienta para obtener información. A pesar de que el uso de dispositivos por parte de personas mayores ha crecido en los últimos años, esta población necesita desarrollar una serie de habilidades adicionales que le permitan relacionarse con la tecnología de manera responsable y adecuada. |
ABSTRACT: This work has had as aim analyzes the self-perception of the digital competence of elderly people in the Open Training Classroom at University of Granada (Spain). A descriptive study using the questionnaire was done. Even though, that the use of devices on the part of elderly people has grown in recent years, this population needs to develop a series of additional skills that allow them to be related to the technology of a responsible and suitable way. |
La necesidad de comunicación es una parte inherente y fundamental para cualquier ser humano. Es lo que nos caracteriza como seres sociales, lo que nos abre al mundo que nos rodea y lo que nos hace interactuar con distintas personas. Desde la revolución tecnológica, las posibilidades de apertura al mundo contemporáneo se han caracterizado por un desarrollo progresivo que potencia y amplía las posibilidades de comunicación y apertura a la sociedad, enriqueciendo tanto las vías como los medios para hacerlo, de forma que no solamente se ponen a disposición de las personas una serie de medios para que éstas puedan interactuar entre sí, sino que, a su vez, la sociedad demanda que los ciudadanos actuales sepan llevar a cabo de manera eficaz dichas tareas, promovidas fundamentalmente tras el impacto de la tecnología en todas las áreas y pilares fundamentales de la sociedad.
A lo largo de la historia hemos ido observando el progreso de la sociedad y de las formas de interactuar con la tecnología de los sujetos. Sin embargo, ha sido muy recientemente, fundamentalmente desde la llegada de Internet, cuando esta penetración de la tecnología, de lo digital, de lo online, ha llegado para demandar ciudadanos altamente competentes en lo que a la utilización de las TIC se refiere, pues su introducción en todas las esferas demanda que los sujetos se encuentren preparados para hacer uso de las mismas (García, Fernández y Duarte, 2017). Ahora bien, la literatura señala y demanda que se necesitan ciudadanos propiamente competentes en diversas áreas: no solo personas que consuman información, sino que conozcan y sepan producir la suya propia, haciéndose leer a través de la red, creando su propio contenido y lanzándolo al mundo que les rodea, compartiendo experiencias de aprendizaje, vivencias e interacciones con personas ajenas a su contexto o cultura. A su vez, se demandan ciudadanos competentes que sepan desechar la información fiable e importante de aquella que carece de validez. Por ello, es necesario desarrollar en las personas una competencia digital de manera que no todo aquello a lo que se acceda sea válido, sino que sea producto de un estadio de reflexión, autocrítica y contraste con otras fuentes de información.
De este modo, los cambios culturales y sociales acontecidos desde la década de los noventa hasta la actualidad han desarrollado en la población unas necesidades de aprendizaje más diversas en el contexto de educación formal y no formal (Goodfellow y Lea, 2013). El uso de Internet en áreas diversas ha despertado un gran interés dentro del campo de estudio de la competencia digital y su integración en los programas educativos y en los procesos de enseñanza y aprendizaje (Lea, 2013).
En definitiva, la sociedad de la información e Internet nos han traído consigo inmediatez, accesibilidad, apertura, conocimiento, información cuantiosa, interacción, colaboración, intercambio de experiencias… Sin embargo, esta vorágine de avances producidos en el campo de la tecnología ha mermado el conocimiento de muchas personas y sectores de la población, especialmente aquellas más avanzadas en edad, que precisan de mayores esfuerzos para llegar a comprender lo que la sociedad tecnológica y digitalizada les está demandando. En pocas palabras, la sociedad necesita de ciudadanos altamente competentes en lo que al saber digital y mediático se refiere.
Durante las últimas décadas, con certeza absoluta habremos oído hablar o leído sobre un concepto que ha nacido posterior a la revolución tecnológica, la brecha digital. Dicha expresión viene a explicar la separación que se ha producido como resultado de la carencia de equipos o conocimientos para la inclusión de las personas o los países en la sociedad de la información y del conocimiento.
En España, la edad se trata de una variable que más afecta al uso de Internet, por lo que se convierte en un problema relevante que afecta a toda la sociedad, especialmente si tomamos en cuenta que las personas mayores pertenecen al grupo de inmigrantes digitales (Prensky, 2001), pues no han nacido en la era de la tecnología, pero sí conviven en la era tecnológica, por lo que igualmente deben adquirir las competencias digitales necesarias para el uso correcto y apropiado de las TIC.
