Leonor Mariasolé Rondón
A primeras, la matrícula total de estudiantes es suficiente para obtener la cantidad de científicos y tecnólogos que necesita el país. Es posible determinar cuantitativamente a partir de la base de datos del CNU (2000 al 2004), si la cantidad de estudiantes que ingresan al sistema universitario y que dirigen sus inclinaciones hacia carreras vinculadas a la investigación, es suficiente para generar la cantidad de investigadores que necesita el país. El total de estudiantes del nivel de Educación Superior es cercano al millón de personas y cada año ingresan al sistema un mínimo de 40.000 nuevos estudiantes, los cuales prefieren en un 70 % realizar estudios universitarios de tercer nivel (Figura 3, Tablas 4, 5), en universidades públicas en mayor preponderancia y luego en las privadas. Algo mas de la mitad del total de estudiantes (60% aprox) prefieren cursar carreras en las ciencias sociales y las ingenierías, mientras el porcentaje de estudiantes que demandan carreras y graduados en `profesiones directamente vinculadas a la investigación básica es realmente mínimo, el total de carreras en el año 2000 fue de 327 títulos profesionales (Tablas 6, 7 y 8). De acuerdo al CNU se gradúan en promedio unos 40.000 al año y el incremento anual de investigadores incorporados al PPI es aproximadamente de 1.000/año, es decir solo un 3% de los graduandos, la meta que se ha precisado alcanzar, requeriría el reclutamiento de al menos un 20%. Este porcentaje podría tener una distribución de investigadores noveles por área de conocimiento semejante a la distribución actual. A excepción de las ciencias básicas, el resto de las áreas tienen porcentajes adecuados de asignados que podrían contribuir a la generación de recursos humanos en CT, para un total cercano a los 50.000 asignados por año (CNU, 2006); lo importante sería poder atraer al campo de la investigación a unos 5.000-2.500 egresados cada año durante los próximos 5-10 años. El problema álgido es el área de las ciencias básicas que incluye carreras de Física, Química, Biología y Matemática. El porcentaje de estudiantes que demandan y que ingresan a las ciencias básicas es el más bajo de todas las áreas del conocimiento, el mismo casi alcanza el 2% del total desde los finales de la década del 90. Si relacionamos este bajo contingente con la distribución de los investigadores por áreas del conocimiento y el propósito de incrementar el número de investigadores que tiene el país, se hace urgente aumentar la cantidad de investigadores en las ciencias básicas, y se pudiera plantear que conservando los porcentajes totales, -19% Ciencias Básicas, 20% Agro y 22% Salud, sería necesario generar un atractivo que orientara un mayor contingente de estudiantes a ingresar y cursar carreras de las ciencias básicas; lo cual resulta un reto, dado que la cantidad real de estudiantes que son asignados es de solo 1.000 estudiantes por año, de los cuales logra culminar sus estudios con éxito un 10%, porcentaje de eficiencia promedio para todas las áreas. Se requiere del diseño e implementación de mecanismos que permitieran conformar la investigación como un sector atractivo para los futuros profesionales, convirtiéndolo también en un campo que estimule su permanencia en función de la generación de conocimientos, dado que la emigración, se constituye en obstáculo para alcanzar mayores capacidades en CT (De La Vega, 2003b).
Figura 3. Porcentaje de distribución de estudiantes universitarios por tipo de institución
Fuente CNU, 2003.
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Tabla 4. Demanda para ingresar a la educación superior
Área |
|
Año |
||||
|
|
2000 |
2001 |
2002 |
2003 |
Promedio |
Ciencias Básicas
|
Estudiantes |
3.149 |
2.884 |
3.113 |
6.859 |
4.001,25 |
% |
1,1 |
0,9 |
0,9 |
1,8 |
1,2 |
|
Ingeniería, Arq. y Tecnología |
Estudiantes |
98.977 |
108.467 |
115.526 |
108.481 |
107.862 |
% |
34 |
33 |
32 |
28 |
33 |
|
TOTAL GENERAL |
287.625 |
329.720 |
359.523 |
380.792 |
327.498 |
Fuente CNU (2003).
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Tabla 5. Porcentaje (%) de Asignados para ingresar a la Educación Superior
Área |
Año |
|||||
|
1999 |
2000 |
2001 |
2002 |
2003 |
Promedio |
Ciencias Básicas |
1,9 |
1,7 |
1,4 |
1,4 |
2,8 |
1,8 |
Ingeniería, Arq. y Tecnología |
33 |
35 |
36 |
34 |
33 |
34 |
TOTAL |
100 |
100 |
100 |
100 |
100 |
100 |
Fuente CNU (2003).
