Espacios. Vol. 37 (Nº 38) Año 2016. Pág. 18
Luis David DELGADO Velez 1; William Camilo SÁNCHEZ Torres 2; Ángel Rodrigo VELEZ 3
Recibido: 16/07/16 • Aprobado: 02/08/2016
1. Contexto de la competitividad de las empresas colombianas
3. Estudios sobre la competitividad de la gerencia en Colombia
4. Políticas del gobierno para el mejoramiento de la competitividad
RESUMEN: Los antecedentes históricos relacionados con el papel de la universidad colombiana en el desarrollo del país, el desinterés generalizado del sector empresarial y la auto-reconocida falta de liderazgo por parte del gobierno para generar espacios que consoliden esta triada, dejan en evidencia un estancamiento en los procesos de crecimiento industrial y tecnológico que requieren las empresas para enfrentar los nuevos retos de la globalización. En consecuencia, el desempeño de los gerentes en su rol directivo no ha contribuido significativamente a mejorar los índices de competitividad de las empresas colombianas en los mercados internacionales. De allí se deriva la importancia de proponer estrategias más acertadas y efectivas, a través del fortalecimiento de la relación Universidad-Empresa-Estado, como la implementación de políticas más efectivas, más apoyo a la investigación y la creación de currículos con mayor grado de pertinencia. |
ABSTRACT: The historical background related to the role of the Colombian university in the country's development, the general lack of interest from business and self- acknowledged lack of leadership by the government to create opportunities to consolidate this triad, are evidence of stagnation in processes of industrial and technological growth that companies require to face the new challenges of globalization. Hence the importance of providing more accurate and effective strategies, through the strengthening of the relationship Education -Business - State. Likewise, the performance of managers in its managerial role has not contributed significantly to improve competitiveness indices of Colombian companies in international markets, according to international classifications . |
En las últimas dos décadas el desarrollo económico del país ha estado marcado por el rezago en la ejecución de obras de infraestructura por parte del Estado, la baja profundización financiera y las deficiencias en el desarrollo de competencias laborales que han impedido creación de riqueza y mayor valor agregado.
Para el gobierno actual, ¨La innovación para la prosperidad¨ es considerada la base de su Plan de Desarrollo, cuyo fin último es alcanzar el crecimiento sostenible en el largo plazo con la creación de nuevos y mejores productos integrando a las universidades con el sector productivo. Además, busca mejorar las relaciones en la cadena de valor, a través de una cultura de la innovación que incluya a estudiantes, docentes, investigadores y empresarios, con el objetivo de recomponer la debilitada relación Universidad-Empresa-Estado.
A pesar de que el ¨paradigma tecnológico de la gerencia¨ asigna a la universidad un papel preponderante en el desarrollo económico regional y nacional aportando soluciones a problemas de infraestructura, tecnología y educación, su nuevo rol evidencia poca articulación con el sector productivo y más preocupación por la rentabilidad.
Este artículo de reflexión es el resultado de los análisis parciales de la investigación ¨Estudio Prospectivo de las competencias generales de gerentes y directivos de las empresas que pertenecen a los Sectores de Talla Mundial¨ y en el primer acápite contextualiza la situación competitiva de las empresas colombianas, haciendo referencia a factores relevantes como corrupción, infraestructura, burocracia, acceso a la financiación, entre otros. Seguidamente se describe el rol de la universidad en su relación con la empresa, en la cual se plantea la necesidad de que la primera desde su función social contribuya a la construcción del país y la segunda, comprometa los recursos necesarios para resolver de manera conjunta los problemas de competitividad, a través de la investigación y programas más pertinentes.
La tercera parte referencia algunos estudios sobre las limitaciones más recurrentes de gerentes y directivos, en términos de competencias generales asociadas a lo cognitivo (saber), psicomotor (saber hacer, aptitudes) y afectivo (saber ser, actitudes y valores). Finalmente, se describe desde la óptica del Gobierno Nacional, los planteamientos de su Plan de Desarrollo 2010-2014 y los retos asumidos en tres ejes fundamentales: Innovación, política de competitividad y la dinamización de sectores económicos claves (locomotoras).
La finalidad del artículo es contribuir al mejoramiento de la relación Universidad-Empresa-Estado, a partir de las problemáticas identificadas en la competitividad de las empresas colombianas y el planteamiento de reconocidos autores e instituciones.