En este contexto, según el informe de la Fundación Telefónica (2015) las TIC son una herramienta de uso diario en los jóvenes, datos que distan mucho del uso que realizan los mayores, siendo un 18% en 2014 y un 33,2% en 2015. En el informe de 2016 podemos ver que los jóvenes con edades comprendidas entre los 16 y los 24 años han accedido a internet un 98,4% en los últimos tres meses, mientras que las personas mayores con edades comprendidas entre los 64 y los 75 años acceden en concreto, un 34,7%. Así pues, aunque las cifras de acceso han aumentado considerablemente, es innegable que la brecha digital aumenta a medida que avanzamos en el gráfico de edad.
Gráfico 1
Comparativa de acceso a Internet entre jóvenes y mayores
Del mismo modo, el último informe del IMSERSO (2015) establece que solo un 15,6% de edades comprendidas entre 65 y 74 años se habían conectado a Internet en los últimos tres meses. Estos datos ponen de manifiesto la existente brecha digital de carácter generacional debido a que las personas mayores acceden y se involucran en el empleo de las TIC de manera secundaria o de apoyo al sistema tradicional de interacción (González, Gómez-Millán y Rubio, 2017).
Al hilo del párrafo anterior, los datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística (2011) de España nos aportan una visión amplia sobre el acceso a la tecnología de las personas mayores. Si atendemos específicamente a edades comprendidas entre los 55 hasta los 64 años, el 97,9% del colectivo había utilizado su teléfono móvil en los últimos tres meses, siendo menor el uso del ordenador con un 66,4% e Internet con un 64,8%. Estos dos últimos porcentajes harían referencia a las personas que afirman haber utilizado al menos una vez el computador o la red para acceder a información, por lo que los datos señalan que aún sigue habiendo mucha parte de la población que se encuentra reticente al empleo de las nuevas tecnologías, tal y como señala Abad Alcalá (2016). El colectivo que comprende edades entre los 65-74 años ha utilizado su teléfono móvil en los últimos tres meses en un 82,3%. En relación al uso del ordenador o de Internet se obtienen un 38,1% y un 33,9% respectivamente, por lo que se evidencia que conforme avanza la edad mayor reticencia se produce en el uso y empleo de Internet o del ordenador.
Del mismo modo, si atendemos a los últimos datos otorgados en nuestro país sobre el equipamiento y uso de TIC en los hogares españoles con personas de entre 16-74 años de edad, más del 80% de los mismos ya tienen conexión a Internet, con velocidad de banda ancha y, a su vez, el mismo porcentaje ha accedido a la red en los últimos tres meses (INE, 2016). Si comparamos los datos con las encuestas realizadas por la Fundación Telefónica (2016), podemos observar un crecimiento de casi el 2% de hogares con acceso a Internet. Todo ello nos viene a decir que los ciudadanos estamos cada vez más en contacto con la tecnología, muy especialmente en el uso que hacemos de Internet.
En suma, tratamos con una brecha digital generacional que necesita acciones encaminadas a la promoción de una mejora de la alfabetización. Pues, tal y como afirman Bru y López (2014), Internet es para los mayores una gran fuente de oportunidades comunicativas, informativas, administrativas, transaccionales, de ocio y entretenimiento. Por ello, las acciones llevadas a cabo para favorecer la inclusión de los mayores en la era digital no han de estar encaminadas únicamente al uso instrumental de las TIC, sino más bien a promover un pensamiento crítico y competencial acerca del uso de las mismas en la vida de las personas mayores y su impacto en la sociedad.
La competencia digital hace referencia a las habilidades básicas y esenciales que necesita una persona para usar de manera correcta la tecnología digital, así como las herramientas que esta nos aporta, tales como las de comunicación, las redes de acceso a la información, la gestión, integración, evaluación, creación y/o comunicación de la misma de una manera ética y legal, a fin de funcionar de manera plena en la sociedad en la que estamos inmersos: Sociedad de la Información y del Conocimiento. Sin embargo, dicha competencia digital incluye una serie de barreras, especialmente en las personas de edad provecta. González, Fanjul y Cabezuelo (2015) exponen que el auge y desarrollo de las TIC no ha permitido un contacto continuo hacia este colectivo, ya que a veces se les niega su uso o simplemente no se encuentran lo suficientemente capacitados para hacer frente a su utilización personal. Entendemos, pues, que deben adquirir las competencias necesarias para su correcto manejo.
