Vol. 38 (Nº 53) Año 2017. Pág. 29
Fernando SUÁREZ Galvis 1
Recibido: 05/07/2017 • Aprobado: 02/08/2017
RESUMEN: El trabajo esta direccionado en interpretar a través de un análisis el emprendimiento como elemento potenciador de la calidad de vida en poblaciones de pobreza extrema. Abordándolo desde una perspectiva cualitativa, enmarcada en el contexto fenomenológico. Fundamentada por la revisión documental-bibliográfica además la entrevista en profundidad. Los resultados evidencian que el emprendimiento es otra de las vías para mejorar la calidad de vida, al fortalecer la empleabilidad, potenciando la movilidad social, al asegurar recursos que ayudan a incrementarla. |
ABSTRACT: The work is directed to interpret through an analysis the entrepreneurship as an enhancer element of the quality of life in populations of extreme poverty. Approaching it from a qualitative perspective, framed in the phenomenological context. Based on the documentary-bibliographic review, in addition to the in-depth interview. The results show that entrepreneurship is another way to improve the quality of life by strengthening employability, enhancing social mobility, by securing resources that help increase it. |
El emprendimiento en todas las épocas ha sido un factor que potencia el empoderamiento de aquellas personas o poblaciones que lo promueven, tal es el caso de las Instituciones de Educación Superior. Por ello, invertir en emprendimiento representa una oportunidad de poner en acción las tendencias actuales y futuras en este ámbito, haciendo que se aprovechen las oportunidades de los cambios sociales y económicos. De allí que la internalización del concepto estampa un valor agregado al potenciamiento humano en la materia. En este sentido, si un conglomerado poblacional necesita potenciar su desarrollo, la opción es emprender en función de sus necesidades. Por lo tanto, cuando se habla de emprendimiento, de manera inmediata se ven implícitos aspectos tales como: abrir caminos, asumir riesgos, innovar y crear.
Por otro lado, al vincular el emprendimiento con la calidad de vida, se destaca el hecho social que se viene reflejando en distintos estudios realizados, tal es el caso del informe de la ONU (2014), publicado en un diario colombiano, citado por Robles y Pelekais (2015), en el cual fueron obtenidas las siguientes conclusiones: No son buenos en seguridad y espacio público, dos factores clave a la hora del disfrute de una ciudad y que más influyen en la percepción de la calidad de vida urbana.
De lo expresado, se evidencia que la calidad de vida como definición es un proceso dinámico ligado al ciclo vital de cada persona, en un contexto social específico. Por lo tanto, se puede definir la calidad de vida como la posibilidad que tiene un ser humano de llevar una vida digna, gracias a la capacidad de desarrollar sus potencialidades en forma autónoma y cooperante con los objetivos de la sociedad de la que hace parte. (Jiménez, 2014). Esto se relaciona con la inclusión, porque definitivamente, es indispensable que la población asuma como suyo el emprendimiento para lograr una mayor fuente de empleabilidad y superación de sus condiciones socioeconómicas para alcanzar así, mejorar su calidad de vida.
En este sentido, este articulo esta direccionado en interpretar a través de un análisis el emprendimiento como elemento potenciador de la calidad de vida en poblaciones de pobreza extrema, revisando los conceptos y argumentos esgrimidos por teóricos estudiosos del tema, informantes clave y la opinión emitida por el autor del trabajo, en conjunto se argumentan las reflexiones contenidas en el artículo.
Para dar inicio al soporte teórico que refiere al emprendimiento, se revisa lo expresado por Orrego (2009:245-246), quien lo considera un hecho cultural, dado que está vinculado esencialmente al hombre y a su historia, sobre una base de significados que le motivan a superar la visión objetivista e instrumentalista del mundo. Por tanto la responsabilidad social tiene que ver también con la educación, en la medida en que es el único medio para lograr la transformación y el cambio de la sociedad. Así mismo se enuncia que mediante los procesos de formación se inicia la reflexión sobre la naturaleza humana y, gracias a los avances continuos, el ser humano se perfecciona y se alcanza el progreso de la humanidad; en esta medida, pasa de ser un proyecto individual a uno comunitario. Por esto es necesario puntualizar el papel trascendental que juegan la familia, la escuela y las instituciones y la incidencia de estas estructuras en la construcción del sujeto.