A pesar de los múltiples esfuerzos, la competitividad de las empresas colombianas en los mercados internacionales no mejora. Entre 2012 y 2014, el índice Global de Competitividad [4] (en adelante GCI), enlista a Colombia en los puestos 68 y 69. Algunos aspectos como: la eficiencia del mercado laboral y los nuevos desarrollos tecnológicos colocan al país por debajo de países comparables como México, Perú, Chile y Panamá. La corrupción, los retrasos en obras de infraestructura, la burocracia en el gobierno, el escaso acceso a la financiación, las altas tasas de interés y el crimen, son en su orden los principales factores que obstaculizan la realización de negocios con el resto del mundo. La siguiente ilustración muestra el comportamiento de cada uno de estos factores en los últimos tres años.
Ilustración 1. Comportamiento de los factores de competitividad colombiana entre 2012 y 2014
Fuente: (World Economic Forum, 2013, pág. 157)
En la ilustración anterior se observa a la corrupción [5] como principal factor, con un aumento del 18% a 20% de ponderación en el IGC. Dentro de esta, el soborno sigue siendo la práctica más generalizada a la hora de hacer negocios, pues el 62% de los empresarios perciben que ¨si no se pagan sobornos, se pierden los negocios¨ (Transparencia por Colombia, 2013).
De otro lado, en los últimos dos años, las deficiencias en infraestructura aumentaron la ponderación del IGC de 9,1% a 14,6%, debido a un complejo contexto geográfico, largas distancias entre los centros de demanda e insuficiente inversión pública que marcan un rezago generalizado en carreteras, vías férreas, puertos y aeropuertos. La Cámara Colombiana de la Infraestructura (2012) afirma que los indicadores están por debajo del promedio de América Latina: 30% menos de vías pavimentadas, puertos y aeropuertos saturados por el crecimiento económico y los tratados de libre comercio; además de la baja calidad de los datos reportados por el Gobierno sobre sus redes, los cuales generan mayores obstáculos para la planeación.
Respecto a la burocracia del gobierno, los resultados son mixtos y presentan una leve disminución al pasar de 12,6% a 12,2% en el último año. Según Doing Business [6] (2013), se han presentado 25 reformas regulatorias en los últimos ocho años, las cuales han sido soportadas con la implementación de Tecnologías de la Información y la Comunicación, como el Modelo Único de Ingresos y Servicios de Control Automatizado (MUISCA) y la Planilla Integrada de Liquidación de Aportes (PILA); estas reflejaron mayores niveles de eficiencia y reducción de costos de transacción. Así mismo, el Decreto 1469 (Ley Anti-trámites) dio origen a la Ventanilla Única de Registro (VUR) y permitió a diecisiete ciudades mejorar los trámites de apertura de empresas y la Ley 1429 logró reducir su costo en más de 40% (mientras en 2009 un empresario pagaba en promedio 15,6% del ingreso per cápita para iniciar su negocio, hoy solo paga 8,8%). No obstante, quedan importantes asuntos por resolver como el fortalecimiento de la innovación para el emprendimiento y la reducción de los niveles de informalidad, cuyas directrices se han planteado desde la Ley de Formalización y Generación de Empleo. Así mismo, la Competitividad Exportadora e Importadora está marcada por el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Corea del Sur, los Acuerdos con la Unión Europea, y las negociaciones que se han venido desarrollando con los países de la Alianza del Pacifico. El desarrollo e implementación de los sistemas de envío electrónico de datos a través del MUISCA y de la Ventanilla Única de Comercio Exterior (VUCE) han permitido hacer más eficiente la preparación de los documentos del comercio pero el puto débil de la actividad de los puertos se enfoca en el costo de exportar e importar, ya que sigue siendo alto y poco competitivo, su promedio es el doble de los países de ingresos altos de la OCDE.
En cuanto al acceso a la financiación, el PND propone políticas orientadas al aumento de la profundización financiera [7] y el nivel de bancarización [8]; a través de tres estrategias básicas: garantizar la permanencia de oferta financiera formal en aquellos lugares donde se ha logrado ampliar la cobertura para facilitar el acceso al uso de los servicios financieros formales, a través de Corresponsales No Bancarios (CNB). La segunda busca apoyar el acceso al sistema financiero por parte de la población actualmente no bancarizada con el fin de estimular el ahorro eliminando las barreras de los costos de transacción para las personas de menores ingresos y en situación de desplazamiento. La tercera busca implementar acciones que garanticen educación económica y financiera de calidad para toda la población para que los individuos desarrollen las competencias necesarias para tomar decisiones financieras responsables que requieran de la aplicación de conceptos básicos de finanzas.