Por su parte, Agudo, Pascual y Fombona (2012) afirman que la utilización de las TIC con mayores nos abre grandes posibilidades de intervención, ya que nos permiten diseñar programas de entretenimiento cognitivo, programas específicos de logopedia…, por lo que las personas mayores deben ser consideradas consumidores activos de los medios (Belshaw, 2014).
Por otro lado, Llorente-Barroso, Viñarás-Abad y Sánchez-Valle, (2015) concluyen en su estudio que Internet supone una nueva manera de abrirse al mundo, facilitando la comunicación y la actividad cognitiva de los mayores. A su vez, se fomenta y contribuye a que la persona mayor disfrute de una autonomía superior. Las actividades que más frecuentan en la red, según esta investigación, se relacionan con las de carácter informativo y comunicativo, aunque también comienzan a integrar en sus vidas el uso de estas herramientas para consultar y gestionar trámites administrativos, así como medios de entretenimiento.
La educación y el aprendizaje son los factores esenciales que facilitan la participación y la inclusión de las personas mayores en la sociedad y que proporcionan una mayor calidad de vida. En este sentido, la educación les capacita para estar al día dentro del mundo digital que se ha hecho patente en las distintas esferas sociales. Por ello mismo, la UNESCO (2015) plantea la necesidad de incluir contenidos para trabajar las competencias TIC en los centros educativos a todos los niveles. Por ello, las instituciones educativas no pueden obviar estas competencias, tanto en sus proyectos como políticas de formación.
Dentro de las acciones formativas encaminadas a mejorar la competencia digital de los ciudadanos, los programas universitarios para mayores han tenido una relevancia exponencial dentro de un contexto sociocultural concreto en Europa y en España conformando hace más de dos décadas una nueva realidad universitaria para nuestros mayores dentro del eje universitario (AEPUM, 2014). El aprendizaje a lo largo de la vida constituye un objetivo primordial y que debe ser clave en las actuaciones dentro de estos programas (Aparicio, 2014).
Más concretamente, la necesidad de formar a ciudadanos competentes en lo digital queda más que justificada por las características peculiares de la sociedad tecnologizada donde nos encontramos. Es por ello que, desde diversos organismos e instituciones, así como publicaciones científicas llevadas al efecto, se ha intentado delimitar el concepto de competencia digital, proporcionándole una serie de señas intuitivas, características, saberes y acciones encaminadas para intentar dar rigurosidad a su delimitación (INTEF, 2017; Ferrari, 2012). En este contexto, para poder ser partícipe de la sociedad es necesario poseer una competencia digital adecuada (Colás-Bravo, Conde-Jiménez y Reyes-de-Cózar, 2017; Rodríguez-García, Martínez y Raso, 2017).
Partiendo de las premisas anteriormente dadas, la presente investigación tiene por objetivo general: analizar el nivel de competencia digital autopercibida de las personas mayores que asisten al Aula Permanente de Formación Abierta de la Universidad de Granada. Por consiguiente, de dicho objetivo general se desgranan los siguientes específicos:
El estudio nace de la realidad observada por los investigadores acerca de la necesidad de estudiar la adquisición y desarrollo de la competencia digital por nuestros mayores, partiendo de la premisa de conseguir un desarrollo óptimo para desenvolvernos en la sociedad de la información y la comunicación y, de este modo, como medio para evitar la exclusión y la marginación social a través de un aprendizaje solidario que incluya e integre a la población mayor en la sociedad digitalizada actual. Así pues, para valorar el grado de consecución de los objetivos presentamos un trabajo de investigación de corte cuantitativo que exterioriza su finalidad epistemológica a través de un estudio descriptivo, exploratorio y trasversal, pues nos centraremos en analizar cuál es nivel de competencia digital de nuestras personas mayores en un momento específico.
Bajo estas premisas, la población objeto de investigación queda más que especificada en los planteamientos anteriores, llevado a cabo en el Aula Permanente de Formación Abierta de la Universidad de Granada durante el curso 2016-2017.
