Vol. 38 (Nº 47) Año 2017. Pág. 20
Marcos Roberto Pires GREGOLIN 1; Graciela Caroline GREGOLIN 2;, Marcel Moreira BRITO 3; Heros TARGANSKI 4; Giovana RIVA 5; Luciana Oliveira de FARIÑA 6
Recibido: 27/05/2017 • Aprobado: 28/06/2017
RESUMEN: Esta investigación tuvo como objetivo conocer el perfil de las agroindústrias familiares de los municípios de Marmeleiro, Nova Aurora, Toledo (PR) y Concórdia (SC). La investigación ha sido quali-quantitativa se dió por intermedio de entrevistas semi-estructuradas aplicadas junto a 22 agroindustrias familiares. Se constató una gran diversidad de productos y también que el PRONAF ha sido un importante apoyo en la implantación y consolidación de dichos emprendimientos, considerando que 68,2% de los propietarios se beneficiaron de esta política pública. |
ABSTRACT: The aim of this study was to investigate the familiar agro industries profile of the municipalities of Marmeleiro, Nova Aurora , Toledo (PR) e Concórdia (SC). The investigation was quali-quantitative by semi-structured survey with 22 familiar agro industries. The dates showed that in the agro industries there were a big variety of products and also the PRONAF Program was an important support for their deployment and consolidation, given that 68,2% of the agro industries owners benefited from this public policy. |
La agricultura brasilera es el resultado de un proceso histórico el cual fue caracterizado por las regalías concedidas a grandes agricultores y la debilidad de las políticas públicas centradas en la pequeña producción (SILVA, 2012). Sumado a esto, el proceso de modernización de la agricultura proporcionó el aumento de la productividad, sin embargo tal aumento estaba más presente en las propiedades mayores y con relieve favorable, situación esta que privó las pequeñas propiedades de los beneficios de la modernización, principalmente para aquellas en las cuales el tamaño y disponibilidad de capital no permitirán acompañar los avances tecnológicos que se tornaran necesarios en las actividades agropecuarias, generando consecuencias negativas para las pequeñas propiedades, favoreciendo el aumento del costo de la producción, el éxodo rural y la concentración de la tierra (WESZ JUNIOR; TRENTIN; FILIPPI, 2009; DE CARLI, 2013; GLIESSMANN, 2009).
En las últimas décadas las propiedades rurales están dedicándose de manera prioritaria a la producción de comodities, siguiendo una visión productivista. Esta práctica está mostrándose inviable para la estructura social de las propiedades rurales familiares, pues tienen resultado en la reducción de los activos rurales que se utiliza de la mano de obra familiar. Con el objetivo de cambiar eso y dar una nueva orientación al desarrollo de la agricultura familiar, nuevas alternativas están siendo revigorizadas con la ambición de atribuir a la zona rural mayor diversidad de valores y funciones (WESZ JUNIOR; TRENTIN; FILIPPI, 2006).
El último Censo Agropecuario, en el año de 2006, apunta que en Brasil existen más de 4,3 millones de propiedades que practican la agricultura familiar, las cuales son responsables por 87% de la producción nacional de yuca, 70% de la producción de poroto, 46% de maíz, siendo que detienen 59% del plantel de porcinos, y 50% de la producción de aves (FRANÇA; DEL GROSSI; MARQUES, 2009). Estos datos traducen la importancia de la agricultura familiar para la economía y para la seguridad alimentaria en Brasil.
Delante de eso, se busca un modelo de desarrollo que valorice la producción familiar y su diversidad, en equilibrio con las dimensiones sociales, económica y ambiental (SILVA, 2012), o sea, el desarrollo rural sostenible. En este sentido, se tiene privilegiado al fortalecimiento de actividades que generan renta para las familias, en relación con la cultura local y el ambiente (WESZ JUNIOR, TRENTIN Y FILIPPI, 2009). Una de las maneras de aumentarse la renta de las familias rurales es la incorporación de valor a los productos de la agricultura familiar, por medio de la agro industrialización de alimentos.
Es posible encontrar diversas denominaciones para la agroindustria familiar, tales como: “pequeña agroindustria”, “pequeño establecimiento de industrialización de alimentos”, “agroindustria de pequeño porte”, “agroindustria casera” y “agroindustria artesanal”. No obstante, independientemente de la nomenclatura utilizada, todas las denominaciones objetivan potencializar un saber social construido a través de generaciones, en la cual el procesamiento artesanal de los productos agropecuarios carga en el centro la historia y la cultura de los primeros inmigrantes (DIESEL et al., 2005).
Para la agricultura familiar, la incorporación de valor de sus productos contribuye para la preservación de las costumbres y hábitos de las unidades domésticas, fomenta las bases de la autosuficiencia de productos in natura, procesados y garantiza la soberanía alimentaria (WESZ JUNIOR; TRENTIN, 2004).
De este modo, se entiende que para las pequeñas propiedades rurales la incorporación de valor a sus productos por medio de la agro industrialización es también una alternativa para su sustentabilidad. Sin embargo, la implantación de la agroindustria familiar demanda inversiones, pero en numerosos casos, el productor rural no detiene los recursos necesarios, por lo tanto hay necesidad de recorrer a préstamos bancarios, lo que puede ser un obstáculo para la expansión de las agroindustrias familiares. Con todo, observa Buainain et al. (2002) que la agricultura familiar enfrenta restricciones de acceso a los mercados en general, y no apenas al crédito, al paso que para Bittencourt (2002) gran parcela de los agricultores familiares brasileños no está preparada para ocupar mercados exigentes, que requieren productos de calidad y normas constantes de producción.
Teniendo en cuenta las limitaciones que todavía afligen a los productores y la necesidad de apoyar efectivamente la agricultura familiar, fueron creadas en el Brasil diversas políticas públicas, tales como el Programa Nacional de Fortalecimiento de la Agricultura Familiar - PRONAF, el Programa de Adquisición de Alimentos - PAA y el Programa Nacional de Alimentación Escolar – PNAE. En ese sentido, Bittencourt (2002) afirma que es necesario estimular la participación de los agricultores familiares en las políticas públicas, garantizándoles acceso a la tierra y al préstamo, condiciones y tecnologías para la producción y para el manejo sostenible de sus establecimientos, más allá de garantías para la comercialización de sus productos, agrícolas o no.
Wesz Junior, Trentin y Filippi (2006) discurren que se tornó nada excepcional asegurar que la viabilidad de la agricultura familiar ocurrirá fundamentalmente por medio de la agroindustrialización e incorporación de valor. Sin embargo son raros los estudios que abordan con clareza y precisión la importancia y la diversidad de los emprendimientos de la agroindustria familiar a nivel nacional.