Y prosigue afirmando el referido autor, la formación para el emprendimiento se explica no sólo a partir del autoconocimiento, la autovaloración, la autodeterminación de los sujetos emprendedores, sino también del papel que juegan los entes o personalidades de orden superior que intervienen en el mundo social, como son el Estado, la organización, la familia y las comunidades, entre otros, y la comprensión de la interacción que genera el emprendimiento como posibilidad de realización del sujeto en la vida con los otros.
Refuerza lo planteado Kantis (2004), quien menciona “en sociedades con culturas favorables a la empresarialidad es más factible que las personas deseen emprender para ganar reconocimiento social, para ser independientes o para seguir los pasos de otros empresarios a los que admiran (modelos de rol). La familia, el sistema educativo, las empresas en las que trabajaron antes y los medios de comunicación deciden contextos específicamente influyentes sobre la cultura e inciden en la formación de la motivación para emprender”.
Asimismo, González (2006), agrega que emprender significa hacer presencia con propuestas que conducen al mejoramiento de las condiciones de vida reinantes, con un alto aprecio por la libertad, para imaginar, obrar y decidir. Emprender también significa desarrollo de las ideas, de la imaginación, competencias y sobre todo, desarrollo de un proyecto de vida. Por lo cual, a través del emprendimiento, el individuo y en conjunto la comunidad, logran canalizar y expresar libremente sus propias iniciativas de desarrollo.
Según Urbano y Toledano (2011), es una forma de pensar, razonar, actuar, vinculada y suscitada por la búsqueda de una oportunidad de negocio. Por su parte, Robbins (2008), lo denomina espíritu emprendedor y lo conceptualiza como el proceso mediante el cual un individuo o un grupo, empeña sus esfuerzos organizados en la búsqueda de oportunidades para crear valor y crecer, satisfaciendo deseos y necesidades mediante la innovación y la diferenciación, independientemente de los recursos disponibles.
Trujillo et al (2008), citado por Robles y Pelekais (2015), consideran que el emprendimiento ha cobrado interés para las escuelas de negocios desde la década de los ochenta, por vincular la creación con dirección de empresas. Entre otras palabras este término se asocia a la capacidad de una persona para hacer un esfuerzo adicional en alcanzar una meta u objetivo, también se utiliza para referirse a la persona que inicia una nueva empresa o proyecto, término que después fue aplicado a empresarios que fueron innovadores o agregaban valor a un producto o proceso ya existente.
De este modo, en entornos virtuales como Gerencie (2011), se define el emprendimiento como aquella actitud y aptitud de la persona que le permite emprender nuevos retos o proyectos, para avanzar o dar un paso más e ir más allá de donde ya ha llegado.
Esta definición puede complementarse con la propuesta de Bruna (2006), citado por Gerencie (2011), quien explica que la gestión de emprendimiento es el cambio radical, discontinuo o renovación estratégica, sin importar si este ocurre adentro o afuera de la organización ya existente, ni si esta renovación da o no lugar, a la creación de un nuevo negocio. Asimismo, Vásquez (2015), amplía que cuando se gestiona en función de emprender, se trata de perseguir la oportunidad aún más allá de los recursos que se tiene en la actualidad.
De acuerdo a lo anterior, se puede deducir que la gestión de emprendimiento, se lleva a la acción por medio de una persona emprendedora, quien inicia una empresa, aunque, también puede asociarse con cualquier miembro que tome la decisión de llevar adelante un proyecto, aunque éste no tenga fines económicos, puede decirse que la diferencia entre el emprendedor y un individuo común es la actitud.
Cabe considerar que la gestión de emprendimiento es ejecutada, según Leiva (2009), por un emprendedor con capacidad de crear, capaz de llevar adelante sus ideas, de asumir riesgos, generar bienes y servicios, enfrentar problemas, por lo tanto, tiene que ser un individuo que sabe ver y descubrir las oportunidades aun en situaciones difíciles e inestables. En este sentido, la gestión, hace que el emprendedor posea iniciativa propia, además cree la estructura que necesita para impulsar su proyecto, se comunica con facilidad, generando redes de comunicación, puesto que tiene capacidad para convocar e incluso de ser necesario y sabe conformar grupos de trabajo de alto funcionamiento.