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Tabla 6. Demanda específica por disciplina en Ciencias Básicas para ingresar a la educación superior
Carrera |
TOTAL |
% |
Química |
894 |
0,4 |
Física |
580 |
0,26 |
Matemática |
778 |
0,34 |
Biología |
808 |
0,36 |
Ciencias Básicas |
3.059 |
1,35 |
Fuente CNU (2003).
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Tabla 7. Porcentajes de graduados por área de conocimiento
respecto al total de graduados, lapso 1995 y 2000
lapso de 5 años de estudio-
AREA |
Egresados a los 5 años |
% |
Ciencias Básicas |
250 |
0,5 |
Ingeniería, arquitectura y Tecnología |
6.909 |
14,9 |
Ciencias del Agro y del mar |
1.126 |
2,4 |
Ciencias de la salud |
5.783 |
12,5 |
Ciencias de la Educación |
14.882 |
32 |
Ciencias Sociales |
17.032 |
36,7 |
Humanidades, letras y artes |
464 |
1 |
Total |
46.446 |
100 |
Fuente CNU Base de datos
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Tabla 8. Relación entre carreras y matrícula, año 2000
Area |
TOTAL |
% |
Relación entre carreras y porcentaje de demanda |
Ciencias Básicas |
6.069 |
1,19 |
Tiene 5 carreras y el % de demanda mas bajo |
Ingeniería, Arquitectura y Tecnología |
86.138 |
16,86 |
86 carreras, Ing Industrial, mecánica, computación, civil e informática tienen mas demanda ( 2,4-2,9 %) |
Ciencias del Agro y del Mar |
12.746 |
2,49 |
49 carreras, Ing Agrónoma cubre la 1/4 parte |
Ciencias de la Salud |
34.292 |
6,71 |
22 carreras, 87% cubierto por Medicina, odontología, enfermería y Bioanálisis |
Ciencias de la Educación |
96.210 |
18,83 |
51 carreras, 50% en Integral y Preescolar, siguen Educación Física e Inglés |
Ciencias Sociales |
166.893 |
32,66 |
85 carreras, 50% en Contaduría, Administración y Derecho |
Humanidades, Letras y Artes |
7.806 |
1,53 |
20 carreras, 36% en Idiomas y Artes |
Ciencias y Artes Militares |
|
|
9 carreras, Artes Militares Terrestres, Guardia y Aeronáutica con 50% |
TOTAL |
102.274 |
|
327 Carreras |
Fuente CNU (2002).
El análisis realizado permite reiterar la existencia de una cantidad suficiente de estudiantes, en donde la demanda (a excepción de las ciencias básicas) desborda más bien, las capacidades del sistema educativo. Las matrículas en las diferentes instituciones resultan importantes, no sólo respecto a futuros profesionales de tercer nivel, sino de técnicos, presumiéndose que dentro de este stock existan profesionales que podemos calificar de tecnólogos, los cuales de acuerdo a las orientaciones internacionales, también deben ser incorporados, acreditados y contados como parte de los indicadores de capacidades humanas en CT. Estos números, en cuanto a población que potencialmente puede orientar su vida profesional hacia la investigación, continuarán en aumento durante unos 25 años más, lo cual se puede comprender a partir de las matrículas de los niveles de todo el sistema educativo nacional (MECD, 2001; CNU, 2006), las cuales continúan in crescendo, dadas las características poblacionales del país (alto porcentaje de población joven, INE, 2005).
También es de conocimiento público la baja oferta de instituciones públicas y privadas y de empresas para tener investigadores dentro de las filas de sus recursos humanos. La Ciencia y la Tecnología no se incorporan a los cuadros organizacionales de las empresas venezolanas de manera prevalente. Una razón de tal desvío es de origen curricular, pues “las funciones formativas han tendido a privilegiar el entrenamiento en actividades de operación, dejando al entrenamiento para actividades de diseño y desarrollo en un segundo plano” (Mercado, Testa, Rengifo, Gómez y Patruyo, 1999); la CT que se ha producido en el país fue considerada de escasa vinculación con otros sectores importantes de la sociedad en donde la realización de investigación básica y aplicada no tiene función prioritaria (Mercado, Testa, Vessuri y Sánchez, 2002).