Considerando las cuestiones discutidas, este estudio se propuso caracterizar el perfil de la agroindustria familiar en los municipios de Marmeleiro (PR), Nova Aurora (PR), Toledo (PR) y Concórdia (SC) con la finalidad de subsidiar futuras políticas públicas de apoyo de esa actividad junto a los municipios involucrados en la investigación.
La investigación realizada puede ser caracterizada como un estudio descriptivo. Según Gil (2008) estudios de ese orden pretenden fundamentalmente la descripción de las características de determinado grupo o fenómeno. De este modo, teniendo en vista su carácter cualitativo y cuantitativo y la pretensión de aproximar el investigador a la realidad de las agroindustrias familiares analizadas, tal estudio puede todavía ser clasificado como exploratorio.
[...] son investigaciones de búsqueda empírica cuyo objetivo es [...] aumentar la familiaridad del investigador con un ambiente, hecho o fenómeno [...].Se obtiene frecuentemente descripciones tanto cuantitativas cuanto cualitativas del objeto de estudio, y el investigador debe conceptuar las inter-relaciones entre las propiedades del fenómeno, hecho o ambiente observado (LAKATOS; MARCONI, 2003, p. 188).
Más allá de eso, se resalta que la relación entre cuantitativo y cualitativo, de alguna u otra manera puede ser considerada una oposición contradictoria, en contrapartida, conforme atestigua Minayo y Sanches (1993),
[...] es de desearse que las relaciones sociales puedan ser analizadas en sus aspectos más “ecológicos” y “concretos”, y profundizar en sus significados más esenciales. Así, el estudio cuantitativo puede generar cuestiones para ser profundizadas cualitativamente, y vice versa (MINAYO; SANCHES, 1993, p. 247).
Cabe resaltar que, las investigaciones descriptivas en conjunto con las exploratorias, normalmente, son realizadas por “investigadores sociales preocupados con la actuación práctica” (GIL, 2008) tal como ocurrió en el presente estudio, lo que por su vez justifica la utilización de ambas técnicas de investigación.
Para que los objetivos propuestos en este artículo pudiesen ser cumplidos, la investigación fue desenrollada a partir del levantamiento de datos primarios junto a las agroindustrias familiares en los municipios de Marmeleiro, Nova Aurora y Toledo (Paraná) y Concórdia (Santa Catarina).
El municipio de Marmeleiro se sitúa en el Suroeste de Paraná, los municipios de Toledo y de Nova Aurora se localizan en el Oeste de Paraná, en cuanto el municipio de Concórdia se sitúa en la región Oeste de Santa Catarina. La población de estos es 13.900, 11.866, 119.313 y 68.621 habitantes, respectivamente (IBGE, 2010). La población residente en el área rural era de 36,52% en Marmeleiro, 23,82% en Nova Aurora, 9,26% en Toledo y 20,05% en Concórdia (IBGE, 2010). Más allá de eso, en relación al número de establecimientos de la agricultura familiar por municipio se observó en Marmeleiro 1.215, Nova Aurora 1.164, Toledo 2.516 y Concórdia, 2.273 establecimientos (IBGE, 2015). En lo que se refiere al IDHM el municipio de Marmeleiro posee 0,753, Nova Aurora 0,733, Toledo 0,768, todos considerados altos, y Concórdia presenta 0,800, lo que es considerado muy alto en la clasificación del Programa de las Naciones Unidas para el Desenvolvimiento (PNUD, 2010; Atlas del Desenvolvimiento Humano del Brasil, 2014).
Fueron aplicados cuestionarios semi estructurados junto a 22 agroindustrias familiares, entre los meses de agosto y octubre de 2014. La elección de esas regiones fue por la representatividad de la agroindustrialización en la economía local, bien como de la heterogeneidad de las actividades. La elección de los productores entrevistados ocurrió de forma aleatoria y por conveniencia, a partir de listas de contactos obtenidas junto a instituciones de referencia, como EMATER-PR (Instituto de Asistencia Técnica y Extensión Rural del Paraná) y ADEOP (Agencia de Desarrollo Regional del Extremo Oeste de Paraná). Todas las entrevistas fueron conducidas in loco por alumnos de pos-graduación debidamente capacitados.
Los datos colectados fueron tablados y tratados estadísticamente con uso del software Statistical Package for Social Science - SPSS. En una primera etapa, el análisis de los datos se dio a partir de la selección de un conjunto de variables que caracterizan las agroindustrias, las cuales envolverían los aspectos generales, la producción, los productos, el mercado consumidor, la generación de residuos y las principales dificultades encontradas por el agricultor. En la etapa siguiente, fue empleado un análisis de frecuencia con recurso de tablas y gráficos, y tabulación cruzada (crosstabs).
La investigación fue realizada entre los meses de octubre y noviembre de 2014 y de acuerdo con los datos presentados en la Tabla 1, se observó que apenas 31,8% de las agroindustrias entrevistadas poseían unidad de producción localizada en el perímetro urbano, por lo tanto, la mayoría de los emprendimientos (68,2%) analizados fue caracterizada como agroindustrias familiares rurales, mostrando una tendencia en el aumento del número de agroindustrias en ese medio. Ruiz et al. (2014) constató que en Londrina-PR, en el año de 1997, apenas 27,0% de las agroindustrias estaban instaladas en el campo y en 2002 subió para 66,6%. El apoyo de las políticas públicas para los productores rurales, como acceso al préstamo y la concepción de que la agroindustrialización es una gran oportunidad para los pequeños productores, puede tener auxilio en esa expansión referenciada por el autor y supremacía rural constatada en el estudio.
Según lo entendido por Mior (2005) “la agroindustria familiar rural es una forma de organización en que la familia rural produce, procesa y/o transforma parte de su producción agrícola y/o pecuaria, validando, sobre todo, la producción de valor de cambio que se realiza en la comercialización”. Más allá de eso, Mior (2005) discute todavía que la agroindustrialización de alimentos por los agricultores familiares no es ninguna innovación. Entretanto, la producción que antes se limitaba a la cocina de las agricultoras y se destinaba principalmente para el autoconsumo, hoy es valorizada y representa un significativo incremento en la renta de innúmeras familias en el campo.
Con relación al tiempo de funcionamiento de los emprendimientos, se nota que el mayor porcentaje de agroindustrias tuvo inicio a más de 7 años. Eso indica que gran parte de las agroindustrias analizadas ya superó las dificultades de inicio de la actividad, y consecuentemente poseían un nivel de competitividad suficiente frente a los concurrentes para mantenerse en el mercado. Otro porcentual elevado de agroindustrias (31,8%) se concentraba en la franja de 3 a 5 años de existencia y apenas 18,1% de los emprendimientos poseían menos que 3 años de funcionamiento.