Lo expresado se refuerza con lo expuesto por Duarte et al (2009), quienes afirman: Se puede señalar que el espacio más conveniente y adecuado para este fin es la institución educativa, pues es la que mayor representación tiene en todo el territorio nacional y a la que acceden el mayor número de niños, jóvenes y adultos en proceso de formación con una mejor actitud y disposición para el cambio.
Por ello, en los Proyectos Educativos Institucionales PEI es primordial la inclusión, de asignaturas como el emprendimiento. La cual puede formar parte de los planes de estudio con ventajas como la dotación social de cualidades emprendedoras, avances en la organización social, formación de redes sociales, generación de proyectos de inversión, creación de empresas, generación de autoempleo, así como el desarrollo local, regional y nacional, encaminado al mejoramiento de la calidad de vida de las comunidades.
El emprendimiento en las empresas es abordado desde diferentes aristas. De acuerdo Gámez (2009), en su “aproximación a los modelos de emprendimiento” hace descripción de las elementos desde diferentes perspectivas en el cual concluye que toda organización económica emana la comprensión del emprendedor desde las diversas acciones del individuo, cuya finalidad es alcanzar la utilidad y el benéfico, por otro lado, la relación de la búsqueda y el desarrollo del valor económico en el entorno.
Según Urbano y Toledano (2008), se define el emprendimiento como la manera de actuar, pensar y razonar, vinculada a la búsqueda de oportunidades en los medios donde se desarrolla el mercado, desde una visión amplia. Hisrich et al (2005), precisan el emprendimiento empresarial como la creación de algo nuevo, con valor, que requiere de mucho esfuerzo dedicación y tiempo, asumiendo el riesgo financiero y social cuya finalidad es obtener resultados de independencia personal así como, económica.
Por su parte, Robbins (2008), señala el espíritu emprendedor como un proceso mediante el cual el individuo entrega su máximo esfuerzo, en la búsqueda de oportunidades para crear valor, crecer y satisfacer las necesidades, mediante la innovación de los recursos disponibles.
Robles y Pelekais (2015), afirman que al dar inicio a un proceso emprendedor, este integra las acciones, actividades coligadas a la identificación de oportunidades, para el aprovechamiento, del emprendedor que posiblemente debe tomar una actitud llena de valores, para asumir el reto de correr riesgos para generar ganancias económicas en las empresas, por ello, la dedicación y el esfuerzo son características particulares propias de la actividad emprendedora.
Por tal motivo, los autores señalados hacen alusión al emprendimiento, como una estrategia que puede dar lugar a proyectos en las empresas, ya sean estas de lento o rápido crecimiento del sector lucrativo o no lucrativo de cualquier entorno ambiental, dando lugar al desarrollo de un país.
Desde esta perspectiva de crear emprendimiento, aparecen en ciertos momentos del tiempo ideas, las cuales se hace necesario aprovechar para no tener que arrepentirse después. La importancia es analizar aquellas situaciones presentadas, para saber con determinación lo más conveniente, porque este puede dar como resultado la posibilidad de un ascenso o la propuesta para iniciar un nuevo negocio en el mercado.
Exponen Quintero y Sánchez (2015), la generación de una idea es la creación de oportunidades, que satisfagan las necesidades de las personas a quienes va dirigida o resuelva una problemática puntual que afecta a un sector de la sociedad.
Por otro lado, al crear oportunidades de emprendimiento se debe tener presente el proceso de factibilidad, puesto que puede ser subjetivo a las oportunidades existentes, como también a la habilidad para satisfacer la necesidad del individuo, además de la capacidad de recurso del mismo, para demandar.
De igual forma, asegura Carrasco (2008:122), la principal motivación del emprendedor no es tanto el beneficio como el placer de crear y la posibilidad de mejorar la posición social. El entorno social es, por tanto, fundamental para el emprendedor: por un lado supone un freno al tener que romper las inercias establecidas, pero por otro es un acicate, pues la posibilidad de la mejora social es lo que motiva su actividad (el beneficio económico no es sino la expresión del éxito). La motivación y el deseo del emprendedor serán, por tanto, elementos esenciales, junto con la interacción social.