La escasa capacitación laboral también reflejan dos problemas estructurales en la competitividad de las empresas colombianas: la formación de capital humano y la productividad laboral. Frente al primero,
Según el Ministerio de Educación Nacional (Citado por Dirección de Planeación Nacional), en Colombia, el esfuerzo por innovar y el capital humano altamente calificado está concentrado en las grandes y medianas empresas de la industria manufacturera; el 83% del gasto en innovación y desarrollo empresarial se concentra en ellas. La mitad del personal ocupado en la industria manufacturera tiene formación secundaria, el 16,2% primaria, el 9% formación técnica, el 12,2% educación profesional y el 0,3% formación de maestría y doctorado. Lo anterior se debe, en parte, a que la oferta del país en capital humano altamente calificado es limitada. En 2008 Colombia contó con 3,7 doctores por cada millón de habitantes; mientras que este indicador fue de 327 en Estados Unidos. Además, el país sólo cuenta con 33 programas certificados de doctorado y 614 de maestría (Dirección de Planeación Nacional, 2010, pág. 73)
Al referenciar el segundo aspecto, es importante resaltar: “Las sociedades que han alcanzado altos niveles de crecimiento económico basado en la producción de alto valor agregado, cuentan con un sistema de formación más adecuado a los requerimientos de la economía” (Ashton & Green, 1997) y en este sentido, la informalidad laboral es una de las causas de mayor impacto sobre la productividad de las empresas colombianas. La ilustración 2 explica la posición de Colombia frente a los Estados Unidos en productividad laboral.
Ilustración 2. Productividad relativa de Colombia frente a Estados Unidos (EE. UU. = 100%), por sector económico agregado, 2008
Fuente: (Dirección de Planeación Nacional, 2010, pág. 107)
Tomando como referencia el 100% la productividad laboral de los Estados Unidos, se encuentra que en promedio, el trabajador colombiano tiene 23,8% de productividad. Se evidencia que el índice es menor en sectores que tienen mayores niveles de ocupación en la economía colombiana como: agropecuario, industria y comercio.
Es sabido que el recurso humano calificado es un elemento vital para alcanzar niveles altos de competitividad, lo que requiere una sólida relación Universidad-Empresa, cuyo foco sea el desarrollo de competencias que potencialicen las capacidades de docentes y estudiantes para solucionar las problemáticas propias del ámbito empresarial. Sin embargo, el escaso presupuesto que asigna el sector productivo colombiano en investigación y desarrollo representa un retraso importante en la capacidad de las empresas para competir en los mercados internacionales; mientras países comparables como Chile tiene 56% de los investigadores en las empresas, 34% en las universidades y 4,1% en el gobierno, en Colombia la proporción es 2,5%, 80,5% y 8,7% respectivamente, y aún no se resuelve de manera efectiva las necesidades del sector empresarial. Este fenómeno da cuenta del vacío que tienen las universidades para garantizar la pertinencia de sus programas y abordar estratégicamente la problemática empresarial. De otro lado, también es importante reflexionar sobre la necesidad de modernizar la educación superior y en tal sentido, las políticas estatales están orientadas a que estas alcancen niveles de desarrollo significativos en el campo de la ciencia, la tecnología y la innovación pero queda para la discusión las posibles fuentes de financiación y algunos tipos de relaciones como: servicios técnicos, control de calidad, asesoría tecnológica, desarrollo de recursos humanos, análisis económicos, transferencia tecnológica y el desarrollo de nuevos productos, donde siguen siendo escasas la diversidad de formas posibles en materia de capacitación, redes comunicacionales e investigación por parte de la empresa y el estado.
Desde la perspectiva teórica existen razones básicas que sustentan la gestión entre la universidad y la empresa, planteado por Espinoza (1999):
En consecuencia, ¨las universidades se dirigen necesariamente hacia una nueva forma de gerenciar, que va desde, crear como fortaleza la participación y fomento de una función de apoyo y construcción de la economía del país, estimulando la fuerza de trabajo como vía principal para la reproducción-distribución de trabajo y riqueza, hasta promover la ejecución de servicios universitarios en organismos no universitarios como forma de extender a la sociedad competencias que antes no se contemplaban, pero que el contexto en el que deben moverse las universidades las hace recurrir al traspaso de sus fronteras (internas y externas)¨ (García de Berríos, 2006, pág. 2).
El conocimiento del perfil de competencias de los gerentes y directivos de las organizaciones, ha sido para la academia un constante desafío y en la actualidad no existe un modelo definido que permita identificar competencias propias de la gerencia colombiana, como tampoco hay claridad sobre los indicadores que miden su gestión. Sólo existen algunos estudios, como el Proyecto Tuning para América Latina [10] que recogió 42.000 respuestas entre académicos, egresados, estudiantes y empresarios para identificar y analizar similitudes y diferencias de los perfiles profesionales en términos de competencias genéricas, como lo muestra la Tabla 1.