Se comprende que, a partir de la implantación de la agroindustria el agricultor familiar asumió, más allá de la producción de la materia prima, también la industrialización de su propia producción agropecuaria, que a su vez le permite actuar en la primera y en la segunda etapa de la cadena productiva (PREZOTTO, 2002a). De este modo, y de acuerdo al entendimiento de Fernandes Filho y Campos (2003) la agroindustrialización estimula tanto la actividad agrícola como las no agrícolas (procesamiento e industrialización).
En el momento en que se discute un nuevo papel para el medio rural, no más local apenas de actividades exclusivamente agrícolas, pero de pluriactividad, el modelo de agroindustrialización descentralizado de pequeño porte, de característica familiar, es visto como una de las alternativas capaces de impulsar una distribución de renta más equitativa (PREZOTTO, 2002a, p. 138).
Se cuestionó a los productores sobre la fuente de recursos financieros que soportó la inversión necesaria para el inicio del emprendimiento, y se constató que 81% recurrieron a las líneas de financiación, siendo que en 68,2% el Programa Nacional de Desarrollo de la Agricultura Familiar - PRONAF fue la principal fuente de recursos utilizada, mientras que 18,2% de los agricultores poseían recursos propios suficientes para la implantación de la agroindustria.
Tales informaciones despiertan una visión optimista, pues, por más que los agricultores familiares tengan dificultad en poseer capital propio para la inversión, las líneas de crédito colaboraran con vehemencia en el caso estudiado. Corrobora la afirmación de que el escenario se encuentra en constante modificación del resultado presentado por Azevedo et al. (2000) donde apenas 31,8% de los agricultores investigados tuvieron acceso al préstamo, y un porcentual de 50% no poseían cuenta bancaria.
El PRONAF, que pasó por modificaciones desde su implementación en la década del 90 hasta el presente, es el marco referencial en el Brasil de acciones públicas para incentivar a los agricultores familiares que hasta entonces eran marginalizados y desfavorecidos (SCHNEIDER; MATTEI; CAZELLA, 2004). Esta política pública tiene como objetivo fortalecer la capacidad productiva de la agricultura familiar, contribuir para la generación de empleo y renta en las áreas rurales, proporcionar la calidad de vida a los productores, así como promover el desarrollo rural sostenible, por medio de apoyo técnico y financiero a los agricultores familiares.
Cabe resaltar que, a lo largo de su historia, el PRONAF fue reformulándose y amplió el importe de recursos invertidos, así como el número de agricultores beneficiados. Más allá de eso, se incorporó al programa, el apoyo a las actividades de carácter no exclusivamente agrícola, así como la agroindustrialización. Ese nuevo segmento, fue insertado en el año de 1998, denominado PRONAF-Agregar y en el año 2003 pasó a denominarse PRONAF-Agroindustria (WESZ JUNIOR, 2010).
Todas las agroindustrias evaluadas poseían carácter familiar, con todo, en 9,1% de ellas se constató la presencia de mano de obra externa, situación esta que no les caracteriza, una vez que en Ley 11.326 (BRASIL, 2006) se recomienda que la agroindustria familiar debe tener la predominancia de mano de obra familiar y no la exclusividad. Característica muy semejante fue revelada por Azevedo et al. (2000) en agroindustrias familiares en el Oeste de Paraná, donde 8,7% de las unidades poseían funcionarios registrados. El bajo porcentual de agroindustrias que dependen de mano de obra externa puede ser el resultado de dos situaciones, primeramente la capacidad de este sistema productivo de absorber la mano de obra familiar, que en otras situaciones podría estar desocupada, o la manera en que los agricultores y sus familias se organizan para depender el mínimo posible de la mano de obra externa, evitando la evasión de los recursos pagos para trabajadores externos.
Se entiende que la creación de las agroindustrias en el medio rural, con administración ejecutada por los agricultores, sufre influencia de diversos factores, tanto positivos como negativos. Así siendo, el éxito de estos establecimientos depende de las condiciones socioeconómicas de la familia, bien como del medio en que ella se inserta, y especialmente de iniciativas emprendedoras de los agricultores (WESZ JUNIOR; TRENTIN; FILIPPI, 2006).
Tabla 1. Características de las agroindustrias analizadas.
|
Factores |
N |
Porcentajes |
Localización de la agroindustria |
Rural |
15 |
68,2 |
Urbana |
7 |
31,8 |
|
Tiempo de Funcionamiento |
Menos de 1 año |
1 |
4,5 |
1 a 2 años |
1 |
4,5 |
|
2 a 3 años |
2 |
9,1 |
|
3 a 5 años |
7 |
31,8 |
|
5 a 7 años |
1 |
4,5 |
|
Más que 7 anos |
10 |
45,5 |
|
Fuente del recurso para inicio de la actividad |
Recursos propios |
4 |
18,2 |
Línea de préstamo bancario |
3 |
13,6 |
|
PRONAF |
15 |
68,2 |
|
Mano de obra utilizada |
Exclusivamente familiar |
20 |
90,9 |
No exclusivamente familiar |
2 |
9,1 |
|
Tipos de productos |
Origen animal |
5 |
22,7 |
Origen vegetal |
9 |
40,9 |
|
Panificación |
7 |
31,8 |
|
Origen animal y vegetal |
1 |
4,5 |
Fuente: Investigación de Campo (2014)
Concluyendo el análisis de la Tabla 1, con relación al tipo de productos, se puede clasificar las agroindustrias evaluadas en cuatros grupos, siendo estos de: origen vegetal; origen animal; panificados y mixta. Así, la mayor porción de los emprendimientos (40,9%) trabajaba con productos de origen vegetal, siendo que esa condición ya era esperada, pues la legislación es más flexible y menos rigurosa cuando comparada a la legislación direccionada a la manipulación de productos de origen animal, donde apenas 22,7% de las agroindustrias estaban insertadas. El área de panificación englobó 31,8% de los emprendimientos, pudiendo ser sumada a los productos de origen vegetal, en lo que se refiere a la flexibilidad de la legislación, resultando en un porcentaje de 72,7% de las agroindustrias en los segmentos cuya regulación depende básicamente de la vigilancia sanitaria de los municipios. Por fin, apenas 4,5% de las agroindustrias trabajaban con productos de origen animal y vegetal.
Teniendo por base la pormenorización de la producción de las agroindustrias, se nota, conforme la Figura 1, que en estos cuatro grupos se producía una amplia variedad de agro productos, desde los más simples, como huevos y galletas, poco exigentes en lo que se refiere a la maquinaria y complejidad de procesos, hasta productos más elaborados, los cuales exigían más equipamientos, tales como los derivados de carnes, lácteos y la “cachaça” de caña.
Figura 1. Principales productos de las agroindustrias.
