José Luis Solleiro y Humberto Simoneen A.
Una nueva política de comercio exterior, articulada a otra de industrialización, debe concebirse dentro de un instrumento legal que se sustente en principios jurídicos enlazados en un conjunto claro, articulado y congruente de objetivos, y acciones puntuales para conseguirlos, que permitan que los agentes económicos puedan tomar decisiones en un ambiente en que prive la certidumbre. No se considera factible que esas nuevas políticas se aparten totalmente de la línea que ha seguido el actual modelo de desarrollo, o que traten de constituir uno nuevo, sino de incluir elementos y ajustes que le permitan al país autodeterminarse y alcanzar las metas que persigue, incorporando en los beneficios del desarrollo a toda la sociedad, sin descuidar a ningún sector o estrato.
Una especialización dirigida a los mercados internacionales exige hacer crecer la participación de unidades de magnitud mediana y grande para que ocupen segmentos del mercado mundial y, simultáneamente necesita de la articulación de las demás empresas a las empresas que ya exportan.
La integración de la industria se convierte, entonces, en un punto clave, no solo para alcanzar competitividad internacional, sino para hacer de las PYMEs un vehículo para generar empleo, ingreso y riqueza.
Es claro que a las empresas instaladas les resulta clave una demanda interna elevada y creciente, que actúe como disparador de la inversión. Un mercado nacional fuerte será siempre una catapulta para la actividad productiva y la exportacion.
Por ello, hay que resaltar el efecto sinérgico de mercados domésticos grandes con los de los países con los que se tienen acuerdos de libre comercio, para emprender la producción de bienes de creciente complejidad, inclusive los intensos en tecnología, que por lo regular requieren de espacios económicos amplios.
¿Cómo podemos condensar las características del ambiente que México requiere en el área productiva y de comercio exterior? Se requiere vencer cuatro grandes retos:
1. Desarrollar y estimular el establecimiento de un tejido industrial coherente, sólido y eficiente, que haga surgir un empresariado nacional fuerte.
2. Resolver la relación entre apertura al mercado mundial y la promoción de la capacidad competitiva de las empresas. Ello debe lograrse aplicando recursos crecientes a la preparación técnica y académica y facilitando al máximo, la adquisición de bienes de capital y de tecnología.
3. Atender adecuadamente la relación entre producción y distribución, para evitar el deterioro de la situación social, a través de acciones en materia de educación, una política de capacitación permanente y promover la integración de la sociedad mediante inversión publica y privada en estructura, vivienda y servicios básicos, prioritariamente en el campo y en las áreas con grupos expuestos a la pobreza critica.
4. Cuidar la relación economía-ecología, es decir, atender, como sociedad, la carga que le impone al sector productivo la situación ambiental.
Lo único capaz de aumentar la dinámica del desarrollo, será el surgimiento de actores nacionales fuertes, estableciendo simultaneamente senderos claros de expansión para empresas pequeñas y medianas, que sumadas a las grandes puedan implementar la política económica y comercial que el pais requiere.
Los objetivos que se persiguen mediante las políticas, estrategias y acciones sugeridas, consisten en estimular la inversión productiva como vía de la reconversión tecnológica, laboral organizacional y ambiental; promover un proceso permanente de generación, difusión y asimilación de tecnología; estimular la reconversión laboral mediante la inversión en capital humano; propiciar una estructura industrial competitiva a través de la articulación eficiente de las cadenas productivas; y promover el autofinanciamiento del desarrollo industrial ; y apoyar las exportaciones y la sustitución eficiente de las importaciones.
Es imperativo crear, modificando y adecuando el actual esquema de política industrial pasiva del Programa de Politica Industrial y Comercio Exterior, para crear el espacio necesario que abarque proyectos y acciones inmediatas destinados a las micro, pequeñas y medianas empresas, y a promover su creciente participación en el comercio exterior. El número de estas empresas, su impacto en el empleo y en el PIB, y su flexibilidad para ajustarse a las cambiantes condiciones del mercado y de la economía, las convierten no solo en necesarias, sino estratégicas y vitales para la vida económica presente y futura del país.
La participación de las PYMEs en el comercio exterior, debe partir de dos importantes premisas:la primera, la realización de estudios detallados sobre las condiciones, características, ubicación, recursos con que cuentan, especialización, perfil profesional de sus mandos y administracion, y otros elementos de igual importancia, aprovechando y complementando la información adquirida por el Sistema de Información Empresarial (SIEM) y por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI). Si no sabemos con qué contamos, será muy dificil definir hacia dónde podemos dirigirnos.