Para la selección de la muestra se llevó a cabo un tipo de muestreo no probabilístico por conveniencia, muy comúnmente empleado en investigaciones similares y propias del campo de las Ciencias Sociales. De este modo, los sujetos fueron seleccionados debido a la accesibilidad y proximidad de los mismos a nuestra realidad y, a su vez, la participación fue totalmente voluntaria, de modo que solamente aquellos que desearon contestar a las preguntas se encuentran incluidos en el presente estudio. En total participaron un total de 234 personas, de las cuales el 71,8% eran mujeres y el 28,2% hombres. Las edades de los participantes estaban comprendidas entre 51 y 83 años de edad, situándose la media en los 67 años con una desviación típica de 5,8. A su vez, existe una mayor participación de sujetos de 68 años, siendo esta cifra la moda de nuestra muestra. Se trataban, principalmente, de personas formadas a distintos niveles: universitaria (53,8%), secundaria (28,2%), primaria (12,8%), doctorado (1,7%). El 3,4% restante afirmaron poseer otro tipo de formación.
Para la recogida de información se empleó un cuestionario compuesto de 64 ítems, donde se combinaban preguntas de escala dicotómica y preguntas de Escala Likert de 1 a 4 (1: Nada; Totalmente en desacuerdo; 2: Algo; En desacuerdo; 3: Bastante; De acuerdo; 4: Mucho; Muy de acuerdo), siendo estas las que más predominaban en todo el instrumento. El instrumento fue adaptado del desarrollado por Cabero, Llorente y Puentes (2009), que ha sido también empleado por Prendes Espinosa, Castañeda Quintero y Gutiérrez Porlán (2010). A su vez, también se tomaron adaptaciones del cuestionario presentado en el proyecto Ikanos (2015) puesto en marcha por el Gobierno de Euskadi con objetivo de mejorar y promover la alfabetización y competencia digital de sus ciudadanos. Aunque ambos instrumentos ya poseían sus índices de fiabilidad y validez, en nuestra investigación optamos por calcular la nuestra propia mediante el Alfa de Cronbach, obteniendo un valor de 0,966, por lo que podemos afirmar que su nivel de consistencia interna es muy alto.
Por último, señalar que el cuestionario se estructuró de la siguiente manera: sexo, edad, formación, equipamiento tecnológico, usos de internet y competencia digital (información y alfabetización informacional, comunicación y colaboración, creación de contenidos, seguridad y resolución de problemas). Por cuestiones de interés, en el presente artículo haremos alusión a los diferentes ítems empleados para analizar el nivel de competencia digital percibido por las personas mayores de la muestra.
Atendiendo a la naturaleza y alcance de nuestro estudio, los estadísticos descriptivos que se han tomado en consideración para la valoración de las distintas variables que componen la competencia digital han sido la Media (Med.), la moda (Mod.) y la Desviación estándar (SD). No se han contemplado los valores mínimo y máximo dado que todos ellos tienen como resultado 1 como valor mínimo y 4 como valor máximo. Todo ello nos otorga una visión general acerca de la autopercepción de las personas mayores sobre su competencia digital (ver Tabla 1).
Tabla 1
Análisis descriptivo: media, moda y desviación típica de los ítems
|
Med. |
Mod. |
SD |
|
Información y alfabetización informacional (CI) |
CI01Utilizo Internet para buscar todo tipo de información relativa a mis intereses personales y/o a mis necesidades profesionales |
2,60 |
4 |
1,201 |
CI02Cuando necesito buscar una información concreta, además de las funciones básicas de los buscadores, utilizo búsquedas avanzadas, bases de datos en línea y/o búsquedas a través de herramientas vinculadas |
2,03 |
1 |
1,096 |
|
CI03Utilizo mecanismos de filtrado para poder seleccionar adecuadamente la información que me interesa de la Red (p.e.: discriminación de fuentes, búsquedas avanzadas, etc.) |
1,80 |
1 |
1,042 |
|
CI04A nivel general, encuentro lo que busco de una manera ágil y con los resultados esperados |
2,44 |
3 |
1,068 |
|
CI05Soy capaz de identificar si la información que he obtenido en la Red es válida, fiable y apropiada, así como si su procedencia es de confianza |
2,19 |
1 |
1,014 |
|
Comunicación y colaboración (CC) |
CC01Intercambio información por correo electrónico |
2,29 |
1 |
1,135 |
CC02Mantengo conversaciones a través de herramientas de mensajería instantánea: chats, WhatsApp, Skype... |
2,57 |
4 |
1,245 |
|
CC03Participo en redes sociales (Facebook, Twitter, Linkedin, ...) |