Fuente: Investigación de Campo (2014).
La producción de “galletas” y de “panes” fueron los tipos de más frecuentes entre los emprendimientos analizados, correspondiendo a 11,7% del total de productos cada. Posteriormente está la producción de “masas”, “derivados de mandioca” y “cucas”, con 9,8% cada, seguida de la producción de “huevos” con 7,8% y “derivados de maíz” con 5,8%.
La Figura 1 demuestra que el universo de las agroindustrias investigado es diverso, y esta diversidad no es exclusiva de esta muestra, pues se resalta que el sur del Brasil es la región con mayor diversidad de productos de la agroindustria familiar rural (FERNANDES FILHO; CAMPOS, 2003). Además, Wesz Junior et al. (2009) deducen que las regiones brasileras donde más se concentran agroindustrias son el norte de Rio Grande do Sul, el oeste de Santa Catarina y el Sudoeste de Paraná, considerando que las agroindustrias, comúnmente, son implantadas en localidades donde predomina la agricultura familiar, así como en región es donde el mercado de trabajo exclusivamente no agrícola inter-sectorial es precario o casi nulo. En este aspecto, para Vieira (1998), independiente de los incentivos externos los agricultores tienen dos importantes estímulos para desenrollar el trabajo de industrialización en el campo: el aprovechamiento del excedente de la producción, lo cual no atiende a los padrones de calidad para la comercialización y la posibilidad de incorporación de valor a su producción.
Así, la agroindustria familiar se constituye en una importante herramienta para el medio rural, primero porque contribuye, y mucho, para un desarrollo sostenible de los actores con ella envuelta. Y segundo, por encajarse perfectamente en innúmeras realidades pudiendo, de esa forma, contribuir para los territorios de forma multidimensional y diversificada. Más allá de poder crear varias identidades, no quedando dependiente apenas de un sector agropecuario o, hasta mismo, de una monocultura como es el caso de muchas regiones (WESZ JUNIOR; TRENTIN; FILIPPI, 2006).
En lo que dice respecto a los canales de comercialización de los productos de las agroindustrias investigadas, de acuerdo con la Figura 2, se observó que la vía de comercialización más frecuente son los mercados y cooperativas locales (35,56%), o sea, las agroindustrias comercializan sus productos o de manera individual en el mercado consumidor local, venta al por menor, o mayorista, o comercialización vía cooperativas en los mismos locales.
Figura 2.
Principales canales de comercialización de los productos
Fuente: Investigación de Campo (2014).
Se verificó todavía que la entrega de productos para programas institucionales de comercialización, especialmente el PAA y el PNAE, representarán 24,44% de los mercados alcanzados. También es claro que 11 agroindustrias (50% da muestra) entregan productos e dependen de esos programas para lograr mejores ingresos. Aliadas al PRONAF, tales políticas públicas fueron creadas para apoyar la comercialización de los productos de la agricultura familiar, posibilitar mayor estabilidad a la actividad agrícola, garantizando la ocupación y renta al productor en su propio local, incentivando la permanencia y la inclusión social en el campo y proporcionando mejores condiciones de vida al agricultor (BRASIL, 2009). El PAA, su objetivo es adquirir productos de la agricultura familiar dispensado el proceso licitatorio y estableciendo precios a los productos con referencia regional, y el PNAE, a partir de la homologación de la Ley 11.947/2009 exige que 30% de los recursos repasados por el gobierno federal, sea destinado a la adquisición de productos oriundos de la agricultura familiar. Tales programas garantizan a los agricultores familiares la venta de su producción, y sumado a eso la seguridad y soberanía alimentaria y nutricional de la población atendida (BELIK; DOMENE, 2012).
La comercialización en ferias locales de agricultores representó un total de 22,22% de las vías de comercialización. Para Ribeiro et al. (2005) las ferias libres son canales de comercialización de productos de la agricultura familiar que raramente reciben apoyo de políticas públicas específicas o son objetos de programas de desarrollo rural. Cuando presentes, los programas están marcados por un fuerte carácter productivista, dejando en segundo plano el análisis de las categorías sociológicas envueltas en la actividad. Todavía según el entendimiento de Ribeiro et al., (2005), tal hecho expone la invisibilidad económica de las actividades locales y cierta marginalización de la Agricultura Familiar en los programas de desarrollo de los municipios.
Con relación a la venta a domicilio la investigación reveló que 11,11% de las vías de comercialización se destinan a esta práctica y que la comercialización en el propio local de producción representa 4,44%. En lo que se refiere a la comercialización en el lócus de producción, se puede afirmar que la misma se impulsa a medida en que el consumidor es incentivado a visitar la propiedad, por medio de intercambios entre consumidor-productor, típico de los movimientos de economía solidaria (MANCE, 2003), y también por medio del turismo rural, gran oportunidad para la generación de renta en la agricultura familiar.
Para Sonnino (2007), las motivaciones que guían los actores para la compra o venta a domicilio pueden estar conectadas a las características de los productos que relacionan la cultura, geografía y ecología. Por otro lado, la comunicación con el agricultor ofrece una oportunidad a los consumidores de obtener conocimientos sobre cómo es desenvuelta la producción. Esta característica es uno de los aspectos valorizados por los clientes. (MARSDEN; BANKS; BRISTOW, 2003). Para Sage (2003), los productores rurales están comercializando directamente con los clientes debido a un equilibrio entre la viabilidad económica y los intereses sociales que están enraizados en esas formas.
Para la caracterización de las agroindustrias con relación a la comercialización, fue también observado el nivel de cobertura del mercado consumidor. Como presentado en la Tabla 2, la mayoría (59,1%) de las agroindustrias poseían comercialización apenas de nivel municipal, como ferias, mercados y hasta mismo a domicilio. Agroindustrias que ampliarán el horizonte de comercialización para más allá de la región a la cual pertenecen, sumaron 36,4%, y apenas 4,5% daban salida a la producción para otras regiones del estado. Se nota el aumento de la busca por mercados más distantes e integrales por las agroindustrias familiares estudiadas, pues en el estudio de las agroindustrias de Londrina-PR, Ruiz et al. (2014) concluyó que los mercados de los emprendimientos eran básicamente locales.
Muchas veces esa comercialización es dificultada por la legislación sanitaria, que no está adaptada a la realidad de los agricultores familiares e de su producción agroindustrial. Actualmente esa realidad se está cambiando pues hay nuevos ajustes en las legislaciones que pueden facilitar el acceso a los mercados de consumo en otras regiones del Brasil.