Por su parte, Goss (2005:211), citado por Escobar (2013), enfocado en la aplicación del concepto de “energía emocional”, considera que el emprendedor es un ser que encuentra importantes motivaciones derivadas de la elevada energía emocional de la no rutina y de la realización de actividades innovadoras, mientras que la gente normal encuentra confort en la baja energía emocional de la rutina de la conformidad y la aversión al riesgo. El concepto de energía emocional nos proporciona dos modelos de comportamiento humano que llevan a la actividad emprendedora: el modelo del orgullo y el modelo de la vergüenza”.
De acuerdo a Sen (2004: 42) citado por Jiménez (2014), "el concepto de calidad de vida se centra en la forma en que transcurre la vida humana y no solo en los recursos o en la renta que posee un individuo". Agrega Jiménez (2014), que con la visión de Sen, sería importante acercarse lo más posible a la comprensión del espacio de las capacidades de las personas, pero la riqueza conceptual de este enfoque se pierde cuando se tratan de medir las capacidades a través de indicadores. El punto de llegada es claro: la ampliación de las capacidades con el fin de extender las combinaciones de realizaciones que la persona puede alcanzar.
Por su parte, Berny (2005), asegura que la calidad de vida aparece como concepto cuando los países desarrollados llevaron a cabo una evaluación de los efectos negativos que ha producido la búsqueda del desarrollo en la vida de las personas. Uno de los principales motivos para el surgimiento de esta preocupación, fue la sospecha que los procesos de desarrollo tienen costos ocultos como pueden ser la degeneración de los entornos naturales y el deterioro del sentimiento de satisfacción en la vida de las personas.
Este autor afirma, que para evaluar un determinado nivel de vida es necesario tomar en cuenta variables que van desde las económicas hasta las sociales y culturales. Aunque no necesariamente lo abarca todo, la economía es fundamental en la determinación de los niveles de vida, tomando en consideración que los procesos económicos tienen una influencia directa en los modelos concretos de vida que adopta una sociedad.
Para León (2011), la calidad de vida es parte de la dignidad de la persona y, por ello, es una finalidad -quizás la primera- de la medicina y de las políticas públicas de salud. En ella se fundamenta un deber ético de ayudar a los demás para que dejen de estar vulnerados en sus derechos y necesidades básicas, adicionalmente sean menos vulnerables, disfruten de la mejor situación posible de libertad y de vida autónoma plena.
Por su parte, Duarte et al (2009), refieren que el desarrollo humano es una forma de forjar la calidad de vida de una forma integral, proporcionando opciones a la gente para que acceda a la salud, la educación, la generación de ingresos, y condiciones materiales dignas de un ser humano, pero también con autonomía social, política, religiosa, económica, intelectual, para que pueda vivir decorosamente.
Para hablar de calidad de vida vinculándola a pobreza, es indispensable abordar las políticas sociales. Por ello, se inicia el análisis de este aspecto, planteando lo expuesto por Pérez (2011), quien sostiene que la política social dentro del estudio de las políticas públicas, tiene un papel preponderante en la búsqueda del desarrollo- bienestar y calidad de vida de toda la población, con un importante aporte al desarrollo socio económico de cualquier país. Siendo su búsqueda principal lograr frente a la vulnerabilidad la pobreza, la exclusión económica y social, prevenirla, evitarla, aliviarla en cualquier ciudadano sin importar su raza genero condición económica, social, política, religiosa y otras que determinan diferencia.
Reforzando lo expuesto, al afirmar que para lograr comprender la importancia que tiene la política de generación de ingresos cuyo enfoque es el emprendimiento como política social; es necesario ubicarse conceptualmente en la dimensión que significan estos programas en la lucha contra la pobreza y vulnerabilidad buscando la superación de la misma como respuesta efectiva de la política social. De allí, que la política social se tiene como una herramienta fundamental del Estado y los gobiernos para lograr junto con la política económica; la dignificación del ser humano, la posibilidad de superación de la pobreza y la disminución o prevención de vulnerabilidad de las poblaciones menos favorecidas.