1,77 |
1 |
1,068 |
|
CC04Utilizo herramientas disponibles en la nube para compartir contenidos, conocimientos y/o recursos con otras personas (documentos, presentaciones, fotos, vídeos...): Google Drive, Dropbox, etc. |
1,63 |
1 |
0,968 |
|
CC05Participo en sitios de redes sociales y comunidades en línea en los que se comparte y transfieren conocimientos, información, contenidos y/o recursos. |
1,62 |
1 |
0,933 |
|
CC06Conozco y tengo en cuenta los "códigos de buena conducta" socialmente aceptados en el uso de la Red (p.e: no utilizar mayúsculas, referirme a otros a través de sus nick o apodos, usar emoticono de refuerzo...) |
2,02 |
1 |
1,157 |
|
CC07Participo en la red con educación y respeto y evito expresiones ofensivas desde los puntos de vista de religión, raza, política o sexualidad |
2,80 |
4 |
1,351 |
|
CC08Soy consciente de las ventajas y los riesgos relacionados con la exposición de la identidad en la red |
2,93 |
4 |
1,267 |
|
CC09Controlo la información y los datos que produzco en mi interacción en la Red y sé cómo proteger mi reputación digital y/o la de otros
|
2,49 |
1 |
1,226 |
|
Creación de contenidos (CRC) |
CRC01Soy capaz de generar contenidos digitales simples en, al menos, un formato (texto, tabla, imagen...) a través de alguna herramienta (Word, PowerPoint...) |
2,14 |
1 |
1,221 |
CRC02Puedo producir contenidos digitales en múltiples formatos, incluyendo multimedia, con más de una herramienta |
1,80 |
1 |
1,066 |
|
CRC03Soy capaz de realizar cambios básicos sobre los contenidos digitales producidos por terceros a los que accedo o de los que dispongo (presentaciones, documentos, fotografías, vídeos, etc.) |
1,88 |
1 |
1,113 |
|
CRC04Diferencio correctamente los contenidos que pueden estar sujetos a restricciones de uso por derechos de autor o licencias |
2,17 |
1 |
1,189 |
|
CRC05Puedo realizar cambios básicos en los ajustes de las aplicaciones que utilizo |
1,89 |
1 |
1,046 |
|
Seguridad (CS) |
CS01En el/los dispositivos a través de los cuales accedo a Internet tengo instalado un programa antivirus, lo ejecuto regularmente y lo actualizo con la periodicidad necesaria |
2,70 |
4 |
1,265 |
CS02Actúo con prudencia cuando recibo mensajes cuyo remitente, contenido o archivo adjunto desconozco |
2,75 |
4 |
1,276 |
|
CS03Utilizo diferentes contraseñas para acceder a los equipos, dispositivos y servicios digitales y los modifico periódicamente |
2,33 |
1 |
1,229 |
|
CS04Soy consciente de cómo los datos sobre mi identidad digital pueden o no pueden ser utilizados por terceros |
2,74 |
4 |
1,339 |
|
CS05Conozco y tengo en cuenta los peligros y consecuencias que puede tener que alguien se haga pasar por mí en Internet (estafas por robo de identidad o de otras credenciales) |
2,75 |
4 |
1,316 |
|
CS06Extremo las precauciones antes de dar o recibir información personal por Internet (DNI, dirección, edad, teléfono, datos bancarios, tarjetas de crédito, fotos personales...) |
2,99 |
4 |
1,287 |
|
CS07Utilizo las funciones de privacidad disponibles en las aplicaciones para aprobar o rechazar quién puede acceder a mi perfil |
2,79 |
4 |
1,307 |
|
CS08En el uso de las redes sociales únicamente agrego como amigos a personas que realmente conozco |
2,83 |
4 |
1,319 |
|
CS09Conozco los riesgos y consecuencias que puede implicar el ciber acoso, tanto para mí como para las personas de las que me hago cargo |
2,81 |
4 |
1,323 |
|
Resolución de problemas (CSP) |
CSP01Conozco el funcionamiento de los dispositivos digitales y equipamientos informáticos (ordenadores, redes, dispositivos de comunicación, etc.) |
2,42 |
1 |
1,217 |
CSP02Soy capaz de resolver adecuadamente cualquier tipo de problema que pueda surgir cuando las tecnologías o dispositivos que utilizo no funcionan correctamente |
1,997 |
1 |
0,989 |
|
CSP03Sé a quién y cómo acudir en caso de necesitar soporte y asistencia técnica cuando las tecnologías que utilizo no funcionan o cuando uso un nuevo dispositivo, programa o aplicación |
2,52 |
1 |
1,176 |
|
CSP04Me mantengo al día sobre los nuevos desarrollos y sobre las últimas novedades tecnológicas |
2,10 |
1 |
1,043 |
|
CSP05Soy capaz de evaluar adecuadamente, y de una manera crítica, cuál es la herramienta que, en cada caso, mejor se adapta a mis necesidades y objetivos |
2,15 |
1 |
1,059 |
|
CSP06En mi vida diaria, aprendo e íntegro cada vez más elementos o instrumentos digitales y/o tecnologías que entiendo pueden mejorar mi calidad de vida |
2,38 |
3 |
1,086 |
|