En concreto se destaca la reciente publicación del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento, Instrucción Normativa nº 05 de 14 de febrero de 2017, que facilita las normas de inspección sanitaria para pequeñas agroindustrias de leche, miel y huevos. Esta flexibilidad no dispensa atención a las normas sanitarias que garantiza la seguridad alimentaria, pero facilita el proceso, considerando que la legislación y las normas anteriores fueron dirigidas a grandes agroindustrias, realidad muy lejana de la agricultura familiar brasileña. También es necesario hacer referencia a la Resolución nº04/2017 publicada por la Secretaría de Estado de Salud de Paraná, que establece normas para la regularización de las agroindustrias dedicadas a la producción de alimentos para el consumo humano. Como puntos fuertes de esta resolución se destaca la permisión para que el agricultor utilice un espacio dentro de su propia residencia para manipular alimentos mediante la instalación de barrera física o técnica, de acuerdo con lo establecido por el sector responsable de la localidad. Además también permite que los productores puedan hacer el uso de materias primas de origen animal no procesadas que sean producidas en su propiedad sólo si los animales poseen certificado de salud expedido por el organismo competente.
Para comprender mejor los resultados con relación a la cobertura de comercialización, se realizó el cruzamiento de ésta información con otras que puedan ser consideradas como obstáculos en la búsqueda de nuevos y más exigentes mercados, conforme es presentado en la Tabla 2.
Tabla 2. Características de las agroindustrias con relación a la comercialización
Comercialización de los productos |
|
RT¹ |
RS² |
MP³ |
EPRI4 |
|||||
|
Nº |
% |
Sí |
No |
Sí |
No |
Sí |
No |
Sí |
No |
Municipal |
13 |
59,1 |
0 |
100 |
15,4 |
84,6 |
92,3 |
7,7 |
84,6 |
15,4 |
Regional |
8 |
36,4 |
25 |
75 |
12,5 |
87,5 |
100 |
0 |
100 |
0 |
Estatal |
1 |
4,5 |
0 |
100 |
0 |
100 |
100 |
0 |
100 |
0 |
Total |
22 |
100 |
¹ Responsable técnico, ² Razón social, ³ Marca propia, 4 Embalaje padrón e identificación del producto.
Fuente: Investigación de Campo (2014)
Se constató que apenas 25% de las agroindustrias insertadas en el mercado regional, o sea, sólo dos de toda la muestra, poseían “responsable técnico”. Sin embargo, en cuanto a la producción de alimentos de origen animal, como la miel, huevos, leche, carne y derivados, se infiere que la legislación brasileña regula la necesidad de un profesional que actúe como “responsable técnico” en la agroindustria. Basado en la intersección de la información de la Tabla 1 con la Tabla 2 se observa que cuatro agroindustrias que procesan los alimentos de origen animal se encuentran en una situación que no cumplen con la legislación brasileña. Acerca de los productos vegetales beneficiados en las agroindustrias estudiadas (de acuerdo con la Figura 1), se concluye que la gran mayoría de los establecimientos exime al trabajo de un técnico responsable, a excepción de los establecimientos que realizan la producción de jugos y “cachaça” de caña y éstos por el momento, no cumplen con lo establecido en la legislación.
En lo que se refiere a la “razón social”, que consiste en el registro legal que la agroindustria utiliza para ejercer su actividad, pocos emprendimientos la detenían, totalizando 15,4% para las agroindustrias de inclusión municipal y 12,5% de la regional. La agroindustria de inclusión estatal también no poseía razón social, resultado este que sorprende y no condice con las exigencias comúnmente ejercidas en el mercado.
Con relación a la “marca propia” los resultados son más interesantes, pues que todos los emprendimientos que incluyen al mercado regional y estadual presentaban marca propia en sus productos, e apenas 7,7% de las que actúan en el mercado municipal no poseían la marca propia. La utilización de marca propia genera ventajas competitivas para la agroindustria, pues sus productos pueden ser identificados con más facilidad por los consumidores, y para estos es una característica que auxilia en la elección del producto, pues este conociendo y confiando en la marca va a tornarse un consumidor fidelizado.
En el aspecto ambiental, los emprendimientos analizados fueron cuestionados en cuanto a la producción y destinación de los residuos del proceso de la agroindustria. Como demostrado en la Tabla 3, 31,8% de las agroindustrias relataron no producir residuos en el proceso de agroindustrialización, y para las otras, los principales residuos generados son los embalajes, representando 22,7%, seguido de los restos orgánicos los cuales eran el segundo tipo de residuo más producido, representando 18,2%.
Tabla 3
Caracterización de los residuos generados por las agroindustrias.
Tipo de Residuo |
Embalajes |
Huesos |
Caña de azúcar |
Restos orgánicos |
Embalajes y Restos |
Huesos y restos Orgánicos |
No produce residuo |
Total |
Numero |
5 |
1 |
2 |
4 |
2 |
1 |
7 |
22 |
Porcentaje |
22,7 |
4,5 |
9,1 |
18,2 |
9,1 |
4,5 |
31,8 |
100,00 |
Fuente: Investigación de Campo (2014)
Se analizó cual es el destino de los residuos generados por las agroindustrias, presentado en la Tabla 4. Los principales destinos encontrados fueron la utilización de los restos en la fabricación de otros productos (18,2%) y también en la producción de compostaje y fertilizantes orgánicos (18,2%). Según Gliessmann (2009), el proceso de compostaje y su utilización en la agropecuaria es de suma importancia para la manutención y recuperación de los agroecosistemas, y, por lo tanto, también agrega valor al producto. La reciclaje y la colecta de basura común también aparecen como destinos recurrentes de los residuos de la agroindustria familiar, cada uno obtuve un porcentaje de 13,6% en la muestra. El primero destino puede ser considerado como adecuado, sin embargo el secundo no tanto, teniendo en cuenta que la recogida de los residuos generales no valora la separación y la disposición adecuada de los residuos producidos.
Tabla 4. Destino de los residuos generados por las agroindustrias
Destino |
CBC* |
POP* |
CyF* |
REC* |
AA* |
NPR* |
TOTAL |
Numero |
3 |
4 |
4 |
3 |
1 |
7 |
22 |
Porcentaje |
13,6 |
18,2 |
18,2 |
13,6 |
4,5 |
31,8 |
100,0 |
* Colecta de basura común - Producción de otro producto - Compostajes y fertilizantes -
Reciclaje - Alimentación animal - No produce residuo
Fuente: Investigación de Campo (2014)
El reciclaje era el destino de los residuos de 13,6% de las agroindustrias estudiadas, al paso que, el mismo porcentaje era destinado para la colecta de basura común, que podría ser reciclado en momento posterior. Y por fin, apenas 4,5% de los emprendimientos utilizaban las sobras directamente para la alimentación en la producción animal.
De acuerdo con los datos presentados en la Figura 3, la falta de mano de obra es la dificultad más frecuente entre las agroindustrias, representando 25,81% de las respuestas. Esta limitación puede ser considerada un problema para el aumento del volumen de materia prima procesada en las agroindustrias.