De acuerdo a CONPES 36161 (2009:20) al complementar la idea anterior:
La generación de ingresos es uno de los vehículos más importantes de la promoción social, pues sus beneficios, además de conducir al ejercicio pleno de los derechos sociales y económicos de la población, le brindan a esta población la oportunidad de acceder a los frutos del crecimiento económico. En otras palabras, la generación de ingresos se convierte en una de las principales “puertas de salida” de la situación de pobreza extrema y vulnerabilidad.
Según Berny (2005), la pobreza es sin duda un problema que aqueja a todos los países del orbe, aún las naciones más desarrolladas cuentan con algún porcentaje de su población viviendo en ese estado, aunque no en las mismas condiciones y cantidades que los países subdesarrollados o en vías de desarrollo, en donde se concentran la mayor parte de los pobres del planeta.
Complementa lo expuesto, López (2007), quien señala la pobreza estructural se puede explicar por las llamadas “trampas de la pobreza”, en donde generación tras generación, las familias quedan atrapadas en círculos viciosos de pobreza, con condiciones que se retroalimentan y empeoran su situación en el tiempo. Las “trampas de la pobreza” pueden ser tanto individuales (Trabajo infantil, analfabetismo, capital de trabajo, no aseguramiento, desnutrición, demografía, uso de tierras y criminalidad, entre otros), como regionales (físicas y geográficas, fiscales, ambientales, de baja calificación, y de desplazamiento forzado, entre otras).
Prosigue el referido autor afirmando, a pesar que el enfoque de “las trampas de la pobreza” presenta una visión alternativa a las teorías ortodoxas que discuten la relación entre crecimiento y pobreza, las mencionadas “trampas” son apenas una consecuencia que se deriva de las causas reales de la pobreza estructural. Con esta lógica algunos estados han aumentado exponencialmente su déficit a niveles insostenibles, y con ellos, los programas populistas ó paternalistas hacia los más pobres. El resultado final ha sido un aumento de las ineficiencias y la corrupción del sistema económico y el gobierno; acompañado por un deterioro de la capacidad de agencia de los más “pobres” que comúnmente aumentan sus horas de ocio, identificando el trabajo como una posibilidad que podría tener efectos negativos en su calidad de vida, debido a que le imposibilitaría el seguir recibiendo los favores del estado benefactor.
Complementan lo expuesto Vázquez et al (2014), quienes afirman la pobreza es una problemática que desde la década de los ochenta se ha posicionado en la agenda de las principales organizaciones internacionales como las Naciones Unidas, Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo, Fondo Monetario Internacional, entre otros. Reafirmando que la presencia de pobreza en el 47% de la población mundial a principios de la década de los noventa hizo que se posicionara como el primer Objetivo de Desarrollo del Milenio, dando como resultado programas de desarrollo que tenían su erradicación como fin (Naciones Unidas, 2012). El resultado ha sido parcial pues a pesar de que el porcentaje de personas que padecen pobreza se vio reducido en un 25% en 2010, aún existen más de 1200 millones personas que están en condición de pobreza extrema y uno de cada ocho habitantes sufren hambre en el mundo (Naciones Unidas, 2013).
Precisamente, es en este punto donde el emprendimiento puede contribuir a canalizar esos tiempos de ocio, convirtiendo la inoperatividad en una vida plena de creatividad, para aprovechar las oportunidades de negocio que brinda el ambiente donde se desenvuelven.
Afirmación sustentada en las conclusiones emitidas por el observatorio de emprendimiento de Bogotá, y que aparecen publicadas en su edición número uno del mes de septiembre de 2007, en el documento Entorno para el Emprendimiento en Bogotá y la Región, en donde se asegura que en las políticas locales el emprendimiento se consolida como estrategia para lograr mayor desarrollo económico, fomentar la creación de empresas competitivas y sostenibles, consolidar nuevos proyectos productivos, incrementar las exportaciones, y crear nuevos empleos en condiciones de estabilidad y formalidad, con resultados positivos en la calidad de vida de los habitantes.
De igual forma, Vázquez et al (2014), aseguran que en referencia a lo esbozado anteriormente, debe hablarse de un emprendimiento social, bajo el entendimiento, que las empresas sociales ofrecen una solución sustentable que permite a la comunidad hacer uso de su autonomía, creatividad y solidaridad para afrontar las problemáticas que enfrenta, entre las que se destacan las condiciones de exclusión y marginación en que se ven inmersas. Dicha solución, generalmente, se ve reflejada en el cambio de patrones en el acceso al mercado, el liderazgo y empoderamiento local, y la generación de alianzas intersectoriales.