Tabla 1 Competencias Genéricas del Proyecto Tunning para América Latina
Fuente: Elaboración propia con datos del Proyecto Tunning para América Latina.
Otra investigación desarrollada por la firma consultora Gerencial Limitada [11], propone otro modelo que permite identificar competencias de desempeño superior, agrupado con los siguientes criterios: Entendimiento Estratégico Organizacional, el Trabajo en Equipo, la Orientación a Objetivos, la Integridad Personal, el Liderazgo y la Proactividad. El estudio concluye, en un primer análisis que los grupos de competencias utilizados por los gerentes de desempeño superior no tienen diferencias significativas al ser comparadas con los gerentes de desempeño promedio. Se diferencian en que los primeros hacen mayor énfasis al grupo de competencias Trabajo en Equipo y Negociación y relaciones, constituyéndose éstas en disparadoras del mejor desempeño (Gerencial Ltda, 2003).
Otros estudios reflejan bajos niveles de competitividad en la gerencia colombiana. Al evaluar la formación en valores, se evidencia falta de integralidad en el entorno universitario; según la Encuesta Nacional de Juventud (2000) se manifestó la fuerte presencia de comportamientos asociados a los antivalores: el 68% y 62% consumen alcohol y drogas respectivamente. 51% copian en un examen y 49% dicen mentiras; 34% evaden impuestos y el 26% no cumplen las reglas, reflejando así el detrimento en el compromiso de los jóvenes con la sociedad y la falta de integridad en la formación y educación de los futuros gerentes en Colombia. Así mismo, la falta de conciencia de los gerentes en el cuidado con el medio ambiente aumenta las amenazas y desastres naturales, ya que no incorporan el factor ambiental dentro de sus compromisos con la responsabilidad social y no prevén situaciones para enfrentar el impacto en sus organizaciones y el entorno. Así mismo, la globalización y los acelerados cambios en las TIC`s reflejan la ausencia de competencias humanas y tecnológicas. Ellos negocian regularmente en los mercados nacionales e internacionales con diferentes grupos de interés y su desconocimiento sobre la cultura, incluso la de su propia organización, genera diferencias en la dinámica empresarial.
Caballero (2001) considera que la virtualización, la globalización y lo transdisciplinario, son manifestaciones del Paradigma Cibernético y este cambio impacta directamente las competencias que los gerentes deben tener en cuanto al uso de la tecnología y la información, pues el adecuado manejo de los dispositivos electrónicos, software y sistemas de última generación se han convertido en una parte vital de nuestra realidad y el desconocimiento de los mismos genera falta de competitividad en el ámbito global.
La contribución del Estado al mejoramiento de la competitividad de las empresas colombianas en los mercados internacionales parte de la formulación de políticas públicas, que reconocen las diferencias entre las regiones y se adecúan a las condiciones de cada una de ellas. En efecto, es necesario identificar las actividades productivas de mayor relevancia y estimularlas con la asignación de inversiones sostenibles, articuladas a procesos de planificación y gestión del territorio e integradas a encadenamientos productivos, clúster territoriales y redes de ciudades, a través del ¨Programa Nacional para la formación y/o consolidación de ejes y áreas de desarrollo territorial¨.
En este sentido, el PND (2010) referencia otras problemáticas que impiden alcanzar mayores niveles de competitividad como: narcotráfico, fortalecimiento de los grupos ilegales y falta de innovación. Para solucionarlas, el Gobierno Nacional asumió el reto de alcanzar niveles de crecimiento superiores a 6% anual, proponiendo avanzar en tres ejes fundamentales: Innovación para la prosperidad, política de competitividad y mejoramiento de la productividad; y la dinamización de sectores económicos claves (locomotoras) de mayor impacto en el crecimiento y la generación de empleo. En la primera, se trata no solo de crear nuevos y mejores productos, sino de organizar y gestionar relaciones efectivas a lo largo de la cadena valor, a través de una cultura de la innovación en todas las esferas del Estado y la sociedad, que incluya también el emprendimiento empresarial entre estudiantes, docentes e investigadores para evitar que fracasen grandes ideas por falta de incentivos.