Según Prezotto (2002) la implantación de la agroindustria demanda del agricultor la actuación en diversos sectores de la cadena productiva, pues más allá de estar envuelto con la producción, es la mano de obra personal y de sus familiares como responsables por la industrialización de los productos. Las familias buscan, con la implantación de una agroindustria, una forma de obtener renta adicional para mejorar su calidad de vida. Pero por otro lado, se cree que algunos de los motivos que llevan algunas agroindustrias a cerrar, serian la falta de mano de obra para realizar el procesamiento de los alimentos en escala que viabilice la sobrevivencia de la unidad.
Figura 3. Principales problemas en las Agroindustrias. Fuente: Investigación de Campo (2014)
Coincidiendo sobre las dificultades encontradas en las agroindustrias estudiadas, se constató que en lo que se refiere a la disponibilidad de materia prima, procesos de producción y gestión financiera, cada uno de los factores alcanzó el porcentual de 19,35%. Según Prezotto (2002) la materia prima procesada en agroindustrias familiares generalmente es producida en su mayoría por los propios agricultores responsables por el establecimiento y, en algunos casos, también es adquirida de terceros en pequeña proporción. La producción propia de la materia prima garantiza autonomía, calidad y menores costos, una vez que evita la presencia de intermediarios o fluctuaciones de mercado, más allá de los gastos de transporte.
Para Mior (2005) las redes de relaciones entre los agricultores y su familia o vecinos son vistas como primordiales para la creación del mismo, para la buena marca de la agroindustria familiar. El desarrollo de estas redes de relaciones se origina en el seno de la familia y se expande para la comunidad, involucrando las personas en distintas fases de la producción. Esta participación puede ser vinculada a factores como disponibilidad de mano de obra en la localidad, conocimiento, capacidad de procesamiento y comercialización.
Con respecto a otra de las dificultades recurrentes en la agroindustria, la gestión financiera, es común la misma de ser percibida como un problema, en vista de que no todas las personas fueron preparadas para ejercer este papel. Sin embargo el simple hecho de percibir esta dificultad da indicios de que el tema es llevado en serio. Sin duda alguna, producir la materia prima, procesar y al mismo tiempo administrar el negocio es una actuación dura y ardua, para el cual la capacitación de los agricultores es algo imprescindible.
Después de un largo periodo de privilegios de la política agrícola brasilera a los grandes y medianos productores, principalmente localizados en la región Sur y Sureste, y con producciones destinadas a la exportación (LEITE, 2001), la década de 90 pasó a presenciar la modificación parcial del alcance de actuación de los mecanismos de intervención centrado al medio rural. Un marco de esa transformación fue la implementación del PRONAF que, al direccionar sus líneas de crédito a un público marcado por la renegación de las políticas públicas de gobiernos anteriores, confirmó el reconocimiento y la legitimación del Estado en relación a los detalles específicos de una nueva categoría social – los agricultores familiares (SCHNEIDER, MATTEI e CAZELLA, 2004).
Según Oliveira (2000), en lo que se relaciona con la agroindustria familiar, el PRONAF incorporó una línea de préstamo para la inversión denominada Incorporación de Renta a la Actividad Rural. Esa modalidad condicionó la destinación de crédito centrado en el apoyo de las agroindustrias familiares, siendo que, en la mayoría de los estados brasileiros, esa fue la única fuente disponible para el financiación de los emprendimientos.
Con relación a la legislación, comercialización y logística, cada factor 6,45% de las principales dificultades enfrentadas. Actualmente, en Brasil existen varios conjuntos de leyes que reglamentan los servicios de inspección sanitaria de producción industrial de alimentos. En conformidad con el entendimiento de Pettan (2005) ese conjunto de leyes (federal, estatal y municipal) consiste en el principal obstáculo para la expansión y legalización de la producción y comercio de productos coloniales oriundos de productores de procedencia familiar.
Para Prezotto (1997), los innúmeros establecimientos que industrializan productos, con características de pequeñas industrias, con pequeña escala de producción, no poseen receta suficiente para cumplirlas exigencias de instalaciones, equipamientos y construcciones que las legislaciones en vigor tienen impuesto. Estas exigencias son más acentuadas cuando se trata de productos de origen animal, donde la escala de comercialización dicta el registro necesario para la agroindustria. No bastando eso, en algunos casos la legalización depende de la voluntad del poder público municipal de establecer un sistema de inspección, sin el cual las agroindustrias ni siquiera pueden comercializar en el propio municipio de origen.
En el aspecto de la comercialización, el agricultor familiar debe obtener informaciones en cuanto a los locales de comercialización, las exigencias de los consumidores con relación al tipo de producto, su calidad, presentación, precio y épocas de mayor consumo, cumpliendo siempre las exigencias legales para la industrialización de alimentos, que garantizan al productor y al consumidor mayor seguridad (PETTAN 2005).
Por lo tanto, conocer el mercado para poder establecer una red de contactos con los clientes potenciales (ferias, supermercados, industriales de transformación, intermediarios, mayoristas, revendedores, etc.) es fundamental para obtener éxito en la gestión de la comercialización de los productos de la agroindustria familiar.
Por fin, Prezotto (1997) afirma que la organización de los agricultores familiares es de suma importancia para que la comercialización sea más eficiente y también para buscar alcanzar los aspectos legales de funcionamiento que son impuestos a las pequeñas unidades de producción familiar, utilizando tecnologías simples, principalmente a través de cooperativas, calculando proporcionalmente los costos, o adoptando la industrialización artesanal, abasteciendo mercados locales o regionales, por medio de ferias y venta directa al consumidor.
La agroindustrialización en la propiedad rural se mostró como una alternativa importante para mejorar la renta familiar, garantizando la permanencia de las familias en el campo, debido a la generación de empleo y renta, lo que torna la actividad destacada en municipios de menor porte.
Se constató que las políticas públicas vigentes (PRONAF, PAA e PNAE) son esenciales para la manutención de esta actividad, pues son capaces de garantizar los recursos necesarios para el financiamiento e inversión financiera en la actividad y también garantizan en la mayoría de los casos investigados, la compra de los productos familiares para mercados seguros, como el mercado institucional de la merienda escolar por ejemplo. Esa garantía de apoyo a la producción y retorno de la inversión con la venta garantizada del producto es determinante para la sobrevivencia de este tipo de emprendimiento, y debe seguir existiendo mismo cuando ocurren cambios en los gobiernos, sea a nivel local, de estado o nacional.
Una cuestión interesante que merece ser destacada en esta investigación fue la presencia de embalaje y marca en muchos productos, lo que no es común en el medio rural. Esa adecuación indica un despertar del productor en cuanto a la necesidad de atender al consumidor, ya que esas son exigencias del mercado, en particular el mercado institucional.