Por ello, según estos autores, los cambios en estos patrones permiten reducir la exclusión y marginación que dan origen a la pobreza crónica, pues se desarrollan competencias en sus miembros y se fortalece su capital social. Dicha situación fomenta la generación de nuevos emprendimientos sociales, atendiendo a nuevas problemáticas sociales y dando como resultado un mayor bienestar social y una mejora en las condiciones de vida de la comunidad.
Cierra el análisis Berny (2005), quien afirma que existe una estrecha relación entre el desempleo y la pobreza, sobre todo si se toma en cuenta el método oficial que se usa para discriminar entre quien es pobre y quién no. Desde esa perspectiva, para abandonar el problema de la pobreza, al menos estadísticamente, se requiere superar cierto ingreso económico, lo que resulta posible sólo mediante el empleo o el ejercicio de trabajo remunerado. Sin embargo, el encontrar empleo para abandonar la pobreza no resulta tan sencillo si se toma en cuenta que la apertura económica ha exigido a los países en desarrollo el contar con una fuerza laboral capacitada para poder competir exitosamente en los mercados mundiales, además de condiciones “favorables” a las empresas como lo son los bajos costos operacionales.
Este autor no vislumbra en su análisis, que el emprendimiento puede ser esa vía. No obstante, sus planteamientos en marcan una realidad de la cual no escapan los países latinoamericanos.
Este trabajo es de tipo cualitativo, al respecto Badilla (2006), opina que la investigación cualitativa se caracteriza por buscar dimensiones no conocidas o poco conocidas de un hecho social; definición que es coherente entre paradigma y metodología cualitativa. Strauss y Corbin (2002), citados por Robles y Pelekais (2015), entienden como “investigación cualitativa aquella que produce hallazgos a los que no se llega por medio de procedimientos estadísticos u otros medios de cuantificación”.
De igual forma Calderón (2002) afirma, “La investigación cualitativa (IC) ha dejado de ser desde hace ya tiempo una metodología casi exclusiva de disciplinas como la sociología, la psicología o la antropología, constatándose cada vez más su presencia en estudios relacionados con el emprendimiento y calidad de vida”, en otras palabras es una investigación transdisciplinar, por su carácter humanístico y eso le imprime su énfasis como investigación social.
Con enfoque postpositivista, encaminado a un análisis para establecer la verdad de las acciones convenientes a fin de establecer los propósitos dados en la investigación para el incentivo en el emprendimiento, por medio de la realización de actividades académicas que lo fomenten, fue realizada una revisión documental de tipo bibliográfico, para llevar a cabo un análisis de las divergencias de acciones desarrolladas en los planes estratégicos, así como la manera de gestionar el expandir el conocimiento.
De igual forma, fue utilizada la técnica de observación para lograr la recopilación de la información, así como, contrastar las fichas adquiridas. Se observaron aquellos aspectos que tienen concordancias y diferencias entre los mismos, generando un valor de confianza de cada informante, con el fin de generar las reflexiones finales, el método utilizado en el estudio es deductivo por ser un proceso racional en el ser humano que va de lo general a lo particular, donde se deducen varias premisas y llegar a las conclusiones de la investigación.
En la investigación se construye de acuerdo al investigador, el objeto de estudio desde la postura en que somete la realidad del fenómeno, desde el punto de vista epistemológico que delinea la metodología, con un enfoque paradigmático, el cual direcciona el método indicado para construir teorías sustantivas de acuerdo al contenido y temática de estudio soportado por el instrumento de recolección aunado a un análisis con sus respectivas técnicas utilizadas por la ilustración del informante.
Posteriormente, una vez desarrollada la triangulación entre los informantes, las teorías en donde se establecen las reflexiones finales y los aciertos considerados con respecto al análisis establecido por los sujetos que generan la información, se generan los respectivos hallazgos.