CP07Soy consciente en cada momento de mi competencia en el ámbito digital e identifico claramente las deficiencias o carencias de las que puedo adolecer en este ámbito, de cara a las tareas que necesito ejecutar en mi vida laboral y/o personal |
2,30 |
1 |
1,114 |
|
CP08Asisto, con la periodicidad necesaria, a actividades formativas o de capacitación técnica sobre herramientas TIC de cara a mantener actualizados mis conocimientos digitales y aprender cosas nuevas |
1,91 |
1 |
1,036 |
Tomando en consideración la información presentada en la tabla anterior, y en el que la escala se valora de 1 a 4 (siendo: 1=Nada o Completamente en desacuerdo y 4=Mucho o Completamente de Acuerdo), observamos que las distintas puntuaciones medias obtenidas suelen situarse en valores que giran alrededor de 1 y 2 (1=Nada o Completamente en desacuerdo; 2=Algo; En desacuerdo). Solamente la media de dos ítems se acerca al valor 3 (Bastante; De acuerdo) situándose por encima de 2,90 de media y son las referentes al conocimiento consciente acerca de las distintas ventajas (comunicación y colaboración) y riesgos de exponer la identidad personal en la red y aquella que se refiere a la toma de precauciones antes de dar información personal a través de la red (seguridad).
Del mismo modo, observamos cierta dispersión en torno a las puntuaciones de todos los ítems analizados respecto a su media. La desviación estándar nos arroja una visión acerca del grado de dispersión que han obtenido los datos respecto a su media. La inmensa mayoría de los ítems obtienen una desviación que supera al uno, por lo que nos arroja una información relevante acerca de la dispersión existente en torno a la autopercepción de la competencia digital de las personas mayores. Aquellos ítems que han recibido una menor desviación y que, por tanto, han producido una mayor concentración de valores en la distribución normal han sido: conocimiento sobre utilización de herramientas disponibles en la nube para compartir contenidos, conocimientos y/o recursos con otras personas (CC04); la participación en sitios de redes sociales y comunidades en línea en los que se comparte y transfieren conocimientos, informaciones, contenidos y/o recursos (CC05) (ambas procedentes de la dimensión de creación de contenidos); y la capacidad de resolución adecuada de cualquier tipo de problema que pueda surgir cuando las tecnologías o dispositivos que utilizan no funcionan de manera adecuada (CSP02) (resolución de problemas). Todas ellas han concentrado sus valores en las puntuaciones de nulo o escaso conocimiento. En el lado opuesto, los ítems que mayor desviación típica han obtenido en el análisis descriptivo puntuando con valores superiores a 1,3 han sido: conocimiento acerca de cómo los datos sobre la identidad digital pueden o no ser utilizados por terceros (CS04); conocimiento sobre los peligros y consecuencias que puede tener la suplantación de identidad (CS05); la utilización de las funciones de privacidad disponibles en las aplicaciones para aprobar o rechazar quién puede acceder al perfil personal (CS07); agregar únicamente a personas que se conocen en las redes sociales (CS08); y el conocimiento sobre los riesgos y consecuencias que puede implicar el ciber acoso (CS09) (todas ellas de la dimensión de seguridad).
Para hacernos una idea más globalizada acerca de las puntuaciones obtenidas en cada ítem y en cada dimensión, en los siguientes párrafos proporcionamos una visión detallada de cada una de las cinco dimensiones o áreas de la competencia digital y los porcentajes obtenidos en cada ítem.
En primer lugar, atendiendo a la dimensión de información y alfabetización informacional (CI), el uso que se realiza de Internet se realiza para buscar todo tipo de información relativa a sus intereses personales y/o profesionales con el 33,3% de total acuerdos, el 35% cree estar de acuerdo a nivel general, en el encuentro de lo que busca de una manera ágil y con los resultados esperados. Cuando necesitan buscar una información concreta, además de las funciones básicas de los buscadores, recurrir a búsquedas avanzadas, bases de datos en línea y/o búsquedas a través de herramientas vinculadas no suele ser muy utilizada con un 23,9% de desacuerdo. Por último, no utilizan mecanismos de filtrado para poder seleccionar adecuadamente la información que les interesa de la Red (p.e.: discriminación de fuentes, búsquedas avanzadas, etc.) con un total desacuerdo del 55,6% (Gráfico 2).