Los mercados institucionales vinculados a los programas gubernamentales también crearon políticas de valorización de esos productos, trayendo mayor sustentabilidad a la actividad. Todavía existe un factor negativo en cuanto a la mayor inserción de esos productos en el mercado, pues hay dificultad de aumento de la escala de producción, garantía de la calidad y dificultad de asistencia técnica especializada para el apoyo a la producción. Políticas públicas eficientes para garantizar apoyo técnico especializado y para normalizar las actividades como ferias libres en los municipios y creación de puestos de venta específicos para productos de la agricultura familiar serian alternativas que ayudarían en la ampliación del mercado, generando mejorías para la actividad.
Las dificultades resaltadas por los productores en diferentes localidades son las mismas: dificultad de legalización del emprendimiento, falta de leyes adecuadas a la producción artesanal y familiar, el exceso de burocracia y falta de preparación de las Secretarias Municipales son los principales obstáculos asociados a la legalización de este tipo de emprendimiento. En la producción de alimentos de origen animal, la desburocratización del sistema de inspección para esos productos podría constituir un gran avance para las agroindustrias familiares. Sobre este tema se destaca que en la actualidad, las nuevas regulaciones tanto en el escenario nacional y estatal. Estas reglamentaciones son el primer paso para la adecuación del sistema de inspección a la realidad de la agricultura familiar, especialmente para aquellos que trabajan con productos de origen animal. Para que ese sistema sea implementado se hace necesario no solo la dedicación del agricultor, pero también del poder público local, que debe regularizar todo el proceso para conseguir la equivalencia entre los sistemas municipal, estatal y federal. La no adecuación, independientemente del motivo, hace con que los agricultores permanezcan en la clandestinidad, sin obtener los registros necesarios, perdiendo espacio de comercialización.
El empeño de los productores rurales que se dedican a las actividades agroindustriales en el sentido de la búsqueda por la mejoría continua de su trabajo, y el apoyo adecuado por parte de los poderes públicos al nivel federal, estatal y municipal, son los caminos para que se alcance un nuevo nivel de calidad y satisfacción con relación a los productos comercializados, generación de renta y empleo en el campo y consecuente fijación del productor y de su familia en la propiedad rural. Esas medidas son esenciales para garantizar el desarrollo sostenible de la agroindustrialización de alimentos por el hombre del campo en los municipios investigados y en todo Brasil.
Atlas do Desenvolvimento Humano do Brasil. (2014). O IDHM. Recuperado de http://www.atlasbrasil.org.br/2013/pt/o_atlas/idhm/
Azevedo, P. R., Colognese, S. A., Shikida, P. F. A. (2000). Agroindústrias familiares no Oeste do Paraná: um panorama preliminar. Organizações Rurais & Agroindustriais, 2(1), 03-10. Recuperado de http://revista.dae.ufla.br/index.php/ora/article/view/286
Belik, W., Domene, S. M. A. (2012). Experiências de programas combinados de alimentação escolar e desenvolvimento local em São Paulo-Brasil. Agroalimentaria, 18(34), 57-72. Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=199222712005
Bittencourt, G. (2002). Agricultura familiar e agronegócio: questões para pesquisa. En: LIMA, Dalmo M. de Albuquerque; WILKINSON, John (Orgs.). Inovações das tradições da agricultura familiar. Brasília: CNPq.
Brasil. Ministério do Desenvolvimento Social e Combate a Fome. (2009). PAA 5 anos: balanço e perspectivas. Recuperado de http://www.mds.gov.br/sites/seminario-paa-balanco-e-perspectivas
Lei nº 11.326, de 24 de julho de 2006 (2006). Estabelece as diretrizes para a formulação da Política Nacional da Agricultura Familiar e Empreendimentos Familiares Rurais. Brasília, DF. Recuperado de http://www.planalto.gov.br/ccivil_03/_ato2004-2006/2006/lei/l11326.htm.
Buainain, A. M., Souza Filho, H. (2002). Inovação tecnológica na agricultura e na agricultura familiar. En: LIMA, D. M. de A., WILKINSON, J. (Orgs.). Inovações das tradições da agricultura familiar. Brasília: CNPq.
De Carli, C. (2013). O discurso político da agroecologia no MST: O caso do Assentamento 17 de Abril em Eldorado dos Carajás, Pará. Revista Crítica de Ciências Sociais, 100, 105-130.
Diesel, V., Lerner, F., da Silveira, P. R. C., Neumann, P. S., Zarza, G. J. G., & de Freitas, L. A. D. S. (2005). Caracterização da agroindústria familiar de aguardente de cana-de-açúcar na Região da Quarta Colônia–RS. In Congresso Internacional de Desenvolvimento Rural e Agroindústria familiar, 1º. Anais... São Luiz Gonzaga: UERGS.
Fernandes Filho, J. F., Campos, F. R. (2003). A indústria rural no Brasil. Revista de Economia e Sociologia Rural, Brasilia, 41(4), 859-880. Recuperado de http://www.scielo.br/pdf/resr/v41n4/v41n4a07.pdf
França, C. G. de, Del Grossi, M. E., Marques, V. P. M. de A. (2009). O censo agropecuário 2006 e a agricultura familiar no Brasil. Brasília: MDA.
Gil, A. C. (2008). Métodos e técnicas de pesquisa sociais (6a ed.). São Paulo: Atlas S.A.
Gliessmann, S. R. (2009). Agroecologia:processos ecológicos em agricultura sustentável (4a ed.). Porto Alegre: UFRGS.
Instituto Brasileiro de Geografia e Estatística (2015). Cidades. Recuperado de http://www.cidades.ibge.gov.br/xtras/home.php
Instituto Brasileiro de Geografia e Estatística (2010). População residente, total, urbana total e urbana na sede municipal, em números absolutos e relativos, comindicação da área total e densidade demográfica, segundo as Unidades da Federação e os Municípios – 2010. Recuperado de http://www.censo2010.ibge.gov.br/sinopse/index.php?uf=42&dados=21
Lakatos, E. M., Marconi, M. de A. (2003). Metodologia do trabalho científico (7a ed.). São Paulo: Atlas.
Leite, S. (2001). Padrão de financiamento, setor público e agricultura no Brasil, En: Leite, S. (Org.). Políticas Públicas e Agricultura no Brasil. Porto Alegre: Ed. da UNIVERSIDADE.
Mance, E. A. (org.). (2003). Como organizar redes solidárias. Rio de Janeiro: DP&A.
Marsden, T., Banks, J., Bristow, G. (2003). Understanding Alternative Food Networks: Exploring the Role of Short Food Supply Chains in Rural Development. Environment and Planning A, 35, 393-411.