Los resultados del trabajo al ser interpretados a través de un análisis, evidencian que el desarrollo del proceso de emprendimiento, visualizado como eje potenciador de la calidad de vida, visto desde la docencia, requiere que sea implementado como eje transversal en la malla curricular de cualquier programa en las facultades e impartir en cualquier asignatura de las diferentes carreras de pregrado, teniendo en cuenta los cambios que se puedan presentar al hacer presencia en las redes de comunicación.
Asimismo, los resultados demuestran que el emprendimiento es otra de las vías para mejorar la calidad de vida, al fortalecer la empleabilidad, potenciando de esta manera la movilidad social, al asegurar recursos que ayudan a incrementarla.
De igual forma, se constató que existe la necesidad de desarrollar competencias emprendedoras en poblaciones de pobreza extrema, a los fines que puedan plantearse un modelo de emprendimiento apropiado y ajustado a su realidad, con elementos de sensibilización, formación y acompañamiento de organismos nacionales e internacionales dedicados a este propósito, con la idea de conseguir la generación de ingresos para disminuir la vulnerabilidad y salir de la pobreza en la que se encuentran inmersos.
El emprendimiento potencia la calidad de vida de las poblaciones en extrema pobreza, fundamentando este aspecto en la triangulación realizada con la teoría revisada, opinión de los informantes clave, así como el criterio del autor, quien asegura que es necesario tener en cuenta los aspectos relacionados con la vulnerabilidad y pobreza en el contexto abordado, en este sentido, las políticas públicas implementadas en materia social se deben constituir en respuestas a estas problemáticas.
De igual forma, se requiere que las políticas en materia de emprendimiento, formuladas por el estado y asumidas tanto por el empresariado como por la población en general, se planifiquen en función de que se conviertan en fuentes de ingresos y mejora de la calidad de vida de sus habitantes, quienes deben participar de forma activa en la generación de ingresos, lo que indudablemente incidirá en el hecho de minimizar las políticas asistencialistas que conllevan a la dependencia económica continua y permanente de los beneficiarios.
A las instancias del gobierno decisorias en materia de políticas públicas, se les recomienda generar instrumentos eficaces para conocer la situación actual de las comunidades que viven en pobreza extrema, a los fines de implementar acciones que contribuyan a incentivar el emprendimiento como elemento potenciador de la calidad de vida. Partiendo de una política social eficaz y eficiente, en la cual se enfatice en las garantías constitucionales y legales que rigen la materia.
En este sentido, se hace necesario revisar el diseño curricular de las diferentes asignaturas impartidas a nivel de los estudios básicos, iniciando con el preescolar, porque allí, están los semilleros de futuros emprendedores, es a partir de la primera infancia cuando estos valores deben internalizarse y arraigarse para que estos futuros profesionales del país entiendan que el futuro puede construirse con trabajo y dedicación. Adicionalmente, aprobar instrumentos legales que obliguen al empresariado a invertir en la formación de emprendedurismos en este tipo de comunidades, de manera que los integrantes de estas poblaciones puedan obtener las herramientas e instrumentos requeridos para iniciar acciones dirigidas a mejorar sus condiciones de vida.
Asimismo, elaborar una base de datos de organismos nacionales e internacionales que promueven y apoyan económicamente el desarrollo de emprendimientos. En este banco de datos, también es importante indicar fechas y lapsos en que pueden presentarse propuestas, así como los requisitos exigidos.
BADILLA L (2006). Fundamentos del paradigma cualitativo en la investigación educativa. Revista de Ciencias del Ejercicio y la Salud Vol. 4, Nº1, 42-51
BERNY, L (2005), Trabajo, pobreza y calidad de vida: El caso de un grupo de cartoneros de la Comuna de Providencia. Santiago. Revista Mad. No.8. Mayo 2003. Departamento de Antropología. Universidad de Chile http://rehue.csociales.uchile.cl/publicaciones/mad/08/paper06.pdf
CALDERÓN, C. (2002). Criterios de calidad en la investigación cualitativa en salud. Rev. Esp. Salud Publica vol.76 N°.5, 473-482
CARRASCO, I., Castaño, M. (2008). El emprendedor Schumpeteriano y el contexto social disponible en:http://www.revistasice.com/cmsrevistasICE/pdfs/ICE_845_121-134__F6565B36FDFD765A932BB8BEEE9AAB41.pdf
Consejo Nacional de Política Económica y Social. (2009) CONPES 3616 Septiembre.