Gráfico 2
Información y alfabetización informacional (CI)
En cuanto a la dimensión de comunicación y colaboración (CC) destacamos un mayor acuerdo en la participación en la red con educación y respeto, evitando expresiones ofensivas desde los puntos de vista de religión, raza, política o sexualidad junto al conocimiento consciente de las ventajas y los riesgos relacionados con la exposición de la identidad en la red con 49,6% respectivamente. Del mismo modo, existe un acuerdo del 23,9% ante el control de la información y los datos que produce la interacción en la Red sabiendo cómo proteger su reputación digital y/o la de otros junto al Intercambio información por correo electrónico. El uso de herramientas disponibles en la nube para compartir contenidos, conocimientos y/o recursos con otras personas (documentos, presentaciones, fotos, vídeos...): Google Drive, Dropbox, etc. posee el mayor desacuerdo con un 63,2% (Gráfico 3).
Gráfico 3
Comunicación y Colaboración (CC)
Haciendo referencia a la creación de contenidos están totalmente de acuerdo en estar capacitados para generar contenidos digitales simples en, al menos, un formato (texto, tabla, imagen...) a través de alguna herramienta (Word, PowerPoint...) con un 22,2%, están de acuerdo en poder diferir correctamente los contenidos que pueden estar sujetos a restricciones de uso por derechos de autor o licencias con un 23,9%, por el contrario se encuentran en desacuerdo para poder realizar cambios básicos de las aplicaciones que utilizan (20,5%) junto a poder producir contenidos digitales múltiples con un total desacuerdo del 56,4% (Gráfico 4).
Gráfico 4
Creación de contenidos (CRC)
En lo que respecta a la seguridad existe un acuerdo del 55,6% en extremar las precauciones antes de dar o recibir información personal por Internet (DNI, dirección, edad, teléfono, datos bancarios, tarjetas de crédito, fotos personales...). Existe un acuerdo en tener instalado en el/los dispositivos a través de los cuales acceden a Internet un programa antivirus, lo ejecuto regularmente y lo actualizo con la periodicidad necesaria (23,9% en desacuerdo/38,9% total desacuerdo). Por el contrario, un 15,4% no suele utilizar diferentes contraseñas para acceder a los equipos, dispositivos y servicios digitales y modificarlos periódicamente (Gráfico 5).
Gráfico 5
Seguridad (CS)
En último lugar, en los ítems que analizan la resolución de problemas: conocer el funcionamiento de los dispositivos digitales y equipamientos informáticos (ordenadores, redes, dispositivos de comunicación, etc.) obtienen 29,1% de total acuerdos, junto al 33,3% de acuerdos para ser capaz de evaluar adecuadamente, y de una manera crítica, cuál es la herramienta que, en cada caso, mejor se adapta a mis necesidades y objetivos. Contrariamente el 34,2% asume en no estar de acuerdo junto al 41,9% en total desacuerdo en ser capaz de resolver adecuadamente cualquier tipo de problema que pueda surgir cuando las tecnologías o dispositivos que utilizan no funcionan correctamente.
Gráfico 6
Resolución de problemas (CSP)
A través de este trabajo de investigación hemos pretendido indagar acerca de una realidad muy importante actualmente, como es el caso de la competencia digital ciudadana. Ser hábil y competente con la tecnología se ha convertido prácticamente en una necesidad para todos (Abad Alcalá, 2016). Sin embargo, la población mayor constituye una parte de la población que ha generado un mayor rechazo y reticencia al imperativo tecnológico. Todo ello unido a que este grupo se compone de diversas generaciones que no han crecido con estos medios, sino que han tenido que emigrar hacia ellos, ha hecho que sean un foco proclive a la presencia de una brecha digital que viene a mencionar el menor conocimiento que tiene este grupo de personas en torno a los medios y la tecnología.
Sirviendo como la base de nuestro caso el Aula Permanente de Formación Abierta de la Universidad de Granada se ha podido generar en el lector una idea acerca de una problemática que merece ser atendida y concienciada por parte de toda la población. Como bien hemos venido dejando entrever a lo largo de la presente investigación, ser competentes digitalmente tiene una relevancia crucial en la sociedad donde nos movemos, pues la tecnología impera en todas las esferas sociales y se ha convertido en un área necesaria a desarrollar por toda la población como estrategia de inclusión social, adquiriendo una mayor relevancia en el ámbito de personas mayores.