La segunda premisa, conectada directamente con la exportación, debería a nuestro juicio:
a) Establecer un instrumento equivalente al de la organización de la Small Bussiness Administration de EEUU, que le garantice a la empresa pequeña y mediana el acceso a un pocentaje del poder de compra que los Gobiernos Federal, Estatal y Municipal poseen, para que las micro, pequeñas y medianas empresas realicen un deteminado monto de sus ventas totales, así como apoyo para la realización de innovaciones tecnológicas. Este proceso puede fortalecer a las empresas y servir de catapulta para incursionar en el mercado externo.
b) Tomar conciencia de que no es posible ni rentable incorporar directa e indiscriminadamente a todas las micro y pequeñas empresas a la exportación. De ahí que sea necesario articularlas a los procesos que realizan las empresas medianas y grandes, con objeto de vender en otros mercados, convirtiéndolas en exportadoras indirectas. Para lograrlo, es necesario simultáneamente hacer crecer la «masa crítica» exportadora, a fin de que las PYMES tengan mayores y mejores oportunidades;
c) Definidos los sectores y productos exportables, es necesario establecer metas mas viables y productivas en los procesos de fabricación; atender algunas demandas intermedias y proceder a remplazar importaciones por productos nacionales competitivos;
d) Aprovechar la concentración y especializacion geográfica existente y establecer cadenas productivas auxiliares en torno a un núcleo generador de oportunidades;
e) Desarrollar un Programa de Apoyo Integral (financiero, fiscal, tecnológico y administrativo) que se ocupe de: plantear y resolver el problema de la falta de capital, como una barrera para realizar negocios. Al respecto, se propone que la banca de desarrollo opere en el primer piso con programas para apoyar, en condiciones competitivas a nivel internacional, a las PYMES y a las empresas comercializadoras que colocan productos de estas últimas, basada no en garantías colaterales, sino en la viabilidad de los proyectos; en el campo fiscal, simplificar y desregular, al máximo posible, la creación y operación de estas empresas. Al efecto, es una exigencia general que estas empresas estén sujetas a un régimen impositivo claro, transparente y realmente simplificado. Que el cumplimiento de sus obligaciones fiscales no los descapitalice, como hasta ahora, en el doble sentido de tener que desatender sus negocios o a desperdiciar el valioso tiempo que podrían dedicar a ser productivos, en cumplimentar requisitos o a tratar de comprender la complejidad de las disposiciones fiscales. Al efecto, se propone que se les someta a un régimen fiscal de cuota anual, al menos hasta que las empresas logren consolidarse; y finalmente, ofrecer estímulos a empresas que se dedican a la capacitación en materias técnicas, administrativas y a la calidad, para mejorar la capacidad gerencial y de gestión de las PYMES, que ayuden a crear la nueva cultura empresarial y de comercio exterior que se necesita, y que los impulse a concertar alianzas estratégicas tanto con otras PYMES, como con empresas grandes; estimular la práctica de efectuar operaciones de subcontratación y crear comités de exportación;
f) Solicitar el apoyo de instituciones de educación superior para impartir capacitación para el desarrollo de habilidades entre las PYMES lo que también servirá en su coordinación para mejorar el acceso a los insumos y los obtengan a precios de mayoreo, y para que resuelvan los problemas de la infraestructura, tal como los de transporte, los peajes o una ágil consolidación de carga;
g) Incorporar tecnología a las empresas industriales o de servicios que la requieren, no es una tarea sencilla ni barata, pero en algún momento debe emprenderse, y más vale que sea de inmediato. Creemos urgente reforzar las acciones de extensión y divulgacion técnica y tecnológica para aprovechar de manera óptima aquello con lo que ya contamos en los centros superiores de investigación en el país, que es un capital subutilizado;
h) Se sugiere sumar a los centros de competitividad (CRECES y COMPITES) contemplados en el Programa de Política Industrial y Comercio Exterior, una estructura que podría denominarse Centro Mexicano Integrador de Oferta Exportable, semejante a programas que han desarrollado otros países, como PROCHILE, encargados de recopilar centralizar y difundir información; detectar y conjuntar oferta; promover empresas integradoras y prestar asesoría, apoyo logístico y gestoría a las PYMES, siempre con la participación del sector privado;
i) Impulsar el desarrollo de una cultura de comercio exterior, a través de una genuina revolución educativa que modifique la curricula de los estudiantes desde los primeros años de su formación como estudiantes, e involucre gradualmente factores técnológicos y científicos orientados a la actividad productiva yal comercio exterior, infundiendo el concepto de que es una actividad en beneficio de las personas, de las empresas y del país;
j) Poner en práctica un sistema integral de información estadística de comercio exterior dirigida a las empresas, para la toma de decisiones, que sea ágil y de ser posible gratuito;
k) Constituir un marco regulatorio único para el comercio exterior que dé viabilidad a la política comercial y a los programas de desarrollo. Establecer para ellas un sistema que privilegie fiscalmente a las PYMES tanto en su facturación del IVA como de otros impuestos o derechos, cuando la empresa forme parte de una cadena de exportación;
l) Promover en el sistema financiero mexicano la capacitación y especialización por sectores y productos de exportación, de tal manera que no solo ofrezcan créditos o financiamientos, sino orientación en general. Crear el concepto de capital semilla mediante fondos especiales destinados a favorecer el surgimiento de empresas innovadoras, complementadas con asistencia técnica;
m) Apoyo fiscal a las empresas, bajo reglas de la OMC y los acuerdos firmados, y establecer la ventanilla única tanto a nivel Federal, Estatal y Municipal para el comercio exterior, incluyendo el servicio de despacho aduanal;
n) Integrar una red nacional de laboratorios de prueba en materia de normalización, a través de la coordinación entre gobiernos federal y estatal y las universidades e instituciones privadas, para prestar servicios en condiciones preferenciales a las empresas exportadoras;
o) Finalmente, las anteriores acciones deberán quedar eslabonadas con todo un programa de cambio estructural de la política económica.