DUARTE,T. RUT, M. (2009) Emprendimiento, una opción para el desarrollo. Disponible en: http://www.redalyc.org/html/849/84917310058/
ESCOBAR, A. (2013). La influencia de le familia en el emprendimiento empresarial - el caso de tres pymes de los sectores comercial y de servicios de la ciudad de Sincelejo-. Revista Pensamiento Gerencial, [S.l.], n. 1, sep. 2013. Disponible en: <http://revistas.unisucre.edu.co/index.php/rpg/article/view/86/97>. Fecha de acceso: 04 july 2017
GÁMEZ, J. (2009). Aproximación a los modelos de emprendimiento. Management, ISSN 0122-6681, Vol. XVIII, n.° 31, enero-junio 2009, p. 153-170. Universidad de San Buenaventura, Bogotá, D.C.
GERENCIE. (2011). Emprendimiento. Disponible en http://www.gerencie.com/ emprendimiento.html. Consultado el 20/11/16.
GONZÁLEZ, J (2006), Hacia una cultura de emprendimiento productivo en comunidad. Revista Guillermo de Ockham. Vol. 4 No. 2. Colombia
HISRICH, R; PETERS, M; SHEPHERD, D. (2005). Entrepreneurship. Emprendedores. 6ta edición. Editorial Mc Graw Hill. España.
JIMÉNEZ, W; GONZALEZ, J (2014). Calidad de vida urbana: una propuesta para su evaluación. Revista de estudios sociales. P.p 159/175. Disponible en: https://res.uniandes.edu.co/view.php/917/index.php?id=917.
KANTIS, H. (2004). Desarrollo emprendedor. América latina y la experiencia internacional.
LEIVA, J.C. (2009). Los emprendedores y la creación de empresas. Editorial Tecnológica de Costa Rica. Costa Rica.
LEÓN, F (2011). Pobreza, vulnerabilidad y calidad de vida en América Latina. Retos para la bioética. Acta Bioethica; 17(1): 19-29
LÓPEZ, J (2007). La pobreza y su relación con el desarrollo social, el crecimiento económico y el empleo: nuevas hipótesis teóricas e implicaciones prácticas. Disponible en: http://www.banrep.gov.co/sites/default/files/eventos/archivos/Teorias-Pobeza_0.pdf. Consultado julio 2017.
ORREGO, C. (2009). Fenomenología y Emprendimiento. Revista Pensamiento & Gestión, p. 26. Barranquilla. Ed.: Uninorte.
PEREZ, V (2011) Emprendimiento empresarial en población vulnerable y/o pobre como política social. Trabajo de grado Pontificia Universidad Javeriana. Colombia.
QUINTERO, A. y SÁNCHEZ, I. (2005). El emprendimiento empresarial: una mirada desde la historia para conocer su origen y evolución. Universidad Sur colombiana. Grupo de Investigaciones Pymes. Colombia
ROBLES, A; PELEKAIS, C (2015) Emprendimiento y gerencia de los procesos organizativos. Editorial Académica Española. Madrid
ROBBINS, S. (2008). Fundamentos de comportamiento organizacional. Quinta Edición. México.
URBANO, D y TOLEDANO, N. (2011). Invitación al emprendimiento: Una aproximación a la Creación de empresas. Editorial UOC. Barcelona. España.
VÁSQUEZ (2015). El emprendimiento Empresarial. La importancia de ser emprendedor. (Spanish Edition) (Spanish). EE.UU.
VAZQUEZ, M. PORTALES, L (2014). La empresa social como detonadora de calidad de vida y desarrollo sustentable en comunidades rurales. Revista Pensamiento y gestión No. 37. Disponible en: DOI: http://dx.doi.org/10.14482/pege.37.7028.
1. Doctor en Ciencias Gerenciales. Universidad Privada Rafael Belloso Chacín. Especialista en Economía Empresarial, universidad del Norte. Docente tiempo completo de la Institución Universitaria ITSA. Correo electrónico: fsfsuarez866@gmail.com
2. Instrumentos de participación estratégica participativa que orientan la gestión de los procesos desarrollados en una institución educativa