Las oportunidades comunicativas que ofrece Internet facilitan una interacción social integral a las personas mayores en el desarrollo de relaciones que potencian sus cualidades personales y sociales, separándoles del aislamiento personal que sufren a medida que cumplen años y favoreciendo su satisfacción y motivación. Según los datos obtenidos, nuestros mayores del Aula Permanente de la UGR mandan correos electrónicos, utilizan el smartphone para poder interactuar con los demás… por lo que dichas facilidades comunicativas contribuyen a su integración social y familiar. Dichos resultados, contrastados con el Instituto Nacional de Estadística (2011) de España, nos muestran cierta similitud debido a que este informe narra que específicamente las edades comprendidas entre los 55 hasta los 64 años, el 97,9% del colectivo había utilizado su teléfono móvil en los últimos tres meses, siendo menor el uso del ordenador con un 66,4% e Internet con un 64,8%, porcentajes relativamente elevados. De este modo, tal y como señalaron Agudo, Pascual y Fombona (2012) en su estudio, no podemos obviar que la necesidad de comunicación se trata de algo esencial para garantizar un envejecimiento activo.
A pesar de que el porcentaje de personas mayores ha incrementado en relación al uso y acceso de medios y tecnología según los datos otorgados por el Instituto Nacional de Estadística (2011, 2016) de España y los diversos informes nacionales llevados al efecto (Fundación Telefónica, 2016), aún siguen siendo un colectivo muy vulnerable en lo que al conocimiento y habilidad tecnológica se refiere.
Habiendo constituido este trabajo como un elemento de referencia a través de la generación de un panorama informativo sobre la competencia digital del ciudadano mayor en el contexto español, se abren puertas hacia la continuación del trabajo en esta línea, donde se combine la indagación en competencia digital en el grupo de personas mayores, pues son quienes han recibido un mayor choque social tras la penetración de la tecnología. Por ello, animamos a la comunidad científica a continuar trabajando en esta línea, aportando nuevos datos, estrategias y otorgando nuevas visiones que canalicen propuestas de actuación para mejorar la competencia digital de este colectivo, incidiendo especialmente en aquellos aspectos en los que hemos observado una menor habilidad en la interacción con los medios. Como claro ejemplo de ello, tenemos el trabajo presentado por García, Bohórquez y Rubio (2017) en su estudio sobre el aprendizaje y desarrollo de habilidades relacionadas con la competencia digital a través de una metodología ABP.
Es por ello que, para finalizar, como planteamiento de mejora nos gustaría subrayar la posibilidad de canalizar una propuesta de formación y alfabetización digital a través de un aprendizaje servicio intergeneracional, es decir, propiciado a través de una comunicación bidireccional de intercambio de experiencias entre jóvenes y mayores. En este tipo de programas, la motivación del alumnado mayor y la apuesta por un aprendizaje activo, reciclado y permanente son algunas de las principales variables que inciden en la permanencia de este tipo de personas en los programas. En beneficio de ambas partes, los jóvenes serían participantes y aprenderían a trabajar en contextos reales haciendo uso de sus conocimientos y transmitiéndoselos a las generaciones de mayores. Por su parte, los mayores podrían proporcionar un bagaje cultural y vital esencial para cualquier persona, siendo este aspecto muy positivo para el grupo de jóvenes. Al mismo tiempo, queremos resaltar la importancia de incluir en el currículum contenidos específicos sobre competencia digital y tecnología, así como una serie de pautas preventivas y recomendaciones que fomenten una reflexión crítica e inclusión de toda la comunidad educativa. Hemos podido constatar la existencia de asignaturas especiales de nivel básico (introducción a la informática e Internet, Internet útil: herramienta Google) y nivel avanzado (informática de usuario avanzada, sácale partido a tu teléfono móvil o tableta) dentro del Aula Permanente de Formación Abierta, pero creemos que deberían tener carácter troncal junto a un mayor número de plazas.
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1. Personal docente e investigador en el departamento de Pedagogía. Facultad de Ciencias de la Educación. Universidad de Granada. Email: nazareth@ugr.es
2. Personal docente e investigador en el departamento de Didáctica y Organización Escolar. Facultad de Ciencias de la Educación. Universidad de Granada. Email: arodrigu@ugr.es