Merino, E., Krucken, L., Pereira, D., Altmann, R. (2012). A Contribuição do Design na Valorização de Produtos Alimentícios Regionais: Projeto Mafra. Recuperado de http://repositorio.ufsc.br/xmlui/handle/123456789/1852
Minayo, M. C. de S., Sanches, O. (1993). Quantitativo-Qualitativo: Oposição ou Complementaridade?. Caderno Saúde Pública, 9(3). Recuperado de http://www.scielo.br/scielo.php?pid=S0102-311X1993000300002&script=sci_arttext
Mior, L. C. (2005). Agricultores familiares, agroindústrias e redes de desenvolvimento rural. Chapecó-SC: Argos.
Oliveira, A. A. (2000). “PROVE, o gosto da inclusão social”: análise da ação do poder público no processo de implementação do Programa de Verticalização da Pequena Produção Agrícola do Distrito Federal (PROVE). Dissertação (Mestrado em Desenvolvimento, Agricultura e Sociedade). Universidade Federal Rural do Rio De Janeiro. Rio de Janeiro.
Pettan, K. B. (2005). Análise comparativa do desempenho da competitividade das agroindústrias familiares do oeste de Santa Catarina em relação ao ambiente institucional. Cadernos de Ciência e Tecnologia, 22(3), 667-689.
Prezotto, L. L. (1997). A agroindustrialização de pequeno porte: higiene, qualidade e aspectos legais. Revista Agropecuária Catarinense, 10(4), 08-13.
Prezotto, L. L. (2002). QualidadeAmpla: referência para a pequena agroindústria rural inserida numaproposta de desenvolvimento regional descentralizado. In: LIMA, Dalmo M. de Albuquerque e WILKINSON, John (Org.), Inovaçõesnastradições da agricultura familiar (pp. 285-300). Brasília: CNPq.
Prezotto, L. L. (2002a). Uma concepção de agroindústria rural de pequeno porte. Revista de Ciências Humanas, 31, 133-154.
Programa das Nações Unidas para do Desenvolvimento. O que é IDHM? Recuperado de http://www.pnud.org.br/IDH/IDHM.aspx?indiceAccordion=0&li=li_IDHM
Programa das Nações Unidas para do Desenvolvimento. Ranking IDHM dos Municípios 2010. Recuperado de http://www.pnud.org.br/atlas/ranking/Ranking-IDHM-Municipios-2010.aspx
Ribeiro, E. M.; Castro, B. S.; Silvestre, L. H., Calixto, J. S.; Araújo, D. P.; Galizoni, F.M.; Ayres, E. B. (2005). Programa de apoio às feiras e à Agricultura Familiar no Jequitinhonha mineiro. Agriculturas, 2(2).
Ruiz, M. S., Venturini, V., Camberlin, W., Lyra, J. R. M.,Uchoa Jr, P.P.de M. (2014). Agroindústria familiar de Londrina-PR. UNOPAR Científica Ciências Jurídicas e Empresariais, 3(2).
Sage, C. (2003). Social embeddedness and relations of regard: alternative ‘good food’ networks in south-west Ireland. Journal of rural studies, 19, 47-60.
Schneider, S., Mattei, L., Cazella, A. A. (2004). Histórico, caracterização e dinâmicarecente do Pronaf - Programa Nacional de Fortalecimento da Agricultura Familiar. En: SCHNEIDER, Sergio; SILVA, Marcelo Kunrath; MARQUES, Paulo Eduardo Moruzzi (Org.). Políticas Públicas e Participação Social no Brasil Rural (pp. 21-50). Porto Alegre: Editora da UFRGS.
Silva, L. A. G. C. (2012). Agroindustrialização na Agricultura Familiar. Brasília: Câmara dos Deputados. Recuperado de http://www2.camara.leg.br/documentos-e-pesquisa/publicacoes/estnottec/tema2/2012_16756.pdf
Sonnino, R. (2007). Embeddedness in Action: Saffron and the Making of the Local in Southern Tuscany. Agriculture and Human Values, 24, 61-74.
Vieira, L. F. (1998). Agricultura e agroindústria familiar. Revista de Política Agrícola, 7(1), 11-23.
Wesz Junior, V. J. (2009). Novas configurações no meio rural brasileiro: uma análise a partir das propiedades com agroindústria familiar. Agroalimentaria, 28, 25-34.
Wesz Junior, V. J. (2010). Política Pública de Agroindustrialização da Agricultura Familiar: uma análise do PRONAF-agroindústria. Revista de Economia de Sociologia Rural, 48(4), 567-596.
Wesz Junior, V. J., Trentin, I. C. L. (2004). Desenvolvimento e Agroindústria Familiar. Trabajo presentado en XLII Congresso da Sociedade Brasileira de Economia e Sociologia Rural, Cuiabá.
Wesz Junior, V. J., Trentin, I. C. L., Filippi, E. E. (2006). A importância da agroindustrialização nas estratégias e reprodução das famílias rurais. Trabajo presentado en XLIV Congresso da Sociedade Brasileira de Economia e Sociologia Rural, Fortaleza.
Wesz Junior, V. J., Trentin, I. C. L., Filippi, E. E. (2009). Os reflexos das agroindústrias familiares para o desenvolvimento das áreas rurais no Sul do Brasil. (Jul./Dez. 2009). Cuadernos Des. Rural, 6(63), 59-85.
1. Doutorando em Extensão Rural pela UFSM; Mestre em Desenvolvimento Rural Sustentável pela UNIOESTE; Bacharel em Comunicação Social pela FADEP e Graduando em Gestão de Cooperativas pela UNICESUMAR. marcosgregolin@yahoo.com.br
2. Professora do Curso de Nutrição da Faculdade de Pato Branco - FADEP.Mestra em Desenvolvimento Rural Sustentável pela UNIOESTE; Bacharel em Nutrição pela FADEP. gracigregolin@hotmail.com
3. Doutorando, Mestre e Graduado em Zootecnia pela UEM. marcelmbrito@gmail.com
4. Mestre em Desenvolvimento Rural Sustentável e Engenheiro Agrônomo pela UNIOESTE. heros.targanski@gmail.com
5. Mestra em Desenvolvimento Rural Sustentável pela UNIOESTE e Administradora pela FAG. giovana_riva21@hotmail.com
6. Professora Associada dos Programas de Pós Graduação em Ciências Farmacêuticas e Desenvolvimento Rural Sustentável da UNIOESTE. Doutora e Mestre em Ciência e Tecnologia de Alimentos pela UFV e Graduada em Farmácia e Bioquímica pela UFJF. luciana.farina@unioeste.br
7. Índice de Desarrollo Humano Municipal