La segunda, busca garantizar la competitividad del país y su crecimiento a largo plazo al integrar el Estado con el sector productivo, las universidades y la sociedad civil, a través de una política que permita a las empresas ser más competitivas en los mercados internacionales y la tercera, corresponde a las ¨Locomotoras¨ o actividades económicas con mayor desarrollo (minero-energético [12], vivienda [13] e infraestructura de transporte [14]).
Los indicadores de competitividad, el papel de la universidad, los estudios que evalúan las capacidades de los gerentes en Colombia y las políticas del gobierno nacional, indican un mejoramiento en ciertos aspectos como la desregulación en ciertos trámites, estabilidad jurídica, sistemas de información más eficientes, entre otros; no obstante, existen otros problemas de fondo que requieren ser mejorados de manera conjunta por los tres actores, para encarar los desafíos actuales a los que se enfrenta las empresas colombianas. Según los apartes desarrollados en este artículo de reflexión se infiere que las situaciones más relevantes son:
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1. Institución Universitaria Esumer (Medellín, Colombia). Email: luis.delgado@esumer.edu.co
2. Institución Universitaria Esumer (Medellín, Colombia) . Email: william.sanchez85@esmer.edu.co
3. Universidad San Buenaventura (Medellín, Colombia) . Email: angelvel07@gmail.com
4. Índice calculado por el Foro Económico Mundial que agrupa 169 países y evalúa factores de relevancia en el campo de la competitividad y productividad, tales como: economía salud, educación, medioambiente, eficiencia y tamaño de los mercados, sofisticación de los negocios e innovación, entre otros.
5. La corporación transparencia por Colombia es el Capítulo Nacional de la Organización transparencia Internacional, con presencia en más de 100 países y cuya misión es ¨ liderar desde la sociedad civil la lucha integral contra la corrupción y por la transparencia, en lo público y en lo privado, para promover una ciudadanía activa, fortalecer las instituciones y consolidar nuestra democracia¨.
6. Proyecto desarrollado por el Banco Mundial y la Corporación Financiera Internacional que mide las normas que regulan a las pequeñas y medianas empresas de 189 países, en sus regiones y ciudades. Evalúa aspectos como: apertura de empresas, permisos de construcción, registro de propiedades, acceso a la financiación y protección al inversionista, entre otros.
7. Relación entre la cartera de créditos del sistema financiero y el PIB.
8. Según Asobancaria, se define como el porcentaje de la población con acceso al menos a un producto financiero.
9. La definición de competencia en educación se presenta como una red conceptual amplia, que hace referencia a una formación integral del ciudadano, por medio de nuevos enfoques, como el aprendizaje significativo, en diversas áreas: Cognoscitiva (saber), Psicomotora (saber hacer, aptitudes), afectiva (saber ser, actitudes y valores). En este sentido, la competencia no se puede reducir al simple desempeño laboral, tampoco a la sola apropiación de conocimientos para saber hacer, sino que abarca todo un conjunto de capacidades, que se desarrollan a través de procesos que conducen a la persona responsable a ser competente para realizar múltiples acciones (sociales, cognitivas, culturales, afectivas, laborales, productivas) por las cuales proyecta y evidencia su capacidad de resolver un problema dado, dentro de un contexto específico y cambiante. (Tunning América Latina, 2013, pág. 36)
10. Proyecto independiente, en el cual participan 230 universidades de Europa y América Latina, con el propósito de consolidar las estructuras educativas latinoamericanas, intercambiando información a través de 16 redes temáticas para desarrollar perfiles profesionales en términos de competencias genéricas y relativas a cada área de estudios incluyendo destrezas, conocimientos y contenido.
11. Investigación financiada por el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, en el marco de las acciones propuestas por la Red Colombia Compite. Se consideró una muestra de 5.000 empresas y su finalidad fue definir las competencias que marcan diferencia entre gerentes exitosos y aquellos con desempeño promedio dentro de las empresas colombianas.
12. El desarrollo minero y la expansión energética son considerados uno de los ejes centrales de la economía. Tiene tres propósitos fundamentales para potenciar su crecimiento: promover la inversión nacional y extranjera, consolidar los clúster asociados a este sector, con alto valor agregado, y establecer políticas sobre desarrollo sostenible, gestión ambiental y calidad de vida.
13. Vivienda y ciudades amables, busca aprovechar el potencial que tiene el sector para la generación de empleo y reducir el déficit proyectando la construcción de un millón de viviendas en este periodo.
14. Busca superar el rezago del transporte terrestre, a través de alianzas público-privadas que incentiven el capital privado en la financiación de obras para eliminar los cuellos de botella que afectan la competitividad de los empresarios colombianos en los mercados internacionales.